Especial relevancia tiene el Plan de Reparación Integral de Víctimas de Abusos (PRIVA), incluido dentro de estas Líneas, que pretende dar respuesta a aquellas personas que han sufrido abusos y cuyos casos han prescrito o el victimario ha fallecido y, por tanto, la justicia no puede resarcirlas. En estos mismos procesos de justicia restaurativa con víctimas ha participado Fernando, un camino recorrido necesario para abordar esta lacra.
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Las víctimas en el centro
«Estos documentos manifiestan la voz de la Iglesia ante el drama de las víctimas». Con estas palabras expresa el provincial de la Inspectoría salesiana de Santiago el Mayor el sentir general de todas las personas que han estado implicadas en la elaboración de los documentos, unos documentos que muestran “el camino recorrido y el que está por realizar”.
Ante la pregunta de la presencia de las víctimas en el contenido de las Líneas, Fernando García señala que las víctimas no tienen una realidad homogénea. «Las víctimas están en el centro de nuestra intención de escuchar y aprender de ellas. Han estado presentes en estos documentos porque están impregnados de su sensibilidad»
Dentro de estas Líneas de Trabajo se encuentra el Plan de Reparación Integral a las Víctimas de Abusos (PRIVA), un plan en el que “la Iglesia decide abrir una puerta por su responsabilidad moral con las personas, porque la justicia se la había cerrado, o bien porque los casos están prescritos civilmente o bien porque ha muerto el victimario y, lógicamente, no se puede desarrollar un procedimiento judicial”.
Se elabora a raíz del Informe del Defensor del Pueblo. Va dirigido a menores abusados sexualmente y a personas equiparadas en derecho (personas mayores de edad que tienen un uso imperfecto de la razón) cuyos casos hayan prescrito o en los que el victimario haya fallecido.
Para llevar a cabo el PRIVA se ha creado una Comisión Asesora formada por profesionales de prestigio. “Queremos que una misma persona no tenga que narrar muchas veces su propio caso, que una persona que ya ha acudido a un lugar no le exijamos que tenga que acudir a otros”. El dolor no ha prescrito. “En el centro está cada persona que ha sufrido y que necesita una respuesta integral. Ninguna víctima puede sentir el miedo de que no vaya a ser escuchada o no tenida en cuenta las recomendaciones de la Comisión Asesora. Si se diera un caso, ahí está la CEE, ahí está la CONFER, que acompañaremos para hacer que se cumpla lo que se ha señalado”.
Fernando García señala la importancia de subrayar que todos estos documentos que ha aprobado la Iglesia española no son una respuesta ni al Gobierno, ni siquiera al Defensor del Pueblo, “aunque utilicemos la palabra respuesta cuando hablamos de nuestra reacción y de nuestra aportación ante la información recibida. Es ante todo una respuesta a cada víctima”.
