Cada semana, decenas de hombres, mujeres y niños son sacrificadas en las fronteras de nuestro bienestar. No puedo deciros: Feliz Navidad. No conozco más Navidad que la de esos hombres, mujeres y niños arrojados al fondo del mar:
Navidad en el mar…
Esperanzas,
Sueños rotos,
Y miradas que se quiebran
Al caerse de los ojos…
En patera, a la deriva,
Trapos sucios a remojo,
Dios y tú sobre las olas,
Dios y tú remando solos,
Dios y tú bajando mudos,
Abrazados, hasta el fondo...
Dios y tú naciendo ahora,
El Uno en brazos del Otro…
Puede que un día despertemos, veamos, acojamos, abracemos, y vuelva a ser Navidad también para nosotros.