El Syllabus y los ismos.
| Pablo Heras Alonso.
El título completo de este documento promulgado por Pío IX en 1864 dice así: Syllabus errorum complectens praecipuos nostrae aetatis errores (Lista de errores que recoge los principales errores de nuestro tiempo). Podrían haber sido literariamente más cuidadosos y no repetir “errores” dos veces. A este listado se unía la explicación oportuna del mismo con la encíclica “Quanta cura”, sin ánimo de incurrir en dobles sentidos.
Algo que también resulta curioso es que casi todas las citadas falsedades de nuestro tiempo, como naturalismo o existencialismo, tengan la desinencia “ismo”, como la tiene “cristianismo”.
El Syllabus viene a ser la continuación de Trento, apartado Santo Oficio. Si en Trento el drama doloroso y principal fue la pérdida del control de la mitad de Europa, en el Syllabus lo que subyacía era la pérdida de los Estados Pontificios con la reunificación de Italia.
Recordemos: los Estados Pontificios eran territorios bajo la autoridad directa del Papa que duraron entre el año 756 y 1870. Tenían una extensión de 41.500 km2 y comprendían regiones de Lacio, Spoleto, Ancona, Pentapolis, Romagna y Emilia, con ciudades como Roma, Spoleto, Perugia, Asís, Rímini, Faenza, Bolonia, Rávena, Parma, Módena o Ferrara, situadas en la zona centro-norte de Italia entre el mar Tirreno y el Adriático. Desde 1870 a 1929, el papado fue despojado de todo. El acuerdo con Mussolini concedió al Estado Pontificio 44 hectáreas en la colina del Vaticano. Podemos imaginar el quebranto económico que ello produjo al papado.
¡Pero para Roma lo importante era el núcleo sobrenatural de la vida y la salvación del hombre! Eso había que preservar. De ahí, el Syllabus contra el cáncer intelectual que corroía a Europa. Ochenta tesis o corrientes de pensamiento condenadas, divididas en cuatro apartados:
- La fe (1-18): panteísmo, naturalismo, racionalismo, indiferentismo, no sometimiento de la inteligencia al magisterio de la Iglesia.
- La Iglesia y el Estado (19-55): libertad de la Iglesia, subordinación del Estado a la moral cristiana, derechos naturales, no separación Iglesia y Estado.
- Ética (56-74): matrimonio como sacramento, condena de la moral laica, utilitarismo.
- El cristianismo es religión de Estado (75-80): condena de la libertad de culto, pensamiento, imprenta y conciencia. Peligro: progreso, liberalismo, cultura moderna.
Los “ismos” más perversos: panteísmo, naturalismo, racionalismo, liberalismo, indiferentismo, latitudinarismo ([1]), socialismo y comunismo. El pensamiento del Syllabus no es algo obsoleto, el mismo papa Juan Pablo II acogió sus anatemas contra el racionalismo y el fideísmo en su encíclica Fides et Ratio. Más aún, retomó las condenas de Pío X, XI y XII contra nuevos “ismos”: fenomenismo, inmanentismo, agnosticismo, marxismo, evolucionismo, historicismo, modernismo y existencialismo. Y si no condenó expresamente, sí censuró el eclecticismo, el historicismo, el modernismo, el cientificismo, el pragmatismo, el parlamentarismo y el nihilismo.
La respuesta de la sociedad durante los últimos cien años se ha resumido en un solo “ismo”, el indiferentismo. Las prédicas de los rectores de la fe le resultan a la gente indiferentes; lo que diga la Iglesia respecto a temas morales o políticos, deja a fieles y no fieles indiferentes; cumplir o no los ritos, sobre todo si se encuentran dificultades para ello o chocan con otras urgencias, es indiferente… Respecto a cuestiones doctrinales no es que resulte indiferente aceptar esto o lo otro, es que ni siquiera se plantean: se cree con recitados indiferentes y se rezan las oraciones acostumbradas, cuando se rezan.
Trento y el Syllabus supusieron en su tiempo coletazos contra la desunión, pero han resultado inútiles. Cierto es que Trento ha mantenido su vigencia durante cuatro siglos, pero el virus de la contestación se fue propagando también por los territorios católicos dos siglos después, que se vieron infectados por el racionalismo de la ilustración y, más tarde, por la mayor y mejor instrucción de las masas.
¿Qué es hoy el occidente cristiano? Se consuela la Iglesia, quizá, con ese “resto de Israel”, con eso de que la Iglesia se ha purificado alejando de sí a los indiferentes, quedándose con ese reducto pletórico de fe y de piedad presente en las ceremonias litúrgicas. Incluso percibiendo que, en la sociedad, todavía se mantiene el espíritu cristiano que impregna espacios, , edificaciones, folklore y tradiciones.
[1] Teólogos anglicanos que afirman que hay salvación fuera de la Iglesia, la razón está por encima de la Biblia, no hay dogmas, tolerancia religiosa.