"No podemos ser indiferentes ante el dolor y los rostros sufrientes" El CELAM ofrece el consuelo de la oración y ayuda concreta a las víctimas del huracán “Eta”
"Agradecemos a Dios por el trabajo de los agentes pastorales desplegados en los territorios afectados, ellos son la presencia samaritana de la Iglesia que está siempre cercana del que sufre"
"Somos hermanos en esta casa común" y "estamos en la misma barca"
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Los desastres naturales son cada vez más frecuentes y de peores consecuencias, lo que nos hace ver la necesidad de cuidar de la casa común. El último episodio ha sido el huracán “Eta”, que ha provocado un hondo sufrimiento a los hermanos y hermanas de Centroamérica y del sur de México.
Ante esta situación, el Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM, ha emitido un mensaje de apoyo en el que afirman que ante “las terribles noticias sobre las consecuencias de la tormenta tropical ‘Eta’ que ha afectado a muchas poblaciones de estos países hermanos, no podemos ser indiferentes ante el dolor y los rostros sufrientes”.
En el escrito, firmado por el presidente de la entidad, Monseñor Cabrejos, sus dos vicepresidentes, los cardenales Scherer y Brenes, el presidente del Consejos de Asuntos Económicos, Monseñor Cabrera, y su nuevo secretario general, Monseñor Jorge Eduardo Lozano, se recuerdan las palabras del Papa Francisco en Laudato Si, “somos hermanos en esta casa común”, y en Fratelli Tutti, “estamos en la misma barca”.
Desde el CELAM se muestra la cercanía al pueblo de Centroamérica “con el consuelo de la oración, pero también con la ayuda concreta, que se ya se ha activado a través de Caritas Latinoamericana y Caribeña”. Al mismo tiempo, como expresión de una Iglesia samaritana, se invoca que las diferentes conferencias episcopales que forman parte del CELAM cooperen y contribuyan, “para acompañar y aliviar el dolor de los que sufren estas devastadoras consecuencias”.
Un elemento importante para paliar las consecuencias de este desastre está siendo el trabajo de los agentes de pastoral que realizan su misión en los territorios afectados, algo que se agradece desde el CELAM, una muestra “de la Iglesia que está siempre cercana del que sufre”. Caminar juntos como Iglesia, “sobre todo en la tribulación”, es señal de fecundidad, recoge el mensaje. En ese sentido, podemos decir que todo signo de caridad nos muestra el verdadero rostro de la Iglesia, siempre misericordiosa con el sufrimiento.
Citando la última encíclica del Papa Francisco, el CELAM anima a emprender el trabajo de reconstrucción, pues “la caridad, con su dinamismo universal, puede construir un mundo nuevo, porque no es un sentimiento estéril, sino la mejor manera de lograr caminos eficaces de desarrollo para todos”. Para ello, se invoca la intercesión de la Virgen de Guadalupe.