Seminario Menor, Colegio Arzobispal, un parto traumático.

20 años de vida, 18 si contabilizamos las obras realizadas, sobre los escombros del Colegio anterior, con un pasado de 121 + 12 años cumpliendo los fines con que nació el Centro por donación primera gratuita del edificio. 

Por lo que la página WEB destila, parece que la alegría vital y el buen hacer son vida en el recinto del Colegio Arzobispal. Por vivir cerca, lo veo con mucha frecuencia. Y lo miro con cierto cariño, entre otras cosas porque allí, aunque en las instalaciones anteriores, estudió alguien de mi casa.

Una cosa no quita la otra. El edificio es independiente de la comunidad que lo habita. Y sé que nadie sabe ni la trayectoria del inmueble ni lo que se coció entre sus muros antes de que entraran a habitarlo los nuevos inquilinos ni el drama que vivió el Colegio que allí existía.

Entre los muchísimos documentos de que dispongo relacionados con este Colegio, antes Nuestra Señora del Carmen, hoy Colegio Arzobispal-Seminario Menor, tengo ante mí el Acta con las Escrituraciones en el Registro de la Propiedad de Madrid, año 1857.

Paso por alto consideraciones técnicas relacionadas con planos, superficies y descripción del mismo. La finca fue inscrita a favor de la Congregación de Hermanas Carmelitas de la Caridad (de Vedruna). La cesión fue realizada por D. Antonio Herrero Traña, D. Andrés Martínez de Novoa y D. Santiago Tejada Santa María, personajes relevantes de la sociedad madrileña cuyo currículum puede consultarse en Internet.

Dichas tres personas habían adquirido un edificio en estado ruinoso con un destino predeterminado y habían elaborado unos Estatutos que sometieron a la aprobación del Gobierno para ceder el edificio a las Hnas. Carmelitas “Vedruna”.

Reinaba en ese momento Isabel II y ese año (1856) se produjo el golpe de Estado de O’Donnell que puso fin al bienio progresista, siendo relevado Espartero de la Presidencia y nombrado O’Donnell en su lugar, que a su vez duró tres meses en el gobierno para ser relevado por Narváez. El ambiente social era de desorden, manifestaciones, protestas sociales... España era un volcán revolucionario. Fue un año de mucha efervescencia social y de represiones terribles. O’Donnell llegó a ordenar el bombardeo del Congreso, julio de 1856, donde se habían reunido los opositores al golpe de Estado. Fue en mayo cuando aquellas tres buenas personas decidieron alzar una institución...

...para después de sus días, con la condición de que se conserve siempre destinada exclusivamente, la finca de que se trata, a los fines y objetos señalado en los Estatutos aprobados por el Gobierno de S.M. en 13 de Mayo de 1.856.

Los adquirentes benefactores tenían bien presentes las distintas desamortizaciones que habían “sufrido” los bienes de las órdenes religiosas, por lo que quisieron dejar bien atado legalmente el problema o asunto de la propiedad del edificio, así como la finalidad del mismo. Madoz todavía rondaba por ahí. Sigue el Documento:

Si por causa de ruina o por disposición del Gobierno o por una fuerza mayor o por razón de mejora o conveniencia y otra causa semejante conviniese enajenar dicha casa, como puede acontecer, la Madre Superiora podrá enajenarla, pero a condición de que su precio se ha de invertir en adquirir otra casa en Madrid, o agrandar y mejorar otra que el Instituto pudiera tener dentro de Madrid para que en todo caso, con casa en Madrid pudieran llenarse los fines caritativos de su asociación que se propusieron los señores otorgantes.

Se especifica claramente que dicha casa ha de servir “siempre para la educación y enseñanza de huérfanas pobres, sirvientas y niñas de escasos medios”.

Siguen otras dos condiciones ante sendas eventualidades: si dejaran de existir las “Terciaria del Carmen” (Vedruna) o no pudieran mantener la casa, será el Prelado Diocesano (obispado) el que tome posesión de dicha casa [gratis], que encargará a otro Instituto religioso llevar a cabo las mismas funciones. Otrosí, si el Prelado Diocesano no pudiera sostenerla,

queda autorizado para permutarla o venderla y su precio lo invertirás en tal caso en aquellos objetos de piedad o caridad que sean más convenientes según las circunstancias y más análogos a los fines que los señores donantes se propusieron.

La cesión mediante Escritura se realizó el 25 de septiembre de 1868. En los años anteriores, las tres referidas personas habían reconstruido el edificio y lo habían acondicionado para los fines dichos. Todavía se realizó una nueva escrituración (descripciones de resto y consolidación de pleno dominio) el 27 de febrero de 1963 y 13 de noviembre del mismo año.

En 1988 deciden las monjas abandonar el Colegio. Dado que el fin primero de los que donaron el edificio se seguía manteniendo, la Curia Provincial de las Hnas. Carmelitas firmaron el documento de “CESIÓN DE USO” del edificio a la SL San Francisco Seis por periodos de “concierto escolar”, con los condicionantes de mantener el ideario católico de la Congregación.

La entrada en escena del Prelado Diocesano (Rouco Varela) pretendiendo su adquisición y la voluntad de las monjas de venderlo, chocaron en un primer momento con lo que la Escritura de cesión de 1868 decía. El Colegio seguí siendo "Vedruna" y funcionaba bien. ¡Para eso estaba la interpretación de documentos históricos del gran especialista Remigio Lovelle, “Abogados Lovelle”, que derribó los primeros obstáculos!

Y que no se podía enajenar... de hecho el edificio fue enajenado. El quid de la cuestión estribaba en aquella “cesión de uso”, habiéndose constituido una Sociedad como titular del Centro Escolar, que no del edificio. El asunto se encaminaba a sentencia judicial. Nunca hubo interpretación de la Justicia. Fidel era mucho Fidel.

Volver arriba