Josep Miquel Bausset “Fui extranjero y no me acogisteis”
"Me pregunto qué habría pasado si estos niños en vez de ser subsaharianos o del Magreb, hubiesen sido ucranianos. Y es que aún, para vergüenza nuestra y en pleno siglo XXI, hay inmigrantes de primera y de segunda"
Estas palabras de Jesús, que recoge el evangelista San Mateo, son más actuales que nunca,por la actitud del ayuntamiento de la localidad catalana de Piera, que está obstruyendo lacogida de adolescentes inmigrantes por parte de la parroquia de esta villa de la comarca catalana de Anoia.
El conflicto abierto en Piera por parte del alcalde, se ha producido porque el consistorio ha ordenado el cierre de dos equipamientos,donde viven actualmente veinte adolescentes inmigrantes tutelados por la Generalitat de Catalunya. Además, el ayuntamiento, de una manera un pocoexcesiva, ha impuesto dos sancionesa la parroquia y a la cooperativa que gestiona el centro (Regió 7, 16 de noviembre de 2022).
El falaz argumento del ayuntamiento de Piera paracerrar estos equipamientos,porque “no tienen licencia paraeso”, se podría solucionar rápidamente ante la imperiosa necesidad de acoger a estos jóvenes, la mayoría delos cuales son subsaharianos o del Magreb.
En este conflicto absurdo originado por el ayuntamiento, el obispado de Sant Feliu de Llobregat y el sacerdote de Piera, mossèn Carles Muñiz, con sentido común y espíritu evangélico, defienden aestos jóvenes (que, por otra parte viven en esta localidad desde2018), poniendo en práctica “las actitudes evangélicas de acogida y de hospitalidad” que nacen del Evangelio.
Y es que la Buena Nuevaque nos trajo Jesús, nos compromete a la solidaridad y a la fraternidad, acogiendo como a hermanos,a aquellos que han tenido que huir de su propio país, debido al hambre y a la guerra. Por eso Jesús pone en evidencia (ayer ytambién hoy), a los quelo rechazan a él mismo, cerrando las puertas o expulsando (que es lo mismo), a los extranjeros: “Fui extranjero y no me acogisteis” (Mt 25:43).
El papa Francisco, a menudo ha pedido que los gobiernos acojan aestos niños vulnerables y desamparados y hermanos nuestros: “Que a estas criaturas frágiles e indefensas, no les faltenunca el obligado cuidado y los canales humanitarios preferenciales” (El Periódico, 7 de febrero de 2021).
Recuerdo que hace un año y medio, el ministro José Luis Escrivá, en una entrevista en Antena 3, recomendaba alos políticos de Vox que escucharan al papa, cuandoFrancisco, diversas veces, ha pedido “compasión y piedad” (La Vanguardia, 19 de abril de 2021),para estos niños que sueñan una vida más digna y que se juegan la vida enel Mediterráneo, huyendode la miseria del propio país.
Finalmente,me pregunto qué habría pasado si estos niños en vez de ser subsaharianos o del Magreb, hubiesen sido ucranianos. Y es que aún, para vergüenza nuestra y en pleno siglo XXI, hay inmigrantes de primera y de segunda.
Por otra parte, es significativoy muy loable, el apoyo de la Conselleria de Derechos Sociales de la Generalitat de Catalunya al sacerdote de Piera, un hecho que habría de hacer reflexionar al consistorio de esta villa.
Los cristianos si queremos ser verdaderos discípulos de Jesús, nos hemos de tomar seriamente las palabras del profeta de Nazaret, cuando nos invita a acogerlo, acogiendo a los hermanos extranjeros que huyen de su propio país: “Fui extranjero y me acogisteis” (Mt 25:35), mientras que denuncia y condena a aquellos que no lo acogen, cuando rechazan al prójimo.