El profesor publica 'Los Libros del Nuevo Testamento. Traduccion y comentario' (Trotta) Antonio Piñero: "Nos han enseñado al Jesús de los Evangelios con unas gafas paulinas"
"La Iglesia petrina no existió, pero sus vestigios fueron recogidos por los paulinos"
"Sea creyente o no, el Jesús histórico le importa"
"El Nuevo Testamento es el libro más influyente de todos los tiempos"
"Quise darle a la gente la base sobre la que poner racionalmente su fe, o no tenerla"
"Cambiamos radicalmente el orden de edición de libros del Nuevo Testamento"
Esta mirada sobre los libros del Nuevo Testamento se sustenta en una cuidada traducción acompañada de amplias introducciones y notas, que tienen como objeto cubrir todas las dimensiones filológicas, literarias, históricas y religiosas relevantes para comprender los textos en el marco de su transmisión, con las variantes textuales más importantes, aclaración de vocablos y conceptos y exposición de problemas interpretativos o discusiones sobre la historicidad de dichos y hechos
La búsqueda de la máxima objetividad va unida al deseo de que el lector, tras hacerse una idea de las opiniones diferentes expresadas en el comentario, se forme la suya propia independiente de la de los autores
Compra aquí 'Los Libros del Nuevo Testamento. Traduccion y comentario' (Trotta)
"El Nuevo Testamento es el libro más influyente de todos los tiempos"
"Quise darle a la gente la base sobre la que poner racionalmente su fe, o no tenerla"
"Cambiamos radicalmente el orden de edición de libros del Nuevo Testamento"
Esta mirada sobre los libros del Nuevo Testamento se sustenta en una cuidada traducción acompañada de amplias introducciones y notas, que tienen como objeto cubrir todas las dimensiones filológicas, literarias, históricas y religiosas relevantes para comprender los textos en el marco de su transmisión, con las variantes textuales más importantes, aclaración de vocablos y conceptos y exposición de problemas interpretativos o discusiones sobre la historicidad de dichos y hechos
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La búsqueda de la máxima objetividad va unida al deseo de que el lector, tras hacerse una idea de las opiniones diferentes expresadas en el comentario, se forme la suya propia independiente de la de los autores
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Antonio Piñero, (Chipiona, España, 14 de agosto de 1941), conocido colaborador de RD, historiador, filólogo y especializado en Jesús de Nazaret, acaba de publicar una inmensa y novedosa obra sobre el Nuevo Testamento, en editorial Trotta, con cuatro colaboradores "estupendos". Asegura que lo lógico, para leer el Nuevo Testamento, es seguir un orden cronológico y eso es lo que han pretendido con este libro, que promete revolucionar esta lectura pues, como él mismo asegura, el orden condiciona, y mucho.
Su consejo a los lectores: "usted, como creyente o como no creyente, hágase una idea del Jesús histórico. Y luego, si es creyente, usted piense. Yo solo intento dar un fundamento."
Estamos en las puertas de la Navidad, de hecho, es probable que esta entrevista ustedes la vean el día de Navidad o la semana siguiente. Pero nunca es tarde, si la dicha es buena y mucho más cuando hablamos de un amigo, como es don Antonio Piñero, que nos ve desde Bayona. ¿No?
-Estoy en Bayona, sí. Perdido entre la montaña, pero genial. Agua y mar. Un sitio idílico.
-Un sitio fantástico que tuvimos la ocasión de visitar este verano y de movernos en tu barco, otra de las grandes de las grandes pasiones que tienes la actualidad y de la que tenemos muchísima envidia. Pero hoy no vamos a hablar de barcos.
-Pues que sea de 'la barca'.
-Hoy vamos a hablar de algo que no es un barco, pero sí una herramienta para caminar y para viajar; todos los libros lo son y este último de Antonio Piñero, especialmente. Me atrevería a decir que es la obra de, casi, una vida. Se trata de 'Los libros del Nuevo Testamento. Traducción y comentario'. Editado por ti, con ciertas colaboraciones. Y publicado por la editorial Trotta.
-Sí, con unas colaboraciones estupendas.
-Cuéntanos un poco de dónde surge esta idea que -me consta- no es nueva, y cómo os animáis a hacer un libro de este tamaño, con la calidad que tiene y con las dificultades que ello implica.
-El libro contenía 1772 folios, nada menos, y la idea empezó en el 2011 en una reunión en San Millán de la Cogolla. Fue una propuesta de Claudio García Tursa, que era el director del Instituto de Filología. Quería hacer una obra sobre la interpretación española de la Biblia desde Alfonso X el Sabio, más o menos, hasta ahora.
Pero yo dije: si hacemos eso, tenemos que fijarnos en el texto de la Biblia Vulgata, que es el que manejan los biblistas, y esto ha cambiado mucho desde Alfonso X el Sabio hasta ahora. Pienso lo que lo que debemos hacer es una nueva traducción a partir del texto hebreo y a partir del texto griego, tal como está ahora.
A él le pareció bien y me pidió que reuniera a la gente. Y yo reuní a, aproximadamente, 25 colaboradores. Hay que tener en cuenta que hay 22 o más libros, depende de cómo los cuentes, en el Antiguo Testamento, y 27 libros en lo que llamamos el Nuevo Testamento.
Reunimos a 25 colaboradores y el primer problema fue si hacer sólo una traducción nueva. Yo dije: estamos en el siglo 21; hacer una traducción nueva de la Biblia tiene poco sentido, sobre todo del Nuevo Testamento, del que se habrán hecho, desde el siglo XX, por lo menos 80 traducciones. Qué vamos a aportar.
En segundo lugar, el texto griego del Nuevo Testamento, para aquel que quiera hacer una traducción buena, es siempre el mismo; el editado por la Universidad de Münster. Münster tiene un instituto donde colaboran 100 personas desde todo el mundo haciendo la recapitulación de más de 5.000 manuscritos, de más de 130 papiros y editando el texto que podemos recuperar en torno al año 200.
-Entonces, ¿cuál es la novedad? Porque es una novedad importante.
-La novedad importante (aparte de adoptar el texto 28 de esta Institución) es que cambiamos radicalmente el orden de edición de los libros del Nuevo Testamento. Un orden que ha permanecido fijo desde la época del Concilio de Nicea. Hace diez y seis siglos.
-Para los que no son estudiosos de la Biblia: ¿Por dónde suele empezar el NuevoTestamento y por dónnde lo arrancáis? ¿Cuáles son las grandes diferencias?
-Suele empezar por el Evangelio de Mateo, van los evangelios seguidos, luego, 'Hechos' y Juan, que se añade. Pero nosotros hemos considerado que los evangelios son un producto tardío del cristianismo primitivo y que antes escribió Pablo.
Es lo primero que hay que tener en cuenta: cuando se escriben los evangelios, Pablo ya ha muerto. Lo comento porque si tú vas a la calle y le preguntas a cualquiera qué se escribió primero, las cartas de Pablo o los evangelios, te dirán que los evangelios.
-Que son los que primero aparecen, claro.
-Así es. Y resulta que eso es radicalmente equivocado.
-Además, cuentan una historia anterior. Y Pablo sí que cuenta, ya, la historia de un Jesús resucitado, que él no ha conocido.
-O dudamos de si lo ha conocido. Y si lo conoció, no le importaba; esto es bastante interesante.
Así que, lo más lógico es leerlo en orden cronológico porque tiene un movimiento intelectual. La gente se preguntará por qué digo esto. Y lo digo porque Pablo, que ya se había muerto, era el gran maestro de las iglesias después del año 70.
-O sea, que los evangelios se escribieron después de que Pablo hubiera tomado posesión de la Iglesia. Esas dos almas: Pedro, Pablo…
-Y porque a partir del año 70, sobre todo, y un poquito más tarde con las guerras de los judíos contra Roma, la mayoría de las iglesias santiaguinas de Santiago (Jerusalén) o petrinas, de Pedro (en Antioquía), se las habían pasado por las horcas triunfales los romanos.
Los romanos habían liquidado a todo judío que encontraban por delante porque ellos no distinguían entre judíos corrientes (los que no aceptaban que Jesús era el mesías) y judíos no corrientes (que sí lo aceptaban).
Entonces, cuando se escriben los evangelios, (desde el año 72-73, dos o tres años después de la destrucción de Jerusalén por las tropas de Tito) los judeocristianos eran minoritarios. Se los habían cargado, prácticamente, o estaban muy dispersos y las iglesias paulinas, poco a poco, iban incorporando en su seno a convertidos del paganismo.
-Tenían necesidad de contar la historia. ¿No surgió del movimiento de Jesús original, la intención de escribir la historia de Jesús?
-No. Lo que había surgido, desde muy pronto, fue escribir, como sucedió con Qumrán, por ejemplo, una hoja de papiro o un librito que contenía palabras importantes de Jesús.
-Pero no, sitematizar su historia.
-No. Era, más bien, escribir un milagro, una parábola o un enfrentamiento con los fariseos. Eso sí, se empezó.
Alguien se preguntará qué finalidad tenía esto si lo primeros cristianos esperaban que el fin del mundo iba a venir tan pronto. Pues, mientras venía, hablaban con sus vecinos y les decían: esto fue lo que dijo Jesús, hizo este milagro. Mira qué parábola más bonita… Eso sí estaba escrito.
-Entonces, Antonio, el primer libro que se escribe es el de la carta de Pablo a los tesalonicenses. Y después ¿cómo va?
-Después, tenemos que editar siete de las catorce cartas que el Nuevo Testamento dice que son de Pablo. Nos basamos en que toda la investigación de protestantes, católicos, independientes, etc., opina que de esas catorce cartas, sólo siete son totalmente auténticas, y nosotros vamos a lo seguro. Estas cartas van desde Tesalonicenses hasta Romanos.
-¿Qué pasa con la otras?
-Las otras, que son Colosenses, Efesios y segunda Tesalónica, vendrán más tarde. Introducimos las siete cartas de Pablo, desde la primera Tesalonicenses a Romanos. Y además, con orden cronológico. La gente no sabe que en el Nuevo Testamento corriente, el cuerpo de cartas de Pablo empieza por Romanos porque es la más grande. Curiosamente, van de mayor a menor el tamaño (vaya una manera de colocar las cosas). Y por bloques.
Nosotros hemos colocado las siete cartas: primera a Tesalonicenses, Gálatas, primera y segunda a Corintios, Filipenses, Romanos y Filemón. Son siete.
Terminado eso, ahora ya sí, vienen los evangelios llamados sinópticos. Pero ahí hay un cambio; no empezamos por Mateo porque ya la ciencia actual dice que el evangelio más antiguo es Marcos. Por lo tanto, no tenemos más remedio que empezar por Marcos. Y, además, Mateo y Lucas, en gran parte, copian a Marcos. Así que lo mejor es editar primero Marcos.
Cuando llegamos ahí, a Lucas, hacemos una parada y nos preguntamos si nosotros podemos avalar que 'Hechos de los Apóstoles' es obra de Lucas. Esta edición dice que 'no' es una obra de Lucas. Va en contra de la inmensa mayoría de los investigadores, pero afirmamos que muy probablemente no es de Lucas pero sí de un discípulo de Lucas. Esto explica un montón de cosas porque hay muchas contradicciones y diferencias. Entonces, colocamos 'Hechos' ahí, de un modo más o menos orientativo.
-Para recapitular: tenemos siete cartas de Pablo y después a Marcos, Mateo y Lucas. Pero, después de Lucas no va Juan.
-Va 'Hechos', pero con paréntesis, diciendo que probablemente no es de Lucas sino de un discípulo, aunque sea más tarde.
Y una vez que hemos visto eso, volvemos a meter, de las cartas, llamémosle "falsas", de Pablo, las primeras, que son Colosenses, Efesios y segunda Tesalonicenses. Porque la investigación siempre ha dicho que, o esas cartas hay que ponerlas muy detrás de el cuerpo auténtico de Pablo, o muy lejos. Y lo más lógico es que se hayan producido bastante cerca y por eso algunos dicen que Colosenses es de Pablo. Por una deuda a la duda, nosotros aceptamos Colosenses, Efesios y Tesalonicenses. Y ahí nos paramos otra vez y metemos 'Hebreos'.
'Hebreos', que cuando lo lea la gente se va a caer para atrás porque es una obra importantísima. Es una carta monumental de teología.
-¿Y quién escribe 'Hebreos'?
-No se sabe, pero es monumental. Ciertamente, después de Pablo. Y esa idea que cambia totalmente la figura de Jesús y lo hace sumo sacerdote; el sacerdote eterno… Jesús fue un laico. Fíjate el cambiazo que le da. Bueno, pues eso tiene una importancia tan grande en el cristianismo que lo ponemos ahí porque creemos que se escribió antes que el evangelio de Juan.
Una vez que ya hemos pasado 'Hebreos', llega el evangelio de Juan. Pero ahí hay otro corte. Separamos nítidamente el Apocalipsis del evangelio y de las tres cartas porque desde la Iglesia antigua, desde el año 250, sobre todo en el Mediterráneo oriental, los obispos ya dijeron claramente que el 'Apocalipsis' no era de Pablo. La gente tampoco lo sabe, pero el 'Apocalipsis' no fue universalmente aceptado como una obra del Nuevo Testamento hasta el siglo décimo. Entonces, dividimos el evangelio de Juan, sus tres cartas, y hacemos el hincapié en que el evangelio de Juan probablemente es obra de una escuela. De varios autores. Y que, desde luego, el autor de primera de Juan y el autor o autores del evangelio, no son el mismo.
-¿Y del 'Apocalipsis'?
-Lo ponemos inmediatamente después.
-Pensaba que me ibas a decir que el 'Apocalipsis' se ponía antes de Juan porque era anterior…
-Pero no lo es. Es posterior. Realmente, no lo sabemos, pero el evangelio de Juan puede ir entre el 95 y el 105. Y del 'Apocalipsis', probablemente, la última redacción es de la época de Domiciano, del 96. Ante la duda y como hay que separar, la tradición de Juan es muy antigua en algunos aspectos, aunque sea menos histórico y más místico, y por eso lo ponemos antes.
Detrás ponemos el 'Apocalipsis' y luego vienen, y es lo curioso, la primera, segunda, Timoteo y Tito detrás porque son muy tardías. Y, finalmente, Judas Santiago, primera Pedro y segunda Pedro.
Lo curioso es que de segunda Pedro y primera Pedro afirmamos que son paulinas. Fíjate, qué cosa más extraña para la gente. Pero sí, esas cartas son paulinas y resultan del esfuerzo que hace la iglesia paulina de aglutinar, como han perdido terreno los grupos santiaguinos, con Santiago liquidado en el año 62, y también se están perdiendo las iglesias petrinas…
La Iglesia paulina, que está creciendo, es la que se esfuerza por recoger los restos de esas iglesias santiaguinas y petrinas e incorporarlos a su gran Iglesia. No es al revés, como dice la gente, que hubo una iglesia de Pedro (que no aparece por ninguna parte en el Nuevo Testamento), y que fue la que se encargó de incorporar a Pablo.
-Entonces, la Iglesia de Pedro no existió y Pablo colocó a Pedro como primer papa, pero desde una perspectiva absolutamente paulina.
-No lo hizo Pablo, que ya se había muerto, sino las iglesias paulinas.
Lo que quiero explicar es que las iglesias paulinas no fueron exclusivistas. Intentaron a toda costa que su evangelio paulino estuviera aceptado también por otros grupos judeocristianos y los incorporan en el Nuevo Testamento. Por eso añaden a Mateo, a Santiago y a Judas, y por eso escriben primera y segunda Pedro, que ya había muerto. Fíjate; calculamos que cuando se escribe segunda Pedro, había muerto, por lo menos, 60 años antes.
-Igual era difícil el que lo leyera.
-Sin embargo, la Iglesia paulina que, como digo, era comprensiva, hizo un esfuerzo tremendo para no quedarse sola. Tenía que recoger a aquellos judeocristianos que estaban de acuerdo con la idea fundamental de Pablo. No piden más; a saber: que el sacrificio de la cruz no es una muerte horrible, sino es el sacrificio redentor de la humanidad. De-la-humanidad, ojo. Y segundo, que ese Jesús mesías ha resucitado, está a la derecha del Padre y va a bajar en cualquier momento (segunda venida) y va a restablecer el caos de este mundo.
-El éxito de Pablo, de la escuela paulina, es, entonces, que universaliza el mensaje y consigue exportarlo a distintas comunidades.
-Lo que transmite de original esta obra es al revés: con este cambio notable, estamos diciendo que la Iglesia petrina, lo sentimos de verdad, no existió. Pero no se perdió porque todo aquello que fuera aceptable de esa presunta Iglesia fue recogida por la paulina.
Y el Nuevo Testamento es una obra de política eclesiástica sutil y muy abarcadora, en la que tiene clara importancia Jesús por una parte, y Pablo por otra, pero sin rechazar a los demás. Ahora, se les nota de qué pie cojean. Fíjate: hay por lo menos 21 cartas; 14 atribuidas a Pablo y 7 atribuidas al resto de los apóstoles. Y Judas, con suerte, cabe en media hoja de papiro… Es decir, que se les ven las orejitas…
-Y las mujeres aparecen poco también.
-Claro. Lo que quiero que la gente vea es que este libro ofrece una perspectiva muy histórica y muy diferente del Nuevo Testamento. Y que lo cambia todo. Y sólo hemos hablado del orden, pero las consecuencias del orden de la lectura son básicas.
-A eso iba. ¿Cómo cambia la perspectiva de quien está acostumbrado a leer el Nuevo Testamento de una manera y se atreve a leerlo del modo que proponéis? ¿Cómo cambia la perspectiva mental y la espiritual, incluso?
-Yo diría que la gran perspectiva es: al Jesús de los evangelios te lo están describiendo, querido lector, un evangelista, Marcos, y sus sucesores, que tienen unas gafas que son paulinas.
Esos señores tienen unas gafas y te las están transmitiendo, ya desde Marcos. Hay dudas de si al principio del evangelio se dice "Comienzo del evangelio de jesús, hijo de Dios", porque no está en todos los manuscritos. De cualquier modo, desde Marcos se está presentando a Jesús como el gran guerrero divino.
Fíjate en la idea: tanto Pedro, como otros colegas y como Pablo pensaron que Jesús, mientras era estaba en la tierra, era un hombre corriente, aunque especialísimo. Marcos se basa en que Pablo afirma que está sentado a la diestra de Dios, después de resucitar. Pero eso, ¿cómo es posible? Marcos se explica a través de la idea paulina: a Jesús, que es un hombre, Dios lo adopta como hijo en el bautismo. Esta es la primera perspectiva. A partir de esta adopción, ese Cristo que es humano, al mismo tiempo, durante su vida, tiene rasgos divinos. Piensa, por ejemplo, en Octavio Augusto. Augusto no tenía nada que ver, genéticamente hablando, con Julio César. Pero Julio César lo adopta como hijo. Esa adopción en el mundo romano es mucho más fuerte.
-Es fundamental, sí.
-Y en el mundo griego también. Ese es el sistema con el que Marcos hace compatible que un ser humano, incluso en su tierra, tenga rastros de esa divinidad que sólo se consigue tras la resurrección. Eso es un cambio tremendo de perspectiva que está también en esta obra. Ahora bien, ese cambio de perspectiva, ¿es por gusto?
Alguno me ha dicho, al ver el libro, esto a mí no me interesa. No sabe que del Nuevo Testamento se imprimen en 30 millones de ejemplares cada año. Es el libro más editado del mundo. Es la base de nuestra civilización. A ese que me dijo una vez, ¡bah!, no me interesa, le hubiera dicho: usted es cristiano. Aunque no crea y me haya dicho que esto no le interesa, su mundo mental es cristiano. Entonces, a usted le interesa muchísimo saber algo del Nuevo Testamento porque es el libro más influyente de toda la historia. Al menos en occidente. Y aquel que diga que no le interesa, culturalmente se está cortando las alas.
-¿Qué ha supuesto para ti esta nueva lectura, como investigador con una cantidad innumerable de libros a tus espaldas y haber estudiado como nadie en las fuentes bíblicas?
-Es darle a la gente que sea consciente, la base sobre la que poner razonablemente su fe, o no tenerla. Este es un comentario laico; es decir, que separa la religión, que es del ámbito privado, de la vida social, que es del ámbito público. Si el que lo lee no es creyente, le servirá para saber cómo era el personaje conforme nos parece. Este libro es humilde en el sentido de que no da sentencias, sino que muestra la visión de unos y otros sobre algún hecho de Jesús: las interpretaciones de los protestantes, de los independientes… Se van poniendo las razones.
En esta obra, el lector tiene las herramientas para tomar una decisión. Y eso es lo que nos ha movido: usted, como creyente o como no creyente, hágase una idea del Jesús histórico. Y luego, si es creyente, usted piense. Yo solo intento dar un fundamento.
-Se habla mucho de que el nacimiento Jesús es el mayor acontecimiento histórico de la humanidad, pero a veces nos da miedo contemplar a Jesús como un personaje histórico y solo lo contemplamos como un hombre que hacía milagros. Y yo creo que es muy interesante que las personas que tenemos fe, veamos a Jesús desde todas sus perspectivas. Y fundamentalmente la de un personaje histórico.
-Hay una tendencia en la Iglesia de mostrar los relatos de la Navidad como relatos teológicos en los que se hace una historia conforme al Antiguo Testamento y se le intenta llevar al lector una idea. Y una idea bastante simple; el niño que ha nacido, no es solo el mesías de los judíos, sino que es el mesías del mundo entero.
Esa es la idea básica, pero hay otra manera y es entenderlo simbólicamente. Y se han publicado obras, ya en castellano, en que estos relatos de la Navidad se entienden como si fueran parábolas. Es decir, como símbolos de la Iglesia primitiva. Nosotros no nos metemos en eso, pero sí que apuntamos esa posibilidad.
Le suelo decir a los creyentes que yo, como historiador, constato que el cristianismo primitivo era muy plural. Y cada uno interpretaba a Jesús sinceramente, según su tradición y como podía. Usted, en el siglo XXI, puede hacer lo mismo; teniendo en cuenta que se han hecho muchos avances en la historia y que los libros del Nuevo Testamento, como este, lo único que le están presentando son esos avances, desde el punto de vista histórico, para que usted opine lo que quiera.
-'Los libros del Nuevo Testamento. Traducción y comentario', una edición de Antonio Piñero, publicada por Editorial Trotta.
-Junto con José Montserrat, Gonzalo Fontana y Carmen Padilla y Gonzalo del Cerro que han hecho de traductores de algunas partes y, sobre todo, de correctores.
-Un trabajo de ingeniería histórica. Antonio Piñero, muchísimas gracias. Lo vamos comentando, lo vamos disfrutando y lo vamos recomendando en Religión Digital. También, en la tienda de Religión Digital, nuestros socios participarán estas navidades en un sorteo de cinco ejemplares.
Muchísimas gracias, Antonio. Un fuerte abrazo.
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