El Consejo Mundial de las Iglesias elogia que haya asumido su responsabilidad La Iglesia anglicana reacciona a la dimisión de Welby: "Es lo correcto y lo que hay que hacer"

Justin Welby
Justin Welby EFE

“Como arzobispo de Canterbury, Justin ha decidido asumir su parte de responsabilidad por los errores identificados en el informe de Makin. Creo que es lo correcto y lo honorable que hay que hacer", señala el arzobispo de York

Creo que, con razón, la gente se pregunta: ‘¿Podemos realmente confiar en que la Iglesia de Inglaterra nos mantendrá a salvo?’. Y creo que la respuesta en este momento es ‘no’”, afirma la obispo de Newcastle

sta histórica renuncia ha generado una onda expansiva de la que se ha hecho eco también el Consejo Mundial de Iglesias, quien en un comunicado "reconoce la renuncia del Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, a la luz de la conspiración de silencio mantenida durante mucho tiempo sobre los abusos de niños cometidos por John Smyth"

 “Como arzobispo de Canterbury, Justin ha decidido asumir su parte de responsabilidad por los errores identificados en el informe de Makin. Creo que es lo correcto y lo honorable que hay que hacer. Aunque este es un día difícil para Justin, rezo para que haya una oportunidad de reflexionar y apreciar los muchos aspectos positivos de su ministerio y su enorme compromiso con la Iglesia de Inglaterra, la Comunión Anglicana y, sobre todo, el Evangelio de Jesucristo”.

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Es la reacción de Stephen Cottrell, arzobispo de York, a la noticia que ayer conmocionó a la Iglesia anglicana tras la dimisión de Justin Welby, tras recibir el permiso del rey Carlos III como Gobernador Supremo de la Iglesia de Inglaterra, después de conocerse el informe de una auditoría independiente que reveló que un abogado anglicano, John Smyth QC (ya fallecido), abusó de más de un centenar de niños en el Reino Unido y África, y que fue encubierto por esa confesión cristiana, y donde se llega a apuntar que el propio Welby, que conocía al abusador, "podría y debería" haber informado formalmente en 2013.

"Pero sigo teniendo en cuenta las necesidades y experiencias de las víctimas y los supervivientes y espero los diversos cambios, sobre todo la mayor independencia de la protección, que necesitamos para ayudar a garantizar que estos fallos no vuelvan a ocurrir. Es con este trabajo continuo con el que me comprometo", añade el arzobispo de York en un comunicado difundido a través de X tras la dimisión de Welby.

También la obispa de Newcastle, Helen-Ann Hartley, que se encontraba entre quienes habían instado a dimitir al primado anglicano, señaló en declaraciones a la BBC, recogidas por The Tablet: “Creo que, con razón, la gente se pregunta: ‘¿Podemos realmente confiar en que la Iglesia de Inglaterra nos mantendrá a salvo?’. Y creo que la respuesta en este momento es ‘no’”, aunque también remarca que la salida de Welby -un claro aliado del papa Francisco en el camino ecuménico- supone “una indicación muy clara de que se ha trazado una línea y que debemos avanzar hacia la independencia en materia de protección”.

Por su parte, la obispa de Birkenhead, Julie Conalty, declaró a la cadena pública británica que la marcha del arzobispo de Canterbury (en una fecha por determinar) "no solucionará el problema" y pidió "cambios institucionales" para abordar "el fracaso de la cultura y sistemas internos", que aún no priorizan a las víctimas. "Muy probablemente otras personas deberían dimitir. No voy a dar nombres", manifestó en declaraciones recogidas por EFE.

Firmas contra Welby

Tras la presentación del informe Makin Review -de 251 páginas- el pasado jueves, que concluyó que Welby no denunció a Smyth ante las autoridades cuando le informaron de sus abusos en agosto de 2013, poco después de convertirse en arzobispo de Canterbury, más de 13.000 personas habían firmado hasta ayer una petición creada por tres miembros del Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra pidiendo su renuncia.

Pero, como señalan las agencias de prensa, la protesta más enérgica provino de las víctimas de John Smyth, quien abusó de decenas de adolescentes y jóvenes en campamentos de verano de la Iglesia anglicana en Gran Bretaña, Zimbabwe y Sudáfrica durante cinco décadas, como Andrew Morse, quien señaló que la renuncia "era una oportunidad para que Welby comenzara a reparar el daño causado por la gestión de la Iglesia de los casos históricos de abuso en general".

Justin Welby
Justin Welby EFE

Por su parte, Stephen Cherry, decano de la emblemática capilla del King's College de Cambridge, dijo que Welby ya no podía representar al pueblo. “El dolor de las víctimas y la historia de no escuchar a la gente y no responder a las personas que están profundamente heridas por aquellos en posiciones de poder, significa que esta ya no es una persona que pueda ejercer el papel representativo de ese cargo”, señaló también en declaraciones a la BBC.

La renuncia de Welby se produce en un contexto de abusos sexuales en la Iglesia de Inglaterra, como destapa un informe de 2022 de la Comisión Independiente sobre Abuso Sexual Infantil, que concluyó que la deferencia hacia la autoridad de los sacerdotes, los tabúes en torno al debate sobre la sexualidad y una cultura que daba más apoyo a los presuntos perpetradores que a sus víctimas contribuyeron a hacer de la Iglesia de Inglaterra "un lugar donde los abusadores podían esconderse", según las mismas fuentes.

Reconocimiento desde el CMI

Esta histórica renuncia ha generado una onda expansiva de la que se ha hecho eco también el Consejo Mundial de Iglesias, quien en un comunicado "reconoce la renuncia del Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, a la luz de la conspiración de silencio mantenida durante mucho tiempo sobre los abusos de niños cometidos por John Smyth".

"Observamos que la decisión de renunciar es difícil para él, su familia, la Iglesia de Inglaterra y la Comunión Anglicana. Elogiamos su sabiduría al asumir la responsabilidad personal e institucional por el silencio y la incapacidad de abordar los atroces abusos cometidos contra los niños. Su renuncia es una indicación del compromiso de su Iglesia de tomar en serio las luchas y los sufrimientos de las víctimas de abuso en lo que se supone que es un entorno seguro y protegido para todas las personas", afirman el comunicado, que también subraya que "nuestros corazones y pensamientos están con las víctimas y las familias de los abusados".

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