"Una Iglesia más libre y pobre" Josep Miquel Bausset: "Carta a los Reyes de Oriente"
"Queridos Reyes de Oriente: el inicio de otro año siempre nos trae la alegría de vuestra presencia"
"Ya sabéis que el 2020 ha sido un año muy difícil, con una pandemia provocada por la Covid-19 que se ha llevado tantas personas queridas"
"Desearía que este año, Majestades, nos trajerais a todos unas cajas bien grandes de solidaridad con los más desvalidos"
"Y, entre otras peticiones muy necesarias, dejadnos unas cajas bien grandes de audacia, de esperanza y de fuerza, para aprender a amarnos unos a otros"
"Desearía que este año, Majestades, nos trajerais a todos unas cajas bien grandes de solidaridad con los más desvalidos"
"Y, entre otras peticiones muy necesarias, dejadnos unas cajas bien grandes de audacia, de esperanza y de fuerza, para aprender a amarnos unos a otros"
Queridos Reyes de Oriente: el inicio de otro año siempre nos trae la alegría de vuestra presencia. Es una suerte que cada año comience con vuestra visita en esta noche maravillosa, una noche de sueños y de ilusiones, donde los ojos de los niños brillan de una manera especial.
Ya sabéis que el 2020 ha sido un año muy difícil, con una pandemia provocada por la Covid-19 que se ha llevado tantas personas queridas, hombres y mujeres conocidos, padres, abuelos, hermanos o amigos, que, desgraciadamente, muchas veces ni tan solo hemos podido despedirnos de ellos como hubiésemos querido hacer. Un año que nos ha dejado miles de familias que han perdido una persona querida o que han tenido que cerrar su negocio y miles de enfermos de coronavirus, además de numerosas familias hundidas en la pobreza debido a la crisis social y laboral que ha provocado esta pandemia.
Desearía que este año, Majestades, nos trajerais a todos unas cajas bien grandes de solidaridad con los más desvalidos, con los más débiles de nuestra sociedad: las familias que han perdido un ser querido en esta pandemia, los ancianos que viven solos o en residencias, los enfermos, los inmigrantes y los refugiados, los que no pueden llegar a final de mes, las familias que son expulsadas de su casa por unos bancos sin alma ni conciencia.
Traed a los médicos, a los enfermeros, a los farmacéuticos, al personal de limpieza de hospitales y residencies, unos paquetes bien grandes de fuerza y de coraje. Ellos han sido los que, con valentía, han estado en primera línea en la lucha contra esta pandemia. Muchos de ellos están agotados física y psicológicamente. Traedles unas cajas bien grandes de fuerza, para que puedan continuar el trabajo sacrificado y abnegado que, desde hace meses, llevan para salvar vides.
Al lado del personal sanitario tenemos a los irresponsables que, sin tener en cuenta la gravedad esta pandemia, continúan celebrando fiestas ilegales, convirtiéndose en vectores del virus. Traed a estas personas inmaduras e insolidarias unas grandes cajas de sentido común, de responsabilidad y de solidaridad, para que dejen de comportarse de una manera tan insolidaria.
Querría también que trajerais a los políticos la obsesión por la justicia, para de esta manera acabar con el fraude y la corrupción y para que con su trabajo hagan posible una sociedad más fraterna y más humana, más amable, más justa y más libre. Que nuestros políticos sepan optar por la lucha contra la cursa armamentística y el gasto militar para que el dinero que se gastan en armas, se utilicen para hacer hospitales, escuelas y zonas verdes. Y que siempre sepan actuar, no mirando los votos sino el bienestar de los ciudadanos.
Traed también a nuestra sociedad unas cajas bien gruesas de sensibilidad ecológica, para proteger el medio ambiente y para hacer de nuestro mundo un planeta sin humos ni contaminación.
A los que están en la cárcel injustamente (y a todos los prisioneros) traedles esperanza y coraje y a los jueces y a los magistrados que los han encarcelado, dejadles unos grandes paquetes de sentido de la justicia e imparcialidad y alejad de ellos la manera de impartir justicia basada en la venganza y el castigo por el castigo.
Traed también unas cajas grandes de libertad a los pueblos y a las culturas oprimidas. Haced que nuestra lengua y nuestra cultura, sea amada y respetada por la Iglesia Valenciana, que, incomprensiblemente, continúa marginando el valenciano en nuestros templos.
Aumentad a los periodistas la pasión por informar con objetividad y libertad, para así ayudar a formar ciudadanos libres, críticos con el poder.
Dad a los banqueros un alma nueva y un corazón sensible al sufrimiento de tanta gente. Que puedan descubrir que el dinero no lo es todo en la vida, sino que lo que realmente hace feliz es compartir lo que somos y lo que tenemos.
Dad también unos ojos y un corazón nuevo a aquellos que se aprovechan de los demás, que pisotean a los débiles, que viven con sueldos escandalosos y pensiones millonarias, insensibles al dolor y a las lágrimas de nuestro mundo.
Traed la ilusión a los que la han perdido, la esperanza a los desesperados, la alegría a los ancianos y a los jóvenes. Traed también nuevas fuerzas a los que están cansados y dad a los jóvenes que buscan trabajo, la fuerza para no desanimarse y para continuar luchando por un mundo más justo.
Traednos un deseo firme de paz para acabar con las guerras, la violencia de género, la xenofobia, el terrorismo y las dictaduras. Traednos también unas cajas bien gruesas de diálogo, que facilite la convivencia y la concordia entre pueblos, culturas y religiones. Y borrad de nuestros corazones la intolerancia y el fundamentalismo.
Traed también, Majestades, una nueva manera de hacer política. Que el bien de los ciudadanos sea la prioridad de nuestros gobernantes. Que nuestros políticos no hagan trampas, ni actúen con engaños ni mentiras. Que siempre jueguen limpio y que no pierdan el tiempo insultándose o descalificándose unos a otros. Y también, haced que los gobernantes nos dejen ver TV3 a los valencianos. Que se acaben las prohibiciones y las censuras.
Renovad en los maestros, que viven con pasión la docencia, la ilusión para transmitir los valores que nos humanizan y nos ayudan a crecer como personas.
Traed a los agricultores unas cajas bien grandes de esperanza y de fe en el futuro. Ellos que trabajan de sol a sol, que labran la tierra con su fatiga y con su sudor, que venden las naranjas por cuatro céntimos, mientras ven que los intermediarios se hacen de oro.
Traed a la Iglesia Valenciana la pasión por el Evangelio, sin aditivos, conservantes o colorantes. Dad a los cristianos la pasión por anunciar el Reino, que es siempre buscar la felicidad de los demás y un papel más importante de las mujeres en el seno de las comunidades cristianas.
Traed al papa Francisco una caja bien grande de coraje, para que con la valentía de los profetas y a pesar de las zancadillas que le ponen desde dentro mismo del Vaticano, haga avanzar la Iglesia por los caminos del Evangelio.
Majestades, hace 2.000 años encontrasteis a Dios, “escondido” en el Niño del pesebre. Un Dios que (como dice el teólogo Joseba Andoni Pagola) “no pueden encontrar los que viven instalados en el poder o encerrados en la seguridad religiosa”. Traednos a los cristianos una caja bien gruesa del deseo de construir una Iglesia más libre, que trabaje para mostrar la luz de Cristo a aquellos que buscan incansablemente una esperanza para vivir. Una Iglesia más libre y pobre.
Y cuando esta noche paséis por nuestras calles y por nuestras plazas, este año vestidas de duelo (por la muerte de tantas personas queridas) y de cansancio y de abatimiento (por las personas que se han quedado sin trabajo) dejadnos unas cajas bien grandes de audacia, de esperanza y de fuerza, para aprender a amarnos unos a otros.
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