“Es un dolor”. Atilano Rodríguez, obispo de Sigüenza-Guadalajara, no oculta la pena por el fallecimiento, el 14 de junio a los 96 de edad, de don Gabino Díaz Merchán, arzobispo emérito de Oviedo, a quien considera "un padre, que me ordenó como sacerdote y obispo, y fue, al mismo tiempo, un amigo, con el que he mantenido esa amistad a lo largo de los años, y no solo entre nosotros, sino también con su familia".
De don Gabino, señala Rodríguez a RD, destaca "su maestría en el enfoque y los criterios de los planteamientos pastorales", y subraya que, dentro de su ministerio episcopal, la Iglesia en España habrá de recordarle porque, "ya en su época, interpretó muy bien que la sinodalidad era la dimensión evangelizadora de la Iglesia".
El Vaticano II como guía
"Su preocupación por la participación de los fieles, por la importancia de la comunión y la misión evangelizadora, en la que también nos insiste ahora el papa Francisco, recuerdo que ya estaba en los planes pastorales que diseñaba hace décadas don Gabino", señala el pastor asturiano.
Para Atilano Rodríguez, "don Gabino supo aplicar el Concilio Vaticano II", en una de cuyas últimas sesiones pudo participar, "y se adelantó a los mensajes que ahora estamos viviendo con el papa Francisco".
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