Profecías de otro Nostradamus, yo.
Allá por el año 2005, sobre todo al rebufo de las investigaciones sobre el 11-M, me atreví a publicar una larga serie de poemas relacionados con el momento convulso en que se debatía la sociedad española a imitación de Nostradamus.
| Pablo HERAS ALONSO
Rescato los tres relacionados con la Iglesia española en relación al glorioso abatimiento en que precisamente ahora se encuentra.
Las que fueron madrigueras – son cárdenos roquedales
que rezuman agonías – disfrazadas de ideales
y el invierno de sus hachas - no deja brote en sus haces.
Traducción: La vida de las religiones se mide por milenios: crecieron en edificaciones que hoy no pueden llenar; tuvieron en sus manos el poder de horca y cuchillo... Hoy asistimos al lento pero imparable declive de las credulidades, entre ellas la católica, la nuestra.
Allí donde recrecieron – simientes de sementales
para un servicio de siervos – siguiendo surcos astrales,
ya no tendrán mandamientos – de quinquenios eclesiales:
son pozos samaritanos – sin agua ni manantiales.
Traducción: Más de cinco seminarios serán vendidos a grandes Bancos o cadenas hoteleras y serán convertidos en hoteles.
Vendrán secanos de brillo – sobre las selvas de flores
que plantaron para nada - los que aún sirven a dioses:
cuervos, grajos y hasta bueyes, - sonrisa inmisericorde,
limosneros pentadeudas – detrás de unos cardos corren
porque entrevieron mercedes – para incienso de sus zotes.
Traducción: la Iglesia, con la tranquilidad del que agoniza, entre la apatía y la desafección social, vivirá sin grandes sobresaltos durante otros cinco decenios como mínimo.