"Si la Iglesia en algún momento se arroga el poder para decir lo que es o no familia es un error" Fernando Vidal: "Existen miles de parejas de hecho que merecen otra palabra que no esté cargada de una visión tan negativa, automática y teórica"

"Si la iglesia en algún momento se arroga el poder para decir lo que es o no familia es un error". El sociólogo Fernando Vidal, director de la Cátedra 'Amoris Laetitia' de la Universidad Pontificia Comillas, es uno de los responsables de 'Jesuitas Familia', un nuevo proyecto de la Compañía de Jesús para afrontar, de manera integral, una pastoral de familias en España. Hablamos con él la misma semana en que crece la polémica por el 'Responsum' de Doctrina de la Fe acerca de las bendiciones a parejas homosexuales.

Durante la conversación, Vidal comienza analizando el punto de partida actual que supone el impacto positivo y negativo de la pandemia. "Ha aumentado la depresión y los cuadros patológicos en su conjunto pero por otro lado la gente ha descubierto el valor de lo esencial y tiene ganas de reconstruir su vida", subraya, destacando cómo "la familia está en el centro y aumenta la conciliación familiar siendo todo un desafío el volver a vivir juntos".

En riesgo de depresión cultural

Según los datos del CIS el 50% de la población ha cambiado su forma de pensar, un 61% ha cambiado sus valores o se ha dado cuenta de cosas que antes no apreciaba, destaca Vidal, quien sostiene que "ese potencial de cambio es el que está en juego y hemos de ver cómo se decanta". "El impacto de la soledad viene acompañando al teletrabajo y debemos buscar nuevas herramientas para vehicular a los trabajadores para ir en otra dirección diferente a la de la depresión ante el panorama desesperanzador a nivel económico, social y político", recalca. Si no, "estamos en riesgo de depresión cultural”.

De ahí la relevancia de Jesuitas Familia, la web creada para atender el área de pastoral dentro de la Compañía de Jesús en España para todo el entorno familiar "con sus vulnerabilidades, diversidades y celebraciones". Y es que "son muchas las realidades desde donde la Compañía ya tiene una trayectoria en este sentido por medio de sus parroquias, comunidades laicales como CVX, colegios, universidades, revistas, editorial del grupo Loyola que se ha querido integrar todo este trabajo en su conjunto para obtener toda una plataforma con herramientas de servicio".

¿Cuál es el estado de salud de la familia? "La familia está en transformación, es la estructura más original y universal del ser humano siendo en cierto modo muy frágil pero a su vez indestructible al estar siempre ese anhelo de amor, la pareja, los hijos, los padres".

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Entender la familia en su integridad

"Hoy -añade Vidal- se dan condiciones que nos hacen vivir mejor, al tener más libertad y capacidad para relacionarnos con nuestros cónyuges, por la liberación de la mujer, relaciones más sanas con nuestros hijos en gran parte por la democratización de la educación y la pedagogía". Pero, añade, "también es cierto que el utilitarismo, el individualismo y el relativismo cultural nos lleva a que todo es artificio construido y por tanto nada tiene importancia vital o existencial. Es posible que la familia tenga el peligro de ser utilitaria o ser superflua".

¿Esté en peligro? Fernando Vidal cree que no, pero sí que es preciso entenderla en toda su integridad. "La familia forma parte de la propia antropología humana y por tanto nadie es dueño de la misma y no se puede adueñar de lo que pueda ser o dejar de ser". Esto vale también para los católicos. "Si la iglesia  en algún momento se arroga el poder para decir lo que es o no familia es un error", subraya el sociólogo, quien añade que "hay una gran diversidad de familias que apelan a experiencias comunes de la humanidad como la maternidad, paternidad y otros vínculos. Hay que hablar de familias para poder expresar toda esa riqueza que desde los inicios de la humanidad hasta nuestros días", para luchar contra "una falsa sensación de homogeneidad pese a la enorme heterogeneidad que siempre ha habido en las familias".

"La familia es una larga búsqueda a lo largo de la vida", explica. "La búsqueda del amor, de como ser buen padre, buena madre, buen hijo y en definitiva toda una gran búsqueda que dura prácticamente toda tu vida. Es una gran búsqueda para la humanidad pues el amor es uno y toda persona busca un amor pleno y total por mucho que intente buscar variedad en las experiencias".

Amoris Laetitia, un cambio irreversible

¿Cómo afronta el Papa Francisco el debate sobre la familia? Con un documento clave: "Amoris Laetitia supone un giro radical para la pastoral en su conjunto", asegura Fernando Vidal, quien cinco años después de la publicación, la ve como "un cambio radical e irreversible en el ámbito de la pastoral de la familia".

"El amor es el mayor elemento de transformación de nuestras vidas y por si ha habido un interés político o por parte de la iglesia por controlar el deseo de la gente era por determinar un orden y control social concreto. De ahí que las cuestiones del deseo, la familia y lo más íntimo, siempre ha sido objeto de control de la sociedad", sostiene el director de la Cátedra Amoris Laetitia, quien recuerda cómo en el siglo XIX, "cuando al varón se le saca del hogar para inducirlo al mundo de las fábricas y se le quita todos esos elementos familiares de donación, fraternidad y solidaridad, más propios del comunismo que del ambiente capitalista de fábrica". Un "vaciamiento del padre" que, en su opinión, "es expresión de la necesidad de controlar aquello por lo que la gente daría su vida e iría contra el sistema que es por mi pareja, por mis hijos, por los míos".

¿Ha cambiado la visión de la Iglesia frente a estas realidades? "El imaginario que se atribuye a la iglesia en materia de sexo sigue siendo bastante negativo pese a que Amoris Laetitia desata esto incluso remontándonos a Juan Pablo II, que dio una visión tremendamente positiva respecto a la relación sexual", responde.

Indiferencia ante las enseñanzas de la Iglesia

Y se explica: "Al afectar a las relaciones más intimas de la gente tiene mucha más importancia de lo que creemos y no podemos dejarlo circunscrito al ámbito personal porque no siempre siente la gente respeto en ese ámbito al que debe reconocérsele la experiencia real del 97% de los católicos del mundo".

Y es que, admite Vidal, "hay una cierta separación, desafección o indiferencia ante las enseñanzas de la iglesia que se produce en la juventud cuando uno capta esta visión de lo sexual. Y a partir de ahí, cuando uno tiene pareja hay un desenganche sin ruido y silencioso que tiene profundas consecuencias en la gente en su relación con la fe y la tradición bíblica".

¿Y qué hacer? "Necesitamos, en primer lugar escuchar a la gente en su experiencia profunda que por tónica general anda mayoritariamente desafectada, silenciosa y sin voz". "Son muchos de los que nos rodean y que más que alejados se sienten abandonados", recuerda.

Y, por otro lado, "tenemos lo que Amoris Laetitia nos dice a modo de ejemplo con la comunión de los divorciados, que no tiene que articularse nada expreso porque era impropio que a dos personas divorciadas se les pudiera excomulgar". Éste, en opinión de Fernando Vidal, "es un claro ejemplo de que el rigorismo supone echar piedras encima de la gente. Tenemos que preguntarnos en qué momento hemos abandonado la sabiduría del Cantar de los Cantares, para quitar las piedras que no son magisterio y son en definitiva adherencias históricas, como bien decía Benedicto XVI".

"Existen miles de parejas de hecho que merecen otra palabra que no sea cargada con una visión tan negativa, automática y teórica"

Ante la nota de la Doctrina de la Fe ante la bendición de la unión de los homosexuales  la respuesta, sostiene Vidal, "parece ser muy automática a partir de ciertos presupuestos que es donde está el tema". "Se habla de cualquier tipo de unión entre bautizados que no sea sacramental y por tanto incluye a todo tipo de parejas", lamenta, explicando que "existen miles de parejas de hecho que merecen otra palabra que no sea cargada con una visión tan negativa, automática y teórica".

Sin embargo, el sociólogo apunta que "la nota habla también de la bendición personal, acompañamiento y deja abierto el reto de acoger e integrar el mundo homosexual siendo un desafío que requiere un cambio de prejuicios, cultural, desaprender y eliminar elementos homofóbicos".

"Hay una gran parte de la iglesia que se ha adentrado en ello sin saber muy bien cómo hacerlo pero se ha dejado guiar por esos principios de acoger, integrar, acompañar y discernir", subraya Vidal, quien ve en este punto "todo un viaje en el que la Iglesia debe ser acompañada".

"Es comprensible que la bendición parezca una paraliturgia nupcial y la prudencia se impone para no ser mal entendido como un todo vale. Es en ese sentido en el que hay que interpretar la respuesta. La cuestión sigue abierta y nos queda mucho recorrido por hacer ante una cuestión que es muy nueva que entra de una forma disruptiva y del que necesitamos hacer camino como iglesia por no estar preparados", finaliza.