'Teresa y Francisco', de Desclée Orar para pedir una rosa

Rosa –“flor del rosal que suele tener una agradable fragancia y espinas en el tallo”-, es algo que, por su simbolismo merece y reclama una y muchas oraciones para satisfacción no solo personal, sino ajena, en la misma o mayor proporción y urgencia. Orar por la posesión permanente de la rosa, o al menos en determinados momentos y circunstancias de la vida, si no substancial, es de singular transcendencia para la convivencia entre los seres humanos.  

El título de “Orar para pedir una rosa”, o “Cómo anima el papa Francisco a vivir con Teresa en el ministerio de la Comunión de los santos”, es capítulo con recomendación especial en la lectura del libro “Teresa y Francisco” editado por “Desclée De Brouwer “ en su amplia y sugerente colección de “Caminos”.

Su autora, Éiisabeth de Baudoüin, es periodista, especializada en temas relacionados con el Vaticano, y en sus 156 páginas, y con referencias a la extraordinaria devoción que le profesa el papa a santa Teresa de Lisieux, es obligado destacar que “este libro levanta por fin el velo que cubría la génesis de esta amistad espiritual con la santa francesa y su impacto en la vida y en el pontificado del primer papa jesuita latinoamericano en la historia.

La obra se presenta como una "investigación desarrollada en el entorno de Jorge Marío Bergoglio, tanto en Buenos Aires, como en Roma"

Con brillantez, terneza e invocación al testimonio de santa Juana de Arco,- la “Doncella de Orleans”- , el papa Francisco resalta que “es santa y feliz referencia de audaz y comprometida mujer entre las más fuertes y sin miedo a decir la verdad, que saben encontrar el sitio que les corresponde, sea el que sea, y que guardan, defienden y avanzan”.

Se trata de un libro de especial interés que contribuirá a conocer más y mejor al papa Francisco, desde perspectivas inéditas. Y con el relieve del adoctrinamiento de su “Gaudete et exultate”, porque Dios nos quiere positivos, agradecidos y no en demasía complicados”. El epílogo lo firma el Cardenal Marc Ouellet, “Prefecto de la Congregación Romana para los Obispos, y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina”

(En otra ocasión sería de desear que la autora del libro nos explicara el porqué de la consignación por parte del papa Juan Pablo II, del título y consideración de “Doctora de la Iglesia Universal” a la francesa religiosa de clausura de Lisieux, sin echar en olvido aquello de que “Scientia fidei, scientia amoris”).

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