Agravios de la natividad.
| Pablo Heras Alonso.
Agravios mentales navideños
Los relatos evangélicos están redactados por personas implicadas, interesadas en la propagación de la nueva doctrina, tras una larga predicación oral, adaptada y deformada, manipulada y acomodada, como toda trasmisión oral, a los intereses doctrinales de los grupos y de las ideologías de la época.
Sin embargo, en ellos se aprecian algunos apuntes que pueden gozar de cierta “consistencia histórica”. Lo dicen todos cuantos deducen historicidad en el mismo cuádruple relato sin tener que admitir “palabra de Dios” previamente:
- hijo de José y María,
- natural de Nazaret,
- perteneciente a la clase trabajadora,
- maestro (rabino) itinerante,
- hizo causa común con los pobres y marginados (aunque tampoco hacía ascos a los ricos)
- su doctrina “molestó” a las autoridades religiosas de su época y tampoco fue aceptada por las clases dominantes,
- sufrió persecución por parte de las autoridades y grupos clasistas,
- fue hecho prisionero, torturado, sentenciado a muerte y ejecutado.
La “hipóstasis” es una “hipótesis”. El ser o la sustancia de un supuesto.
Metidos en el berenjenal del resto de los textos, afloran unas cuantas preguntas a las que los Evangelios no responden “directamente”. Aunque sí se puede deducir lo contrario.
- ¿Sabían ya los discípulos de Jesús, cuando se encontraron con él, que era “el hijo de Dios, el mesías, el cristo salvador...” y tal y tal? ¿O se encontraron con un “hombre”, con un “maestro”, un “profeta” más de la época?
- ¿Qué conocía la gente sobre su vida? Pues sabía
- -- que procedía de Nazaret (“¿De Nazaret puede salir algo bueno?”), aunque desconocían su domicilio (“¿Dónde vives?”)
- --que era hijo de una tal María (ninguna alusión a que era “virgen”, al contrario, menciona a los hermanos y hermanas);
- -- que su padre se llamaba José (pero ignoraban que el Espíritu Santo le había hecho una “faena”),
- -- que ejerció el oficio de carpintero,
- --y poco más sobre su familia, sus "hermanos y parientes”
- -- que le trataron de loco.
¿No es éste el Jesús "histórico"?
A partir de aquí, sus “seguidores” defraudados por los acontecimientos, ante el fracaso de su rabino, aplican, adaptan y acomodan al “maestro” la esperanza mesiánica, lo que les hubiera gustado que fuera Jesús. Y rivalizan con la historia de Israel y los textos proféticos encajándolos acomodadamente en su persona y en su vida. Y así surge el “mito”.
Identifican al Jesús fracasado, convicto y confeso, condenado y crucificado, con el hijo de Dios, el mesías y todo lo demás (virginidad de María, resurrección, ascensión...). A éste Jesús sí que se le podrá llamar el "Cristo de la fe". Claro, para los que se lo crean.
Pues, qué quieren que les diga… En este proceso que termina con “Dios hecho hombre” se degrada a Dios y se deshumaniza a Jesús. Secuestrar el Jesús histórico en aras de su "divinidad", rechazar los estudios literarios o de antropología relacionados con la persona del judío Jesús antes de su exaltación y descartar la hermenéutica actual sería ponerse una "venda en los ojos" con eso de que la fe es ciega”.
Añadamos algo más, por si algunos no tienen clara la cosa: ¿Por qué para otros personajes de la Historia sí hay que poner en duda su “divinización” y para Jesús no?
¡¡Lamentable agravio comparativo!!