Los obispos de Huesca y Jaca y Tarazona, ambos de lo mejor que hay en el episcopado español, parece que han dicho recientemente una verdad de perogrullo. Que el marxismo está condenado por la Iglesia. Y que muchos de los males que hoy padecemos se deben a la infiltración marxista que sufrió la Iglesia.

Cierto que no se necesitan muchos estudios para esa afirmación. Pero no por ello deja de ser ciertísima. Algo así como si alguien a las doce de la mañana y con un sol radiante afirma que es de día. Casi podríamos decir que eso lo dice cualquiera. Pues no se lo crean.

Un Blog de nueva aparición en este espacio, al parecer redactado por sacerdotes, ha soltado tal serie de paridas al comentar esa manifestación episcopal que uno, que es capaz de creerse casi todo de algunos curas y del cerebro de mosquito de los mismos, hasta sintió vergüenza ajena. ¿Cómo se podrá ser tan retra? Y además empeñarse en manifestarlo.

Pues claro que el comunismo está condenado por la Iglesia. Y sometió a la misma a una persecución tal que, donde se padeció, hasta pensaban que Nerón y Diocleciano eran unas hermanitas de la caridad.

Si el artículo es estúpido, algún comentario no le va a la zaga. La sandeces sobre la crítica que don Demetrio hizo del libro de Pagola son tan carentes de sentido que también avergüenzan. Ningún obispo le ha respaldado pero al parecer todos, empeñados en dejarle quedar bien, han exigido al autor rectificaciones. Pues si eso fuera así no se lo que el tal individuo considerará respaldo.

Además de dejar por un calzonazos a Pagola. Que si hubiera escrito un libro irreprochable ya sería tonto si para que no quedara mal un obispo que lo había criticado se prestara a corregirlo, aceptando quedar mal él y no el obispo.

Todo es un cúmulo de sinsentidos qu confirman que la inteligencia no la ha repartido Dios con generosidad. El único consuelo que nos queda es el de que, cuando las chorradas son tan mayúsculas, pasan de ellas hasta casi la totalidad de los necios. No hay más que ver el éxito tan descriptible del Blog en cuestión. No interesa a nadie. Hasta el momento lleva publicados diez artículos. Con una media de cinco comentarios. Como para que piensen en dedicarse a otra cosa. Yo no sé si Dios les habrá llamado para algo. Para esto evidentemente no.