Lo tendrán en cuenta o no pero enterarse, vaya si se enteran.
A las 6.30 había una visita del Vaticano. A las 6.42, dos. A las 7.12, cuatro. Y a las 8.54, tres. Datos que tengo a la disposición de cualquier escéptico. No es aventurado suponer que en otros momentos puntuales habría más. Todos los datos están tomados con más de cien visitas de intervalo por lo que ninguno las repite. A estas horas del día las visitas rebasan ya las 5000 en total por lo que en ninguna de las constataciones se estaba duplicando la misma referencia.
El hecho de las visitas no supone, por supuesto, ninguna aprobación a lo que en el Blog se dice. Es posible que se lea en Roma con mucho desagrado. Pero lo que es incontrovertible es que se lee muchísimo. Y seguro que tomarán nota. Porque, en otro caso, ¿para qué se iban a molestar?
Esa nota tomada puede ser tal vez una abominación de mi persona, indignación por lo que aquí se cuenta, lo que queráis. Todo es posible y yo no niego nada. Tengo ciertísima constancia, por ejemplo, de que el cardenal Re me pidió personalmente que no utilizara su nombre en el Blog. Cosa que inmediatamente dejé de hacer. Pero me es imposible conjeturar otras cosas salvo que lo que aquí se dice, por mí y por los que hacen comentarios, es leído todos los días. Casi compulsivamente.
Personalmente me siento muy honrado por tanta atención vaticana. Y creo que es bueno que quienes salen retratados sepan que esa fotografía es muy vista en Roma. Aunque muy bien pudiera ser que a quien yo saque feo allí le encuentren guapísimo. Pero, ¿qué ven su foto?, todos los días. Y unos cuantos.
P.D.: Añado, a las 9.41 había seis visitas más del Vaticano. O de la Holy See, como dice mi contador.