"Usted habría de saber que solo utilizan la fuerza los que no tienen la razón" Bausset, a Putin: "Su invasión a Ucrania nos llena de horror"
"Presidente Putin: supongo que usted, después de invadir Ucrania, no se atreve a ver a los niños ucranianos, a los ancianos con el corazón roto, el éxodo de más de dos millones y medio de refugiados, las familias rotas, el dolor de las madres que han perdido un hijo"
"Usted habría de saber que solo utilizan la fuerza los que no tienen la razón. Y que la civilización se caracteriza por utilizar la fuerza de la razón y no la razón de la fuerza"
"La guerra nunca soluciona nada; solo empeora las cosas: recuerde la locura de Hitler… Siempre estamos a tiempo de parar una guerra: sea valiente y retire a su ejército de Ucrania"
"Usted que se manifiesta cristiano de la Iglesia Ortodoxa, habría de saber que el Evangelio nos hace ver a los demás, no como enemigos sino como hermanos"
"Si usted continúa esta crueldad, se convertirá en el responsable de la muerte y del dolor de los ucranianos"
"La guerra nunca soluciona nada; solo empeora las cosas: recuerde la locura de Hitler… Siempre estamos a tiempo de parar una guerra: sea valiente y retire a su ejército de Ucrania"
"Usted que se manifiesta cristiano de la Iglesia Ortodoxa, habría de saber que el Evangelio nos hace ver a los demás, no como enemigos sino como hermanos"
"Si usted continúa esta crueldad, se convertirá en el responsable de la muerte y del dolor de los ucranianos"
"Si usted continúa esta crueldad, se convertirá en el responsable de la muerte y del dolor de los ucranianos"
Al presidente Vladimir Putin
Señor presidente de la Federación Rusa: la agresión bélica que usted ha ordenado contra Ucrania, invadiendo, arrasando y destruyendo este país, nos llena de horror, en ver cómo, en pleno siglo XXI, estamos repitiendo los mismos errores de siglos pasados, cuando los países más fuertes se apoderaban de los países más frágiles, provocando el odio y la muerte. Ahora también hemos visto el éxodo de millones de refugiados que huyen del miedo y del hambre, con niños que han tenido que dejar la escuela y los juegos y han de hacer kilómetros y kilómetros (sin el padre), para no morir debajo de las bombas que lanzan los aviones de su ejército.
Presidente Putin: supongo que usted, después de invadir Ucrania, no se atreve a ver a los niños ucranianos, unos niños con una mirada perdida y triste, ni tampoco las lágrimas de las mujeres que han tenido que dejar su casa y el marido. Usted no se atreve a ver a los ancianos que, con el corazón roto, han tenido que dejar la casa donde han vivido siempre, para irse a un lugar desconocido, para no morir debajo de las bombas, unes bombas que su ejército continua lanzando sin piedad, sembrando de esta manera la muerte, además de destruir las ciudades bombardeadas. Usted tampoco se atreve a ver la gente que, porque no ha podido huir de ciudad, ha de quedarse dentro de los refugios, mientras su ejército destroza todo lo que encuentra por medio.
Usted tampoco se atreve a ver el éxodo de más de dos millones y medio de refugiados que salen de Ucrania, ni la tristeza que tienen las familias rotas por la distancia entre los padres y sus hijos, ni el dolor de las madres que han perdido un hijo.
Presidente Putin: usted habría de saber que solo utilizan la fuerza los que no tienen la razón. Y por más fuerza que tengan y por más bombas t tanques que hagan servir, los políticos que no tienen razón, no la tendrán nunca. Usted habría de saber que la razón no se defiende con la fuerza sino con la palabra, con el diálogo. Y que la civilización se caracteriza por utilizar la fuerza de la razón y no la razón de la fuerza. Solo los animales irracionales hacen servir la fuerza para vencer a sus contrincantes.
Me gustaría que usted se pusiese, por un momento, en la pielde las mujeres que, con sus pequeños, han dejado su casa y huido de las bombas. Me gustaría que usted se pusiese en la piel de los jóvenes que, hasta hace cuatro días, iban a la escuela o a la universidad y ahora, los más pequeños han de huir del país, acompañados de sus madres y los mayores de 18 años han de tomar las armas. Me gustaría que se pusiese en la piel de los ancianos que han dejado la casa donde han vivido toda su vida y han habido de salir de su pueblo o han de vivir escondidos en refugios para evitar las bombas.
Señor Putin: la guerra nunca soluciona nada. La guerra solo empeora las cosas. Olvide sus ansias expansionistas e imperialistas. Respete la independencia de Ucrania y el derecho que tiene este país a vivir en paz y a decidir su futuro en libertad. Retire las botas de sus soldados sobre tierra ucraniana. Déjelos vivir como quieren ser. Recuerde la locura de Hitler y la guerra cruel e inhumana que destruyó Europa hace 80 años. Usted, invadiendo Ucrania, está cometiendo los mismos errores que Hitler. Recuerde que la Unión Soviética luchó para acabar con la crueldad y la locura de Hitler, una crueldad que usted está reproduciendo con esta cruel invasión.
Siempre estamos a tiempo de parar una guerra. Incuso cuando ya ha producido tanto dolor y tanta angustia como la que sufren esta crueldad. Sea valiente y retire a su ejército de Ucrania. Con la guerra no se consigue nada más que la muerte y el sufrimiento. Vale la pena apostar por la paz, una paz basada en la justicia y en la reconciliación. Porque “La paz es el camino” para llegar a la paz, decía Gandhi. Los ciudadanos de Ucrania y de Rusia merecen la paz, no la guerra. La concordia y la armonía, no el enfrentamiento bélico.
El orgullo y el autoritarismo no son buenos consejeros, mientras que la humildad y reconocer los derechos del adversario, nos hacen más humanos.
Usted, si quisiese, podría detener la guerra ahora mismo, una guerra irracional, monstruosa y sin sentido. Usted puede parar la absurdidad de esta guerra cruel, inútil e inhumana que está provocando tanto dolor.
Ocupar militarmente un país, como ha hecho usted con Ucrania, es una agresión en toda regla. Y eso lo sabemos bien los valencianos, cuando en 1707, el actual País Valenciano fue ocupado militarmente (por justo derecho de conquista) y pisoteado por las tropas del rey borbón, Felipe V. Fue el 29 de junio del mismo año, con la máxima urgencia, cuando Felipe V, desde Madrid, dictó el Decreto de Nueva Planta, que suprimió los Fueros valencianos y los sustituyó por los de Castilla. Aquella fue una abolición radical, ya que el rey borbón suplantó el modelo valenciano por otro que nos era ajeno, como ahora pretende hacer usted en Ucrania, pisoteando la libertad de ese pueblo.
Por otra parte, es una vergüenza que usted esté censurando y persiguiendo a la gente que no está de acuerdo con su acción bélica. También es inmoral intentar silenciar las protestas pacíficas que se están dando en Rusia, en contra de la invasión de Ucrania. Deteniendo a los disidentes, como está haciendo su policía, nos demuestra su miedo a la libertad.
La Biblia, que siempre es fuente de sabiduría y de fraternidad, nos anima a ser hombres pacíficos y pacificadores. Por eso creo que si usted quisiese, podría hacer realidad el salmo 33 cuando dice: “Apártate del mal y haz el bien, busca la paz, y síguela” (Ps 33:15).
Me gustaría que usted conociera (y rezara) la oración de San Francisco de Asís, una oración tan entrañable y tan necesaria para nuestro tiempo:
“Oh Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Donde haya odio, que yo ponga amor.
Donde haya ofensa, que yo ponga perdón.
Donde haya discordia, que yo ponga unión.
Donde haya duda, que yo ponga esperanza.
Donde hay error, que yo ponga la verdad.
Donde haya desesperación, que yo ponga esperanza.
Donde haya tiniebla, que yo ponga luz.
Oh Maestro. Haz que yo no busque tanto:
ser consolado, como consolar;
ser comprendido como comprender;
ser amado, como amar.Porque es dando que se recibe;
perdonando que se es perdonado;
muriendo que se resucita a la vida eterna”-
Si usted continúa esta crueldad, se convertirá en el responsable de la muerte y del dolor de los ucranianos. Y como Caín, habrá de escuchar la voz de Dios: “¿Dónde está tu hermano? ¿Qué has hecho? ¡El grito de la sangre de tu hermano me llega desde la tierra! Serás maldito de la tierra, que ha abierto la boca per recoger de tus manos la sangre de tu hermano” (Gn 4:9-11).
Usted que se manifiesta cristiano de la Iglesia Ortodoxa, habría de saber que el Evangelio nos hace ver a los demás, no como enemigos sino como hermanos. Y los rusos y los ucranianos son hermanos y por eso no es aceptable la crueldad con la que su ejército está masacrando a Ucrania.
Esta guerra, esta cruel invasión de Ucrania, como ha dicho el papa Francisco, “demuestra que los que gobiernan los pueblos, no han entendido la lección de las tragedias del siglo XX” (Religión Digital, 14 de marzo de 2022).
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