Encargado por el nuevo abad de Caldey, pide perdón: “Se falló a los niños y a sus familias” La abadía de los horrores: un informe desvela los abusos en serie de un monje cisterciense en Gales

La abadía de Galdey
La abadía de Galdey RRSS

“Las víctimas describen que él las llevaba a playas, bosques, jardines, un contenedor viejo o un edificio que se había deteriorado y las esperaba a que salieran de la escuela. Algunas describen haber sido abusadas sexualmente varias veces al día durante los meses de verano"

Un informe -encargado por la propia abadía cisterciense de Caldey, en el sur de Gales- desvela los abusos que tuvieron lugar entre finales de los años 1960 y 1992 contra niños, algunos de ellos residentes en la isla y otros que visitaban a sus familias, por parte del monje Thaddeus Kotik, nacido en Polonia y fallecido en 1992 sin haber rendido cuentas por ninguno de sus crímenes

“Los testimonios de las víctimas de la década de 1970 sugieren que TK era un abusador de niños en serie y prolífico, a menudo 'a plena vista' de los demás”. “Las víctimas describen que él las llevaba a playas, bosques, jardines, un contenedor viejo o un edificio que se había deteriorado y las esperaba a que salieran de la escuela. Algunas describen haber sido abusadas sexualmente varias veces al día durante los meses de verano". "El interés de TK por los niños no estaba oculto a la vista, y parece haber sido tolerado por los adultos de la isla”.

‘Informe RD’ con análisis y el Documento Final del Sínodo

Las anteriores son algunas de las escalofriantes afirmaciones que contiene un informe -encargado por la propia abadía cisterciense de Caldey, en el sur de Gales- sobre abusos que tuvieron lugar entre finales de los años 1960 y 1992 contra niños, algunos de ellos residentes en la isla y otros que visitaban a sus familias, por parte del monje Thaddeus Kotik, nacido en Polonia y fallecido en 1992 sin haber rendido cuentas por ninguno de sus crímenes, según informa The Tablet.

Muchas de las víctimas -algunos de los niños eran residentes en la isla y otros que visitaban a sus familias- se quejaron en su momento de lo ocurrido, pero "no se les creyó, se hizo caso omiso de ellos o se encubrieron los abusos". Uno de ellos se lo contó a otro religioso. “001 [número para identificar a esa víctima] afirma que el padre Higham le advirtió con mucha firmeza que no repitiera lo que había dicho a nadie y que si le contaba a alguien sobre los abusos que había sufrido, 'sufriría un castigo terrible y sería enviado al infierno'”, informa el informe.

"Cultura del secreto y el encubrimiento"

“Con profundo dolor y pesar he leído sobre el gran sufrimiento de los niños que fueron abusados por el padre Thaddeus Kotik y la cultura cerrada de secreto y encubrimiento que mantuvo esto oculto", reconoce a The Tablet Jan Rossey, el nuevo abad de Caldey. 

Un monje en la abadía de Caldey, en Gales
Un monje en la abadía de Caldey, en Gales AdC

“Está claro que se perdieron oportunidades para detener el abuso de los niños. Es especialmente desgarrador oír que los niños hablaron con los adultos y que no se tomó ninguna medida al respecto. Se falló a los niños y a sus familias cuando deberían haber recibido apoyo y atención. Los abusos deberían haberse denunciado ante las autoridades competentes", reconoce compungido.

 Escuchar, el primer paso para sanar

“En nombre de la comunidad monástica, pido disculpas sinceras a todos aquellos que han sido heridos y han sufrido a causa del abuso de Thaddeus Kotik y de los errores pasados en la protección de los niños y sus familias", señala el nuevo abad. "Es particularmente odioso cuando el abuso es cometido y ocultado por personas que ocupan puestos de confianza debido a su vocación monástica o sacerdotal”.

“Desde que me convertí en el nuevo abad de la isla Caldey en 2023, he estado decidido a crear una cultura de apertura y transparencia. Quiero asumir la responsabilidad de los errores del pasado. Quiero asegurarme de que aprendamos lecciones de los errores del pasado y crear un entorno más seguro para todos", añade el monje, quien asegura que "por estas razones encargué una investigación independiente sobre las denuncias históricas de abuso infantil en la isla. El primer paso para sanar es escuchar. Es importante que quienes hayan sufrido algún tipo de daño tengan voz y sean escuchados”.

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