(C.D./Agencias).- "El Santo Padre quiere que esta sea una jornada donde la mayor parte de los jóvenes que van a participar sean jóvenes marginados". Ese es el deseo expresado hoy por el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, para la Jornada Mundial de la Juventud de 2019.
Día hoy en que jóvenes centroamericanos han recibido en la Plaza de San Pedro, de manos de anfitriones polacos del evento en su edición de 2016, los símbolos de la JMJ: la Cruz Peregrina de la Juventud y el ícono de la Virgen María Salus Populi Romani.
El arzobispo panameño también confirmó que se están ultimando los detalles para determinar el lugar en el que los jóvenes se reunirán con el pontífice en esta JMJ, que se celebrará en enero de 2019 en el país latinoamericano.
Y aprovechó la ocasión para referirse a las palabras del Papa Francisco, quien reconoció ayer durante un encuentro con jóvenes en Roma que no sabe si estará en Panamá.
"Francisco es sabio", dijo el arzobispo en este sentido, antes de señalar que, esté o no esté, lo seguro es que el apóstol "Pedro siempre tiene una cita con los jóvenes" en estas jornadas.
Por su parte, el obispo de la ciudad panameña de David, el cardenal José Luis Lacunza, reconoció que Panamá no solo es un país rico, sino que también tiene grandes dificultades y necesidades.
"Hay otro Panamá, con una gran necesidad, de una gran pobreza, sobre todo en las comarcas indígenas, donde no se puede decir que viven, sobreviven", sostuvo.
Por eso, en esta JMJ las autoridades panameñas tratarán también de mostrar solidaridad y favorecer la integración de estas personas permitiéndoles asistir a la celebración.
Un evento en el que el mensaje principal "es la paz, y la humildad, y el compartir", reflexionó un joven panameño, Edgar Dotari.