Contigo hermano Francisco en Lesbos

Hoy el Papa Francisco viaja a Lesbos para gritar contra la guerra y la infamia de la UE de “vender” a millones de Sirios y de otros países de Oriente Medio, como Irak o Eritrea, a Turquía.



Es algo increíble que Europa, con su civilización occidental, sea tan egoísta, insolidaria, insensible y tacaña, que no sea capaz de abrir sus puertas para acoger a las víctimas de la guerra actual en Siria o de aquellas que ella misma ha contribuido a declarar, como la de Irak, en la que participó también España inducida por el defraudador de Hacienda, el expresidente Aznar, como lamentable lacayo de Bush, junto con otros gobernantes europeos, todos intencionadamente manipulalos por la Rendon Group para hacerse con el petróleo de Irak.



¿Cómo es posible que a los gobernantes de cada país europeo y a los supranacionales del Parlamento de Bruselas no les produce sonrojo y vergüenza construir y consentir vallas de concertinas, de nada menos que de 4000 kilómetros, atravesando Hungría, Austria, Eslovenia, Croacia, Servia y Macedonia?







Francisco, calificas este viaje así: “Este es un viaje triste”. Todos estamos tristes viendo una tragedia tan grave y tan grande.



Gracias, Hermano Francisco, por tu apoyo a tantos miles de personas sumidas en la mayor impotencia y desesperación, víctimas de una catástrofe humanitaria inconcebible. Somos millones los que no entendemos nada de esta Europa y sus dirigentes, pero que estamos contigo hoy en Lesbos, y deseando acoger, incluso en nuestras propias casas, a quienes son tan seres humanos como nosotros, y a los que tanto vemos sufrir cada día.



Sabemos bien que Siria puede vivir por si misma, y también sabemos que quienes están detrás de tanto sufrimiento son los intereses políticos de su presidente Bashar al-Asad, lacayo a su vez de Putin, y los económicos de la UE, EE.UU., Rusia, y de grupos radicales como el EI que se aprovechan coyunturalmente de la situación. Si EE.UU., Rusia y la UE pararan la guerra en Siria el enorme problema del pueblo sirio se acabaría de raíz. Otra cosa son los inmigrantes africanos que vienen de países muy pobres huyendo del hambre, arruinados por las multinacionales y el cambio climático sobre todo en el Sahel, a los que también les colocamos vallas en Ceuta y Melilla. Queremos lo que tienen, su petróleo, su gas natural y sus materias primas, pero no los queremos a ellos. Ese no es el camino para un mundo mejor, que tanto están necesitando urgentemente millones de seres humanos y las demás criaturas de la Madre Tierra para una vida digna para ellos y para ellas.



Un cordial saludo a tod@s.-Faustino
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