El Papa, a Caritas Internationalis: "Adelante, con coraje, sobre el camino de la reforma" Francisco pide hacer "estable" la tregua Israel-Palestina: "Que callen las armas, que destruyen toda esperanza de paz"

Miles de fieles acompañaron al Papa en el Regina Coeli
Miles de fieles acompañaron al Papa en el Regina Coeli captura de pantalla

"Pidamos aliviar los sufrimientos de la martirizada Ucrania y todas las naciones agobiadas por el sufrimiento y la violencia"

"Es un compañero de vida, una presencia estable, es Espíritu y desea morar en nuestro espíritu. Es paciente y está con nosotros también cuando caemos. Se queda porque nos ama de verdad, no finge querernos para luego dejarnos solos en medio de las dificultades"

"Cuando (el Espíritu) nos corrige jamás nos humilla y nunca  infunde desánimo; por el contrario, nos transmite la certeza de que con Dios podemos lograrlo, siempre. Esta es su cercanía"

"Pidamos aliviar los sufrimientos de la martirizada Ucrania y todas las naciones agobiadas por el sufrimiento y la violencia". Un día después de reformar la 'Constitución' del Estado del Vaticano, y de encontrarse, por primera vez desde el inicio de la invasión rusa, con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, el Papa Francisco quiso reivindicar en el Regina Coeli la sinrazón de la violencia, que en estos días también se ceba con Israel y Palestina.

"En estos días hemos asistido de nuevo a combates armados entre israelíes y palestinos, en los que han perdido la vida personas inocentes, también mujeres y niños", subrayó al término de la oración dominical. "Espero que la tregua, apenas alcanzada, se vuelva estable, que callen las armas, porque con las armas no se conseguirá nunca la estabilidad, se destruirá toda esperanza de paz".

Francisco, en el Regina Coeli
Francisco, en el Regina Coeli

Antes de eso, en un mediodía plomizo, Francisco profundizó en el Espíritu Santo o 'Paráclito', "el que consuela y abogado", asegurando que "el Espíritu Santo no nos deja solos, está junto a nosotros, como un abogado que asiste al  imputado estando a su lado. Y nos sugiere cómo defendernos frente a quien nos acusa".

En cuanto a la cercanía, el Papa señaló cómo el espíritu "no se va, permanece, está siempre con nosotros". "El Espíritu Santo quiere quedarse con nosotros: no es un huésped de paso que viene a hacernos una visita de cortesía", recalcó. "Es un compañero de vida, una presencia estable, es Espíritu y desea morar en nuestro espíritu. Es paciente y está con nosotros también cuando caemos. Se queda porque nos ama de verdad, no finge querernos para luego dejarnos solos en medio de las dificultades". 

Miles de fieles en el Angelus del Papa
Miles de fieles en el Angelus del Papa

El consuelo que también se presenta "cuando nos pone ante nuestros errores y nos corrige, lo hace  con suavidad: en su voz, que habla al corazón, están siempre presentes el timbre de la ternura y el calor  del amor". Porque el Paráclito, añadió el Papa, "es exigente, porque es un verdadero amigo, fiel, que no esconde  nada, que nos sugiere qué cambiar y cómo crecer".

Jamás nos humilla, nos defiende

"Pero cuando nos corrige jamás nos humilla y nunca  infunde desánimo; por el contrario, nos transmite la certeza de que con Dios podemos lograrlo, siempre. Esta es su cercanía", aclaró.

En segundo lugar, "como abogado nuestro, nos defiende de quien nos acusa". De todo y de todos. "De nosotros mismos cuando no nos queremos y no nos perdonamos, llegando quizá incluso a decirnos que somos unos fracasados buenos para nada; del mundo, que descarta a quien no responde a sus esquemas y  sus modelos; del diablo, que es el “acusador” por excelencia y el que divide, y que hace  todo lo posible para que nos sintamos incapaces e infelices". 

Francisco, en el Regina Coeli
Francisco, en el Regina Coeli captura de pantalla

Frente a ello, el Espíritu "nos sugiere cómo responder", con las palabrasd el Evangelio, que sirven para "responder al diablo acusador  no con palabras nuestras, sino con las palabras mismas del Señor".

"Si invocamos al Espíritu, aprenderemos a acoger y recordar la realidad más importante de la vida, que nos protege de las acusaciones del mal: somos hijos amados de Dios", finalizó el Papa, quien concluyó, antes del rezo del Regina Coeli, con una pregunta: "¿Invocamos al Espíritu Santo, le rezamos con  frecuencia?"

"¡No nos olvidemos de Él, que está junto a nosotros, es más, en nuestro interior!", finalizó, antes de saludar a los peregrinos, con un especial cariño a los representantes de Caritas Internationalis ("adelante, con coraje, sobre el camino de la reforma") y a los de la Comunidad de Sant'Egidio, y a aquellos países donde, este domingo, se celebra el día de las madres, para quienes pidió "un fuerte aplauso".

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

Volver arriba