Carta abierta de las Comunitats Cristianes Populars con motivo de la Trobada de Nadal 2019 "Cardenal Cañizares, pregúntese por qué el abandono tan masivo de la práctica religiosa"
Nos sorprende el tono alarmista de la carta pastoral del Cardenal Cañizares, Arzobispo de Valencia, de fecha 24 de Noviembre de 2019, ante el “preacuerdo” entre socialistas y socialcomunistas”
"Las CCP de Valencia pensamos que vivimos un tiempo muy complejo en el que hay “signos de los tiempos” positivos (...) a los que han contribuido notablemente la Ilustración, el marxismo, la modernidad, la democracia y los partidos políticos y los movimientos sociales"
"Saludamos el "preacuerdo" como un pequeño paso hacia una sociedad más justa. Al menos, preferible a lo contrario. Con sentido crítico, entendemos que la mediación política es necesaria para defender el bien común"
"Saludamos el "preacuerdo" como un pequeño paso hacia una sociedad más justa. Al menos, preferible a lo contrario. Con sentido crítico, entendemos que la mediación política es necesaria para defender el bien común"
| Comunidades Cristianas Populares (CCP) de Valencia
Leída la carta pastoral del Cardenal Cañizares, Arzobispo de Valencia, de fecha 24 de Noviembre de 2019, ante el “preacuerdo” entre socialistas y socialcomunistas”, no queremos entrar a puntualizar las muchas palabras con las que no estamos de acuerdo, sino mostrar con fraterna libertad de expresión nuestra opinión y nuestro punto de vista, por si sirve a alguien para una reflexión constructiva.
Nos sorprende el tono alarmista de ver “una grave emergencia, la emergencia de España”, en un preacuerdo, todavía en ciernes, “que no tiene nada de progreso”, y que supone “una crisis muy honda”, aludiendo, como ya es habitual a la llamada por él “ideología de género”, “feminismo radical”, “laicismo ideológico”, “pensamiento único”, y otras expresiones de intención marcadamente negativa.
Las CCP de Valencia, que queremos ser seguidoras de Jesús y vivir y luchar por su Causa, desde dentro de la Iglesia, pensamos que vivimos un tiempo muy complejo en el que hay “signos de los tiempos” positivos como el avance en libertades y derechos humanos, la “autonomía de lo temporal” que valoraba el Concilio Vaticano II, la profundización de la democracia como defensa del bien común y de la participación, la solidaridad entre los pueblos, la sensibilidad respecto al respeto y cuidado de nuestra Casa Común, y otras muchas conquistas de la humanidad en su camino de liberación y hacia la Plenitud.
A esos avances han contribuido notablemente la Ilustración, el marxismo, la modernidad, la democracia y los partidos políticos y los movimientos sociales como el feminismo, el movimiento LGTBI, el laicismo, el ecologismo, el pacifismo y otros muchos.
Lamentablemente la Iglesia Católica como Institución ha ido perdiendo casi todos los trenes en el avance de la historia, y así ha ido perdiendo la adhesión de las mujeres, del movimiento obrero, de la juventud, la ciencia y la intelectualidad. Cuando no, desgraciadamente, ha sido una fuerza reaccionaria en esos avances de la humanidad. En nuestra sociedad ha sido notoria la connivencia de la Jerarquía eclesiástica (que no de toda la Iglesia) con el franquismo y los poderes más conservadores.
En CCP creemos que no es ”el abandono y olvido de Dios” lo que causa tan “grave crisis” y “situación patológica”. Pregúntese la Iglesia por qué el abandono tan masivo de la práctica religiosa. Pregúntese por qué la gente se escandaliza de los abusos del clericalismo, de los privilegios de la Iglesia con el poder político, de la avaricia de las inmatriculaciones… A nosotras nos escandaliza y nos cuesta reconocer el rostro de Jesús en esa Iglesia.
Siguiendo al Papa Francisco, nos gustaría una Iglesia “pobre y de los pobres”, una Iglesia “en salida”(no cerrada y autoreferencial), una Iglesia misericordiosa y no tan negativa, condenatoria y amenazante. Una Iglesia “hospital de campaña”, esperanzadora para quienes más sufren la crueldad de este sistema. Esa “renovación evangélica de la Iglesia” es la que deseamos, y la que intentamos vivir desde la pequeñez de nuestras comunidades.
Desde nuestro ser Iglesia no hacemos ascos a caminar codo con codo con personas y colectivos laicos, ateos o agnósticos, feministas y de izquierdas, con quienes nos sentimos en sintonía por las mismas causas de humanidad, que creemos que son también la Causa de Jesús de Nazaret. Lo sagrado sobre todo está en lo humano, y también en lo religioso en cuanto libere a la humanidad. Son los Derechos Humanos la nueva tabla de la ley.
Saludamos el “preacuerdo” como un pequeño paso hacia una sociedad más justa. Al menos, preferible a lo contrario. Con sentido crítico, entendemos que la mediación política es necesaria para defender el bien común de toda la ciudadanía, y empujaremos en la dirección que creamos más evangélica de acuerdo a la Causa de Jesús.
Fraternalmente le saludamos
Comunitats Cristianes Populars de València. 15 de Diciembre de 2019.