Conversión ecológica, descartados y sinodalidad La Amazonía, el laboratorio de las reformas de Francisco

Hablar de descartados en la Amazonía nos conduce a los pueblos originarios y las comunidades tradicionales. Ellos son las víctimas principales del actual sistema de destrucción que vive la región amazónica
El Sínodo para la Amazonía puede ser considerado como un banco de pruebas para el Sínodo sobre la Sinodalidad y para avanzar en ese modo de ser Iglesia que fomenta el caminar juntos
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
El pontificado de Francisco ha sido un tiempo de procesos, de ir dando pasos que le llevasen a concretar el modo de ser Iglesia que respondiese a las necesidades del momento histórico que vivimos. En estos 12 años de pontificado, podemos decir que la Amazonía ha sido el laboratorio de esas reformas, sobre todo en lo que tiene que ver con conceptos claves de su Magisterio: ecología integral, los descartados y la sinodalidad.

La figura del cardenal Hummes
Uno de los personajes más importantes en los primeros momentos de su pontificado fue el cardenal Claudio Hummes, que en los últimos años de su vida tuve un papel destacado en la Iglesia de la Amazonía. Después de volver a Brasil, tras su servicio como prefecto de la Congregación del Clero, asumió la presidencia de la Comisión Episcopal para la Amazonía de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, visitando gran parte de las iglesias particulares de la Amazonía brasileña.
Será el cardenal Hummes quien inspiraría el nombre de Francisco, siendo una de las pocas personas al lado del nuevo pontífice cuando recién elegido se presentó ante la multitud congregada en la Plaza de San Pedro y ante todo el mundo a través de la televisión. El cardenal brasileño sería el primer presidente de la Red Eclesial Pan-amazónica (REPAM), el relator general del Sínodo para la Amazonía y el primer presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA). Uno de los colaboradores más próximos y queridos de Francisco fue sus ojos y sus oídos en una región singular en su pontificado.
El pulmón del mundo
La Amazonía, el pulmón del mundo, es una región que estuvo muy presente en el pensamiento del Papa Francisco en su encíclica Laudato Si´. Se trata de un escrito en el que hace un llamamiento explícito a la conversión ecológica, para así evitar la catástrofe ambiental que está destruyendo el Planeta y que tiene en la Amazonía el ejemplo de una región azotada por una economía que mata, que destruye la selva y contamina los ríos en busca de dinero sucio, manchado con la sangre y el sufrimiento de los pueblos que habitan la región.
Hablar de descartados en la Amazonía nos conduce a los pueblos originarios y las comunidades tradicionales. Ellos son las víctimas principales del actual sistema de destrucción que vive la región amazónica. Poco a poco han ido viendo como sus territorios han sido invadidos y sus culturas sometidas de diversos modos, perdiendo poco a poco las cosmovisiones que han sustentado secularmente sus vidas.
La concreción de la ecología integral
La defensa de los pueblos indígenas siempre fue una de las banderas del Papa Francisco. En ellos descubrió la concreción de la ecología integral, algo asumido naturalmente por unos pueblos que ven la Tierra como su propia madre. Ellos también son considerados ejemplo de lo que es la vida en comunidad, una alternativa al individualismo cada vez más imperante en la sociedad actual.
De ahí que ellos tuviesen un papel preponderante en el Sínodo para la Amazonía. Varios de los participantes del Sínodo han repetido diversas veces que el Papa Francisco, durante la asamblea sinodal, prestaba especial atención durante las intervenciones de los indígenas presentes, hombres y mujeres. De hecho, el Sínodo para la Amazonía marcó un antes y un después en la realización de los Sínodos de los Obispos.

Un banco de pruebas de la sinodalidad
El Sínodo para la Amazonía fue el primero en que el proceso de escucha fue un proceso amplio y demorado. Fueron escuchadas más 87 mil personas y la asamblea sinodal participaron un buen número de no obispos. Desde el primer día se percibió un clima diferente, tanto dentro de la sala sinodal como en las actividades paralelas realizadas en torno a la asamblea, con gran presencia de los pueblos de la Amazonía. Ese sínodo puede ser considerado como un banco de pruebas para el Sínodo sobre la Sinodalidad y para avanzar en ese modo de ser Iglesia que fomenta el caminar juntos.
En la clausura de esa asamblea sinodal, Francisco hizo ver que las mujeres no tardarían en tener voto, algo que se concretó en el Sínodo sobre la Sinodalidad. También surgió como propuesta de esa asamblea la CEAMA, que tiene en su presidencia representación de obispos, presbíteros, de la Vida Religiosa, del laicado y de los pueblos indígenas. En realidad, la propuesta era un organismo episcopal a nivel pan amazónico, pero Francisco vio que eso se debería concretar en una conferencia eclesial, algo que tiene un cariz claramente sinodal.
Son muchos los ejemplos que, sobre todo en estos campos de la ecología integral, los descartados y la sinodalidad, podemos descubrir en la Amazonía. Elementos que no pueden ser ignorados en el futuro por la Iglesia católica, que necesita fijarse en esta y otras periferias, especialmente en sus pueblos y en su Iglesia, abierta al diálogo con los diversos pueblos y culturas. Una continuidad que se puede concretar de diversos modos, inclusive con un sucesor de Pedro llegado de estos lares.
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