Hablábamos ayer o anteayer de la revolución Osoro. Pues sigue. Porque Don Carlos no para. No sabe parar. Tiene a la archidiócesis conmocionada e ilusionada. En apenas unos días.
En los últimos tiempos del cardenal García-Gasco Valencia vivió un, en mi opinión, absurdo enfrentamiento entre el arzobispo y la Universidad San Pablo-CEU. Que creo que llegó, o estuvo a punto de llegar, a los tribunales. Pues fue llegar Don Carlos y la paz vino con él. Me parece que es una buena noticia. Y una muestra más del talante del nuevo arzobispo.