Me parece un escándalo y un antitestimonio.

Quiero responder a algunos comentaristas y no de forma que se pierda entre los demás comentarios.

En primer lugar esos religiosos de la Universidad de Notre Dame aunque su congregación se llame de la Santa Cruz no tienen nada que ver con el Opus Dei. Quienes odian a esa institución de la Iglesia, que como se ve los hay, tendrán que buscar otros motivos en los que basar su visceral antipatía porque con éste pinchan en hueso.

El doctorado honoris causa, más bien deshonoris, de una Universidad católica a un abortista convicto y confeso me parece una vergüenza. Tal vez Fisichella sea capaz de justificarlo en algún artículo pero, en tal caso, serían dos vergüenzas.

Y ese sueldo me parece un escándalo y un antitestimonio. En un sacerdote y más en un religioso. Que en teoría tiene voto de pobreza. Se ha montado un castillejo que desentona cantidad en medio de tantas chabolas. Cuando muchísimos tienen sueldos de miseria y otros muchísimos ni saben lo que es un sueldo, el de ese religioso a mí me parece impresentable. Pero, por lo visto hay gente dispuesta a tragar todo. En algunos simplemente por intentar llevarme la contraria. Triste objetivo de una vida el intentar refutar a esta cigüeña. Y siempre con tan ridículo resultado.

¿Qué invierte después muy bien esa desorbitante suma? Pues aun así. Y además habría que verlo.

Lo que armarían esos abogados de pobres si el cardenal Rouco, en el caso de que sea Rector Magnífico de San Dámaso, se pusiera la décima parte de ese sueldo. Lo tendríamos en todos los periódicos. Y no precisamente de bonito. Aunque estuviera todo el mundo convencido de que lo iba a destinar en beneficio de la diócesis y de los pobres.
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