La conocida Hermandad tiene su sede en Triana (Sevilla) y cuenta con unos 6.000 hermanos Cuaresma en primera persona: El Cachorro
La Pontificia, Real e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Madre y Señora del Patrocinio en su Dolor y Gloria, es conocida popularmente como Hermandad del Cachorro
Tiene su sede canónica en Sevilla, en el popular y conocido barrio de Triana (Sevilla), en la Basílica del Stmo. Cristo de la Expiración de propiedad de la hermandad, y hace su Estación de Penitencia en la tarde del Viernes Santo desde su fundación
La Hermandad procesiona con dos pasos y un cortejo que sobrepasa los 2.000 nazarenos o penitentes, siendo el número de hermanos en torno a 6.000
La Hermandad procesiona con dos pasos y un cortejo que sobrepasa los 2.000 nazarenos o penitentes, siendo el número de hermanos en torno a 6.000
| José Luis Aldea Carbajo, Hermano Mayor
La Pontificia, Real e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Madre y Señora del Patrocinio en su Dolor y Gloria, conocida popularmente como Hermandad del Cachorro, tiene su sede canónica en Sevilla, en el popular y conocido barrio de Triana (Sevilla), en la Basílica del Stmo. Cristo de la Expiración de propiedad de la hermandad, y hace su Estación de Penitencia en la tarde del Viernes Santo desde su fundación, procesionando con dos pasos y un cortejo que sobrepasa los 2.000 nazarenos o penitentes, siendo el número de hermanos en torno a 6.000.
Poco podían imaginar los antiguos vecinos de las afueras de Triana, al sitio del camino del campo de Castilla, que aquel templete que en el siglo XVII cobijaba la entrañable y menuda imagen de la Virgen del Patrocinio fuera a convertirse con el paso del tiempo en lugar de profundas devociones de proyección universal. Y que como cuentan las historias, en la real visita del monarca Felipe IV a Sevilla en 1624, una tarde que paseaba en su falúa por el río, acudió a postrarse ante dicha imagen, cuyo título tanto defendería posteriormente en gratitud por los favores dispensados por la Virgen durante su reinado, extendiéndolo entre sus reinos y consiguiendo de Roma en 1656 la institución de la Fiesta del Patrocinio de Nuestra Señora.
En 1689 y por el Cardenal Ambrosio Spínola, se erige la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Señora del Patrocinio, producto de la fusión de las dos hermandades que compartían ubicación en la collación del Patrocinio. Previamente la Hermandad de la Expiración en 1682 encarga la realización de una efigie de Cristo en la Cruz al imaginero utrerano afincado en Sevilla Francisco Antonio Gijón. Esto supondrá el hito de mayor trascendencia en la historia de la hermandad. La imagen que Gijón entrega supone algo muy distinto a lo que el barroco andaluz había producido durante su ya larga y fecunda trayectoria, hasta el punto que ha dado en considerarse último de tal estilo. Como escribiera el catedrático de Arte sr. Bernales, "después de este Cristo vino el silencio de las gubias". De él se han escrito todo tipo de elogios tanto por la crítica de arte como por la literatura piadosa. En su hechura viene a unirse el postrer estertor de agonía del Redentor en el madero y el Glorioso Triunfo de la Resurrección que su muerte anuncia. La mirada elevada, la fortaleza de su pecho, la agitada violencia de su sudario y la sedienta expresión de su rostro han confortado durante más de tres siglos a miles de devotos, hasta el punto de convertir aquella humilde ermita originaria en foco inconfundible de fe y de religiosidad. La imagen de Ntra. Señora del Patrocinio es de 1973 obra de Luis Álvarez Duarte, tras el incendio sufrido en el 26 de febrero de ese mismo año, en el que desaparece la titular dolorosa. La Imagen de Ntra. Sra. del Patrocinio de Gloria es anónima del siglo XVI.
Como curiosidades históricas, en 1955 acudió a orar ante sus plantas el entonces Jefe de Estado español. El título de Real que ostenta la Hermandad junto a los de Pontificia e Ilustre, manifiesta una tradición histórica que arranca de los tiempos de Felipe IV y llega hasta nuestros días. El Rey D. Juan Carlos I, que ha presenciado su procesión, es Hermano Mayor honorario de la corporación y hasta su fallecimiento fue camarera del Santísimo Cristo su madre Dª Mercedes, Condesa de Barcelona, cargo heredado a su vez de su madre, la Infanta Dª Luisa de Orleans. También se han postrado ante el Cristo otras Casas Reales como los Reyes Balduino y Fabiola de Bélgica o Gustavo y Silvia de Suecia.
Tal y como contemplan nuestras reglas, nuestra hermandad se sustenta sobre tres pilares: cultos, formación y caridad.
Los principales cultos que celebramos son el quinario y Función principal a nuestros amantísimos Titulares a finales del mes de febrero; en el mes de noviembre por la festividad del Patrocinio se celebra triduo en honor de nuestra titular letífica. El Domingo de Pasión y su víspera se celebra el besamanos de la titular de penitencia, y el Domingo de Resurrección el besapiés al Stmo. Cristo. Además, todos los viernes del año se celebra la misa de hermandad, previa Exposición del Santísimo y rezo del Santo Rosario; además, por cumplimiento de nuestras reglas se celebra misa por cada hermano fallecido y en el mes de noviembre, misa por todos los hermanos difuntos, especialmente por nuestro benefactor Felipe IV.
En cuanto la labor en formación es esencial en nuestra hermandad, se imparten charlas y conferencias especificas con temas de actualidad. Además, se ofrece un amplio programa de catequesis para jóvenes y adultos, desatancándose la preparación para los grupos de confirmación. También se imparten quincenalmente cursos de Biblia, así como grupos de formación de matrimonios y de liturgia para monaguillos y acólitos. También se facilita a los interesados su participación en cursos y retiros organizados por la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías, así como su participación en los cursos que se imparten en el Centro de Orientación Familiar de Triana que financiamos las hermandades del barrio.
Las hermandades de nuestra Diócesis hacemos una labor intensa en Caridad. En primer lugar, tenemos que tener muy presente qué es lo que somos. Las hermandades no son ninguna ONG. Somos Asociaciones de Fieles que estamos erigidas dentro de la Iglesia Católica y por decreto del Ordinario del lugar.
Por tanto, debe quedar muy claro que, al actuar en favor de los más necesitados, estamos cumpliendo con uno de los mandatos expresamente recogidos en nuestro libro de cabecera, las santas escrituras, siendo un mandado directo de nuestros Señor Jesucristo. Por ejemplo, dentro de las numerosas citas y referencias a la Caridad podemos señalar estas, “Dios ama al que da con alegría.” 2 Cor 9, 7.- “Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; que si haces esto, harás que se sonroje. No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien”. San Pablo carta 12 a los romanos, vs. 20,21.-. Con ello, hago hincapié en defender el concepto de “caridad” en nuestras hermandades, conforme manda nuestra fe, ante el concepto de obras asistenciales o sociales, el cual esta sociedad laicista, nos está intentando imponer. Entiendo que estos últimos son dignos de alabanza y sean cada vez más necesarios, pero nosotros, como seguidores de Cristo, debemos defender las obras de Caridad y de Misericordia.
Así en nuestra Hermandad toda actuación de ayuda al prójimo la hacemos desde la Bolsa de Caridad, que está coordinada por el Diputado de Caridad según nuestra Reglas. Los objetivos que tenemos marcados son prioritariamente en tres líneas de actuación: una primera línea de trabajo encaminada a la ayuda directa a los hermanos y personas de nuestro entorno; por medio de la Bolsa de Caridad se les proporciona, lógicamente después de un estudio pertinente, unas tarjetas para adquirir todo lo necesario para la subsistencia a las familias ; una segunda línea de atención, que son ayudas a instituciones como Caritas Parroquial, Caritas de Parroquias de zonas de especialmente desfavorecidas, Conventos y Congregaciones de nuestra diócesis, Fundación del Viernes Santo, Centro de Orientación Familiar de Triana, Proyecto Hombre, Fundación Española Contra el Cáncer, etc. ; y por último, tenemos en marcha una línea de ayuda a zonas desfavorecidas de dentro y fuera de nuestras fronteras. Durante 22 años, tras la tragedia de Chernóbil, pusimos en marcha el “Programa de Saneamiento de Niños Bielorrusos” hoy en suspenso dada las desgraciadas circunstancias que se viven en la zona.
Sin lugar a dudas, una hermandad es algo más que la cofradía en el día de su estación penitencial, siendo el lugar donde muchos cristianos vivimos nuestra fe día a día, y donde nos desarrollamos como cristianos dentro de nuestra Iglesia.