"Gracias Gustavo Petro por no haberte cansado a pesar de tanta oposición" ¡Y ganó "El cambio por la vida"!
"Espontáneamente mucha gente ha salido a la calle para celebrar este triunfo. No importa la lluvia (en Bogotá) porque es más grande la alegría del triunfo. Pero lo más interesante es la presencia masiva de tantos jóvenes"
"Los periodistas de los medios casados con el gobierno actual, no saben muy bien cómo transmitir este triunfo. Se les ve rígidos, como a muchos de los invitados a comentar. Es que después de tantos meses contribuyendo al desprestigio de la campaña del Pacto Histórico, ahora no saben ni qué decir"
"Gracias Francia Márquez por hacer realidad que una mujer como tú -a los que tantos tienen recelo por ser negra, ser lideresa, ser valiente- ocupe este segundo cargo de la nación, rompiendo el techo para las mujeres pobres, negras, del pueblo"
"Gracias Francia Márquez por hacer realidad que una mujer como tú -a los que tantos tienen recelo por ser negra, ser lideresa, ser valiente- ocupe este segundo cargo de la nación, rompiendo el techo para las mujeres pobres, negras, del pueblo"
Han sido tres semanas muy difíciles desde la primera vuelta y por fin, “ganó el pacto por la vida”. En este día no ganó una persona -Petro- sino que ganaron las periferias, las víctimas, los y las nadies, la población afro, y tantos pobres con diferentes necesidades y exclusiones. Además ganó un relato que se acerca más a la verdad (todo relato es limitado como la misma vida humana) porque no es verdad que los guerrilleros insertados no puedan acogerse a la legalidad y seguir construyendo patria, porque no es verdad que el único sistema confiable es el neoliberalismo, porque no es verdad que hay que esperar indefinidamente para empezar el cuidado de la casa común, porque no es verdad que los gobiernos progresistas son comunismo, porque no es verdad que no podamos tener un Estado de Bienestar -como tantos países del llamado primer mundo- para garantizar una educación, una salud, una pensión, una vivienda y tantas otras necesidades básicas a lo que tienen derecho todo colombiano/a.
Los/as pobres, los/as nadies ¡no son vagos!, ¡no son atenidos!, -como los califican tantas personas desde su comodidad-. Ellos son víctimas de la injusticia social de la que esta parte de Colombia, hoy ganadora, se cansó y ha puesto todo de su parte para comenzar a revertirla. Que la injusticia se haga justicia, que le vida triunfe sobre la muerte, que la paz acabe con la guerra.
Espontáneamente mucha gente ha salido a la calle para celebrar este triunfo. No importa la lluvia (en Bogotá) porque es más grande la alegría del triunfo. Pero lo más interesante es la presencia masiva de tantos jóvenes. A ellos también les debemos este triunfo porque son los que hace un año protestaron en las calles porque la situación que vivimos no se puede tolerar más. Su constancia, audacia y fortaleza muestra la conciencia política de los jóvenes y su compromiso con construir nuestra patria. No es verdad que los jóvenes son vándalos -como también los califican tantas personas que solo viven en su pequeño mundo, temerosos de cualquier cambio-.
La alegría de este momento refleja un sentir del “pueblo”. Ese pueblo que se logra unir y luchar por causas comunes. De este pueblo nos habla el papa Francisco en la Fratelli Tutii, pero lamentablemente, hay una porción de Iglesia que no puede salir a celebrar con este pueblo, porque parece que nunca esta con él, aunque en teoría dice seguir al Jesús del reino, donde los pobres ocupan el primer lugar. ¡Esas son las incoherencias de nuestra fe!
Los periodistas de los medios casados con el gobierno actual, no saben muy bien cómo transmitir este triunfo. Se les ve rígidos, como a muchos de los invitados a comentar. Es que después de tantos meses contribuyendo al desprestigio de la campaña del Pacto Histórico, ahora no saben ni qué decir. Porque, aunque fue verdad que de todas las campañas hubo iniciativas de atacar personalmente al contrincante, es verdad de toda verdad que contra Petro todo eran ataques, todo era distorsión, no hubo un solo debate en que los oponentes no partieran de una mentira para atacarlo y que los periodistas no le hicieran preguntas con la intencionalidad de reforzar prejuicios infundados.
✅ ATENCIÓN | Mons. Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, felicita a todo el pueblo colombiano por su responsabilidad democrática en la jornada electoral.
— Conferencia Episcopal de Colombia (@episcopadocol) June 20, 2022
Así también saluda al presidente electo de Colombia. pic.twitter.com/E7IC5ntfYu
Por supuesto que las cosas no van a cambiar mágicamente. Creo también que errores no faltarán. Estaremos escribiendo en el futuro con desacuerdos frente a decisiones que tomen. Pero no olvidemos que cualquier decisión necesita la aprobación del congreso y será una “obra de arte” conseguir unir fuerzas para el bien de Colombia. No faltará la oposición férrea de los contrarios. Sin embargo, Colombia no va a ser la misma después de este triunfo. Por primera vez nuestro país se mira desde la periferia, por primera vez los que nos hablan son representantes de los indígenas, de los afro, de los campesinos, de las víctimas, de los pobres, de los nadies y las nadies, pueblo colombiano que trabaja con tanta dignidad y que por siglos ha sido víctima de tanta injusticia social.
Gracias Francia Márquez por hacer realidad que una mujer como tú -a los que tantos tienen recelo por ser negra, ser lideresa, ser valiente- ocupe este segundo cargo de la nación, rompiendo el techo para las mujeres pobres, negras, del pueblo. Desde tu maravillosa votación en las consultas nos has mostrado que existe esta porción de pueblo que levanta la voz y es capaz de encargarse de liderar el rumbo del país por la senda de la vida, vida que has defendido con el compromiso de tu propia vida.
Gracias Gustavo Petro por no haberte cansado a pesar de tanta oposición. Tu vida vale la pena ¡y sin duda! Como dijo algún periodista o comentador, has sabido interpretar el sentir del pueblo y merecías ser nuestro presidente. Tus primeras palabras, después de este triunfo, son las que necesitamos: una política del diálogo, del amor, de la reconciliación, de la paz y, sobre todo, abrir las puertas del cambio. No estamos bien y tenemos derecho a estarlo. Confiamos que estos cuatro años que vienen sigamos trabajando por la unidad y la paz, por la justicia social y la inclusión de todos/as, por superar tanta violencia que no tenemos porque vivir. ¡Tenemos derecho a vivir en paz! ¡Tenemos derecho a ser felices! ¡Tenemos derecho a vivir sabroso!
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