La Ascensión, el triunfo de Jesús, maestro de vida

Querid@s amig@s colaboradores y cooperantes en la lucha por un mundo mejor

“Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”(Jean Paul Sartre)

El relato evangélico de hoy en Lucas 24,46-52 nos habla de la Ascensión de Jesús. Es como la figura plástica de su retorno a la plenitud de Dios, que en realidad ya poseía a partir del momento de su muerte el viernes santo, que en realidad es el momento del paso de esta vida a la plenitud de la vida para siempre.

1.-¿Para qué hemos nacido?-Los seres humanos y los demás seres vivos hemos nacido para triunfar, para ser felices, para la fiesta, para la alegría, para la celebraciones gratificantes, porque lo que deseamos más profundamente es ser felices. Consciente o inconscientemente, siempre estamos buscando la felicidad.

Pero no hemos nacido para buscarla a base de triunfar a costa de los demás, sino que hemos nacido para buscarla triunfando con los demás, nunca contra los demás, ni sin los demás. Querer ser feliz y triunfar a costa de los demás es indigno del ser humano, y mucho más del ser cristiano. Esta forma de hacerlo a costa de los demás nos la ha incrustado el Capitalismo en el ADN, y por triunfar por encima del otro, y tener cada vez más poder que el otro, se declaran guerras, se mata, se asesina, se roba, se corrompe, se hacen trampas, se inventan verdades que son mentiras, se crean necesidades en el pueblo, se engaña con falsas promesas, se promete lo que se sabe que no se va a cumplir.

2.-El gran Maestro.-No obstante, también hay muchas personas que piensan y se preocupan antes de la felicidad de los demás que de la suya. Que consciente o inconscientemente siguen el testimonio y el mensaje de Jesús, porque lo ven como un gran maestro de vida, de amor, de justicia, de fraternidad, de amistad, de esperanza; como gran maestro de fortaleza, de compasión, de fe, de lucha, de humanidad; como gran maestro de humildad, de igualdad, de valor; como gran maestro de la verdad, de la predilección por los pobres, de la dignidad humana; como gran maestro de compromiso hasta ser perseguido y condenado a muerte injusta, indigna, y prematura, precisamente por quienes querían mantener el poder absoluto, religioso y político sobre los demás.

Apuntémonos a este gran mensaje de Jesús con los hechos y las palabras de nuestra vida. Así es como seremos felices de verdad con toda la humanidad y la Madre Tierra, en la esperanza firme de llegar como Jesús y con toda ella a la plenitud del triunfo definitivo con El que tanto nos quiso, porque cuando queremos una cosa la hacemos siempre bien y más felices, porque “Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”(Jean Paul Sartre), y Jesús quiso hacerlo todo bien por todos y por todo, junto con todos y con todo.

3.-Los emporios de nuestro tiempo.-Jesús luchó contra los emporios de su tiempo que oprimían a la gente. A nosotros nos toca luchar contra los de hoy, sobre todo los de las multinacionales que quieren imponer su ley a toda la humanidad, como ahora mismo con el TTIP (tratado de libre comercio) que EE.UU. , presionado por sus multinacionales, quiere imponer en secreto a toda Europa.
Estos grandes emporios económicos multinacionales han nacido para tener: tener dinero y tener poder. No han nacido para ayudar a la gente a ser feliz. Pero como saben que la gente desea ser feliz, también con sus productos le venden felicidad, pero la felicidad del tener, para incitar al consumidor a que consuma cada vez más, y ellos tener cada vez más dinero y más poder, porque al sistema neoliberal del capitalismo solo le preocupa que la gente viva para producir y consumir, no para vivir dignamente. Los países desarrollados consumimos tanto que ese consumo no es universalizable. Si el resto del mundo consumiera como nosotros, a la tierra le quedarían muy pocos años de vida. Y no solo eso, sino que el control del 85 % del trigo, el maíz y la soja que se producen en el mundo está en manos de 6 grandes transnacionales alimentarias, que a su vez promueven con otras 10 grandes compañías la producción de semillas híbridas y transgénicas, controlando a la fecha de hoy cerca de la mitad del mercado mundial de las mismas, que a su vez solo son viables a base de utilizar productos agrotóxicos (pesticidas y herbicidas), comercializados a su vez por otras multinacionales, ligadas a las anteriores, que los fabrican, con lo cual cierran el círculo, camino del monopolio mundial de la alimentación. Por ese camino perderemos la fertilidad y diversidad biológica del planeta.

Por ahí la humanidad tiene mal futuro. El retorno al mensaje de Jesús como maestro de vida, para el ser humano y para la madre tierra, para que todos y todo tengamos vida y la tengamos en abundancia, debe ser un compromiso que todos debemos asumir lo antes posible.

Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino
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