Sant Narcís, patrón de Girona, y "el insípido Halloween" "Hemos de llenar la vida de sentido"
¿Para qué queremos canciones si no tenemos motivos para cantar?
Los cristianos no celebramos a los muertos, sino a los que viven con Dios, por el hecho que “Dios no es Dios de muertos sino de vivos”
Me gustó mucho esta expresión de la homilía de mossèn Lluís Suñer en la fiesta de Sant Narcís de este año. En situación de sede vacante, por el fallecimiento del obispo Francesc Pardo, el administrador diocesano, mossèn Suñer presidió la Eucaristía en la fiesta del patrón de Girona.
Y es que la fiesta, como dijo mossèn Suñer, “es alguna cosa más que un buen repique de campanas o un buen almuerzo o cena”. La fiesta, y también la vida, necesita un sentido. Como dijo mossèn Suñer, “la fiesta es la celebración gozosa comunitaria, que hace posible que nos encontremos con familiares y amigos”. Y que nos encontremos comunitariamente en la celebración de la Eucaristía.
Y es que “todo lo que es festivo, tiende a celebrarse”, aunque a menudo, como decía mossèn Suñer, “estamos vaciando de sentido nuestra vida social, cultural e incluso cristiana”. Por eso, vaciando de contenido la vida, “nos encontramos que a menudo no sabemos qué celebramos. O simplemente, no celebramos nada”. Es, como nos recordaba mossèn Suñer en su homilía el día de la fiesta de Sant Narcís, “como decía el poeta: ¿para qué queremos canciones si no tenemos motivos para cantar?”.
Estas palabras de mossèn Suñer, me han hecho pensar en aquellas fiestas que están vacías de contenido y que a menudo substituyen a otras fiestas que, desde siempre, hemos celebrado, sabiendo qué celebrábamos. Pienso por ejemplo en la fiesta de Todos los Santos, con la oración por los difuntos (aquellos seres amados que sabemos que han pasado al mundo de Dios) y la visita a los cementerios, los panellets y las castañas, y que mucha gente ha substituido por el insípido Halloween. Y es que los cristianos no celebramos a los muertos, sino a los que viven con Dios, por el hecho que “Dios no es Dios de muertos sino de vivos” (Lc 20:38).
📃 Avui dissabte al matí ha tingut lloc la Solemne Missa Major de #SantNarcís. Aquí teniu el text complet de l'homilia de l'administrador diocesà, Mn. Lluís Suñer. https://t.co/2eXw7ckdL7
— Bisbat de Girona ⛪️ (@bisbatgirona) October 29, 2022
Como decía mossèn Suñer en la fiesta del patrón de Girona, Sant Narcís, “hemos de llenar la vida de sentido en todos sus aspectos: el trabajo, el amor, la sexualidad, la política, la fiesta”. Por eso“para vivir humanamente, nos hace falta el pan del espíritu: criterios, cultura, valores como la justicia, la paz, el respeto, el bien”.
Como decía mossèn Suñer, “el contenido profundo de la fiesta no son los fuegos artificiales”, aunque “nos hacen mirar hacia arriba y contemplar la belleza y la harmonía delos colores y de las figuras”. El contenido profundo de la fiesta, como decía mossèn Suñer, “es lo que creemos en el fondo de nuestra vida”. Por eso los cristianos, este 1 y 2 de noviembre, no celebramos la muerte, sino la vida de aquellos que ya han llegado a la plenitud del amor de Dios, sabiendo que si Jesús resucitó, también nosotros resucitaremos, ya que la muerte no es un punto final sino tan solo un punto y aparte.
La Basílica de Sant Feliu de #Girona, plena de gom a gom amb motiu de la Solemne Missa Major de #SantNarcís, patró de la ciutat i de la diòcesi. Presideix Mn. Lluís Suñer, administrador diocesà. pic.twitter.com/OuLsQCLvjp
— Bisbat de Girona ⛪️ (@bisbatgirona) October 29, 2022
El administrador diocesano de Girona decía también en su homilía, que habríamos de invertir más en educación y en valores que en armamento. Y también pidió “crear un clima de diálogo entre las diferentes religiones y culturas y entre las diferentes opciones políticas”, para así encontrar “caminos de diálogo y de entendimiento para trabajar juntos por una sociedad más justa y solidaria”.
Los cristianos, como decía mossèn Suñer, hemos de ser “testigos de Jesús y de su Evangelio con palabras y hechos”. Hemos de ser testigos de resurrección. No de muerte. Por eso no celebramos el insípido Halloween, sino que recordamos en la oración, la gratitud y el afecto a aquellos que hemos amado y que ya viven con Dios.
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