Creativos para ser solidarios (18.9.16)
1. Las parábolas evangélicas, originariamente dichas por Jesús, han ido recibiendo distintas versiones en las primeras comunidades cristianas de acuerdo las necesidades catequéticas de las mismas. Por eso en la versión actual de esas catequesis que son los evangelios, puede haber distintas enseñanzas Tal es el caso de la parábola del administrador marrullero que leemos este domino . Dos enseñanzas son destacables.
2. El administrador ha sido un sinvergüenza y en eso no es ejemplo. Pero viendo que le van a despedir de su cargo y ya con la soga al cuello, inventa la forma de seguir adelante. No se deja paralizar por la nueva situación; es creativo. Los cristianos hoy, en situaciones como la española, estamos viendo que muchas prácticas religiosas con garra en otros tiempos, nada o poco dicen a nuestra sociedad. En esta sociedad española y en otras latitudes, por ejemplo de América Latina donde la práctica religiosa sigue siendo elevada, nuevas formas, movimientos y acciones sociales, a veces nacidas fuera de la Iglesia, surgen buscando la liberación de los pueblos.
En los dos casos el Espíritu está sugiriendo a los cristianos que avivemos nuestra experiencia de Dios revelado en Jesucristo: no está ligado a unas formas religiosas concretas y también actúa en los empeños de los seres humanos por un mejor desarrollo. No se abre futuro con lamentos porque decae la práctica religiosa ni quedándonos de brazos cruzados ante nuevas iniciativas y nuevos movimiento sociales que, son el calificativo, religioso, buscan un mejor porvenir para todos. La experiencia de Dios es clave para dejar formas religiosas que deben morir e inventar otras nuevas; Y para descubrir la llamada del Espíritu en iniciativas y empeños de más humanidad que continuamente brotan en los surcos de nuestra tierra.
3. “Riquezas injustas”. Según el evangelio. acaparar riquezas mientras otros no pueden satisfacer sus necesidades básicas es una injusticia. No compartir con los pobres los propios viernes es robarles y quitarles la vida; no son nuestros los bienes que tenemos sino suyos. Aquí el ejemplo del mayordomo astuto ya ni sirve, pues no es creativo pensando qué será de los otros, sino preocupado únicamente por su propia seguridad. Por eso el evangelista introduce la norma decisiva para corregir la codicia: “No podéis servir a Dios y al dinero”. De otra forma: no podéis actuar según Dios revelado en Jesucristo que continua y gratuitamente se da como amor, si únicamente vivís obsesionados por “acaparar sólo para vosotros mismos”. Hay que ser creativos para ser solidarios. Es la versión práctica de la fe o experiencia cristiana.
2. El administrador ha sido un sinvergüenza y en eso no es ejemplo. Pero viendo que le van a despedir de su cargo y ya con la soga al cuello, inventa la forma de seguir adelante. No se deja paralizar por la nueva situación; es creativo. Los cristianos hoy, en situaciones como la española, estamos viendo que muchas prácticas religiosas con garra en otros tiempos, nada o poco dicen a nuestra sociedad. En esta sociedad española y en otras latitudes, por ejemplo de América Latina donde la práctica religiosa sigue siendo elevada, nuevas formas, movimientos y acciones sociales, a veces nacidas fuera de la Iglesia, surgen buscando la liberación de los pueblos.
En los dos casos el Espíritu está sugiriendo a los cristianos que avivemos nuestra experiencia de Dios revelado en Jesucristo: no está ligado a unas formas religiosas concretas y también actúa en los empeños de los seres humanos por un mejor desarrollo. No se abre futuro con lamentos porque decae la práctica religiosa ni quedándonos de brazos cruzados ante nuevas iniciativas y nuevos movimiento sociales que, son el calificativo, religioso, buscan un mejor porvenir para todos. La experiencia de Dios es clave para dejar formas religiosas que deben morir e inventar otras nuevas; Y para descubrir la llamada del Espíritu en iniciativas y empeños de más humanidad que continuamente brotan en los surcos de nuestra tierra.
3. “Riquezas injustas”. Según el evangelio. acaparar riquezas mientras otros no pueden satisfacer sus necesidades básicas es una injusticia. No compartir con los pobres los propios viernes es robarles y quitarles la vida; no son nuestros los bienes que tenemos sino suyos. Aquí el ejemplo del mayordomo astuto ya ni sirve, pues no es creativo pensando qué será de los otros, sino preocupado únicamente por su propia seguridad. Por eso el evangelista introduce la norma decisiva para corregir la codicia: “No podéis servir a Dios y al dinero”. De otra forma: no podéis actuar según Dios revelado en Jesucristo que continua y gratuitamente se da como amor, si únicamente vivís obsesionados por “acaparar sólo para vosotros mismos”. Hay que ser creativos para ser solidarios. Es la versión práctica de la fe o experiencia cristiana.