El presidente de la CEE advierte de "las ideologías" que quieren "excluir" a la Iglesia de la construcción de la sociedad Omella: "La democracia no es eterna, si se corrompe se destruye"
Sobre la guerra en Ucrania: "Estamos ante el choque de dos modelos de organización social, política y económica que entran en conflicto. La democracia versus los sistemas autoritarios. La auténtica democracia asusta a los regímenes autoritarios. Es un choque de bloques que se miran con recelo y con temor"
El purpurado asegura que "las ideologías pujantes en este momento" atacan a la Iglesia por "la visión católica del ser humano, la moral sexual, la identidad y la misión de la mujer en la sociedad, y la defensa de la familia formada por el matrimonio entre un hombre y una mujer"
"Algunos quieren excluirnos de dicho diálogo, pero ello sería no solo una injusticia, sino especialmente un grave error y una grave pérdida ya que se estaría obviando a una comunidad que representa el 17,7% de la población mundial"
"Los medios de comunicación son vitales en una democracia. De ahí que los gobiernos traten de controlarlos. Hemos de acabar con esta práctica. Los ciudadanos tienen necesidad de una buena información para evitar ser manipulados"
"Algunas ideologías no toleran la visión de la Iglesia y la menosprecian. Podemos pensar diferente sin tener que ser atacados. Todos merecemos respeto"
"Algunos quieren excluirnos de dicho diálogo, pero ello sería no solo una injusticia, sino especialmente un grave error y una grave pérdida ya que se estaría obviando a una comunidad que representa el 17,7% de la población mundial"
"Los medios de comunicación son vitales en una democracia. De ahí que los gobiernos traten de controlarlos. Hemos de acabar con esta práctica. Los ciudadanos tienen necesidad de una buena información para evitar ser manipulados"
"Algunas ideologías no toleran la visión de la Iglesia y la menosprecian. Podemos pensar diferente sin tener que ser atacados. Todos merecemos respeto"
"Algunas ideologías no toleran la visión de la Iglesia y la menosprecian. Podemos pensar diferente sin tener que ser atacados. Todos merecemos respeto"
Tras el acto de homenaje a las víctimas y los sanitarios, el cardenal Omella y Manuel Pizarro mantuvieron un 'diálogo' sobre 'Dos miradas al mundo que viene'. El presidente de la Conferencia Episcopal arrancó fuerte. "Ahora que parecía que empezábamos a asomar la cabeza con los últimos coletazos de la dura pandemia de la Covid, que tantas muertes ha provocado y que tantas desigualdades sociales ha acrecentado, ahora que nos disponíamos a trabajar para salir mejor de esta crisis, ahora hemos recibido otro fuerte golpe: la invasión de tropas rusas en Ucrania", arrancó el presidente de la CEE.
"Ante esta crisis bélica, nos damos cuenta de que el tema de este Congreso es más actual que nunca. Estamos ante el choque de dos modelos de organización social, política y económica que entran en conflicto. La democracia versus los sistemas autoritarios. La auténtica democracia asusta a los regímenes autoritarios. Es un choque de bloques que se miran con recelo y con temor", insistió Omella.
Tuvo ocasión el cardenal de Barcelona para lamentar "el afeo sistemático de esta gran familia por parte de algunos medios de comunicación y de diversos agentes sociales y políticos" a cuenta, aun sin citarla, de la pederastia. "Es cierto que algunos de los miembros de esta gran familia han cometido errores gravísimos de los que pedimos una y otra vez perdón, pero también es cierto que son una muy pequeña minoría".
Los ataques de las ideologías
En este punto, el purpurado arremetió contra "las ideologías pujantes en este momento", "unas ideologías que se autodefinen como progresistas, pero que ya hemos vivido en otros momentos de nuestra historia antigua, como sucedió durante el ocaso del imperio romano o griego".
Esos cuatro puntos objeto de rechazo y ataque por dichas ideologías son, indicó Omella: "la visión católica del ser humano, la moral sexual, la identidad y la misión de la mujer en la sociedad, y la defensa de la familia formada por el matrimonio entre un hombre y una mujer".
"Estos son aspectos por los que estamos enormemente cuestionados por algunas ideologías, que no toleran la visión de la Iglesia y la menosprecian. Podemos pensar diferente sin tener que ser atacados. Todos
merecemos respeto", denunció.
No es la primera vez que vivimos un cambio de época
"Vivimos un profundo cambio de época que se manifiesta en un lógico choque cultural, social y político, que configurará un nuevo mundo que nadie sabe cómo será", añadió, advirtiendo que "no es la primera vez que la Iglesia católica vive un cambio de época".
"La Iglesia, en sus más de dos mil años de historia, ha vivido muchos procesos de cambio social, de revoluciones industriales, de pandemias, etc. Por ello queremos compartir nuestro bagaje en este campo. La Iglesia está siempre en reforma y en continua conversión", recalcó el presidente de la CEE, quien quiso ofrecer la experiencia de la Iglesia "en la edificación de este nuevo mundo que se nos acerca".
"(La Iglesia) quiere colaborar humilde y activamente con todos los agentes sociales para edificar «el mundo que viene». Algunos quieren excluirnos de dicho diálogo, pero ello sería no solo una injusticia, sino especialmente un grave error y una grave pérdida ya que se estaría obviando a una comunidad que representa el 17,7% de la población mundial", señaló.
Cambiar el rumbo de la democracia
"En nuestra sociedad, me refiero a España, pero podría referirme al mundo, la tentación de los poderes públicos respecto a la Iglesia se ha movido entre dos extremos: verla como un enemigo o tratar de apoderarse y servirse de ella", apuntaló el cardenal, quien quiso ofrecer una serie de ideas para el futuro.
"¿Cómo podemos cambiar el rumbo de este retroceso en la democracia?", se preguntó, reivindicando la necesidad de "recuperar una sana democracia al servicio de la dignidad de la persona y del bien común de la sociedad", para lo que ofreció una suerte de 'decálogo'.
1. No hay democracia que dure en el tiempo sin una buena política y unos buenos políticos. La democracia no es eterna, si se corrompe se destruye.
2. No hay democracia que perviva si no hay justicia social. Es indispensable atacar la creciente pobreza y desigualdad económica con todas las herramientas posibles.
3. La democracia muere cuando deja de promover una economía al servicio de las personas que gestione de manera eficaz y eficientemente los recursos, haciendo frente a la creciente pobreza y desigualdad social, que son el caldo de cultivo de los populismos que destrozan la democracia.
4. La democracia es compleja y, por tanto, requiere la participación, la implicación, el esfuerzo y la paciencia de los políticos y también de todos los ciudadanos. Es una forma familiar de vida que hemos de cuidar y respetar entre todos para que no se pervierta ni se destruya.
5. Los medios de comunicación son vitales en una democracia. De ahí que los gobiernos traten de controlarlos. Hemos de acabar con esta práctica. Los ciudadanos tienen necesidad de una buena información para evitar ser manipulados.
6. Una sana democracia no enfrenta el sector público al sector privado, sino que promueve su cooperación y asegura un uso eficaz de los recursos en beneficio de los ciudadanos, evitando duplicidades ineficientes e innecesarias.
7. Una sana democracia que quiera perdurar en el tiempo debe poner todos los medios a su alcance para que los ciudadanos, a pesar de sus diferencias de opinión, no se vean como enemigos o competidores, sino como hermanos.
8. Necesitamos una democracia que descubra el diálogo auténtico y respetuoso, la escucha real, la reflexión profunda y sosegada sobre los temas importantes, y no las prisas a las que someten los lobbies de diversas ideologías. La Iglesia está redescubriendo el camino de la sinodalidad, que no es el de las mayorías simples de votos, sino el camino más lento, pero más seguro y firme del consenso.
9. Una democracia que no se preocupa por sus jóvenes y por sus ancianos, es una sociedad que agoniza.
10.Una auténtica democracia respeta los derechos fundamentales, entre los cuales se encuentra el derecho a la libertad religiosa. Quiero recordar que la Iglesia católica no pide privilegios, pero tampoco quiere que se la discrimine.
Y una petición: "que una delegación de los participantes en este Congreso presentara estas propuestas al Gobierno, a los agentes sociales y a la sociedad civil a modo de Libro Blanco que sirva de base para un trabajo conjunto entre todos los sectores de la sociedad con el fin de alcanzar un consenso mayor sobre aquellos puntos que son prioritarios para el bien común de nuestra sociedad".
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