Vivimos en una sociedad en la que la vuelta al pasado está siendo cada vez más auspiciado por pequeños grupos que invirtiendo grandes cantidades de dinero consiguen manipular más gente. Un poder político y económico que también ha lanzado sus tentáculos hacia lo eclesiástico, colocando en el centro de sus furibundos ataques a alguien que si algo le define es su capacidad para mirar al futuro, pudiendo ser considerado un adelantado a su tiempo: el Papa Francisco.

Misa no es una pieza de museo

Diga lo que diga y haga lo que haga le atizan, con fuerza, sin piedad, movidos por un legalismo fariseo que les impide ver más allá de ellos mismos y sus ideas. Defender al Papa es una obligación de todos los bautizados, todavía más de aquellos que como cardenales deberían estar dispuestos a derramar su sangre por el Santo Padre. De ahí la importancia del reciente posicionamiento del cardenal Odilo Scherer, arzobispo de São Paulo, en la red social “X”, en la que tiene 175 mil seguidores, un número nada desdeñable, donde habla alto y claro sobre la llamada “Misa de Siempre”.

En Brasil, como sucede en otros países, la ultraderecha católica ha crecido exponencialmente en los últimos años, todavía más si tenemos en cuenta sus alianzas con el expresidente Bolsonaro. El purpurado brasileño se pregunta si ¿Asistir a la "Misa de siempre" es un "derecho" de los católicos?, respondiendo que “Sí, es un derecho. Pero sólo hay una ‘Misa de siempre’: la regulada por el Magisterio vivo de la Iglesia", enfatizando que “la Misa es el conjunto de ritos previstos para la celebración de la Eucaristía. No es una pieza arqueológica de museo”.

Errores teológicos y doctrinales

Según el arzobispo de São Paulo, hablar de "la misa de siempre" es un malentendido y podría basarse en un error teológico e incluso doctrinal, una afirmación que deberían tener en cuenta muchos de sus defensores, poco conocedores de la Teología, una ciencia que va evolucionando y avanzando con el paso de los años. Por eso les dice que “rechazar o desacreditar una supuesta ‘nueva Misa’ también incluye un malentendido teológico y ciertamente un error doctrinal”, haciéndoles ver la necesidad de “tener cuidado con este lenguaje, que induce a error a mucha gente”.

En su argumentación, el cardenal señala que “invocar el Decreto de San Pío V de 1570 para decir que no se puede cambiar nada en el rito de la Misa, ni siquiera por el Papa, es otro grave error. La definición del rito de la misa no es la misma que la definición de un dogma de fe”, preguntando, ciertamente con ironía: “¿Alguien se atrevería a decir que después de San Pío V el Espíritu Santo dejó de actuar en la Iglesia?”.

El rito de la Eucaristía no es inmutable

El arzobispo brasileño continúa diciendo que “el rito de la celebración litúrgica de la Eucaristía no es eterno ni inmutable”, recordando que “para empezar, Jesús no celebró la Eucaristía como lo hacemos nosotros en el siglo XVI o XX. Lo que es eterno e inmutable es el Sacramento de la Eucaristía instituido por Jesucristo y confiado a la Iglesia”, y por eso, “corresponde a la Iglesia, por la autoridad de su magisterio vivo, establecer el rito de celebración de la Eucaristía”. En ese sentido, deja claro que “la Misa de siempre es sólo una: la que se celebra según las determinaciones del Magisterio vivo de la Iglesia. Lo demás es abuso litúrgico grave y falta de comunión en la Iglesia”, algo asumido hoy y siempre “los santos y el pueblo fiel en comunión con la Iglesia”.

El cardenal Scherer deja claro que el problema de quienes defienden la "Misa Tridentina" es “la negación del Concilio Vaticano II sobre la base de argumentos falsos”. Según el arzobispo de São Paulo, “negar el Concilio es negar la fe católica en la Iglesia misma. Negar el Concilio lleva a negar la legitimidad del Papa. Y a partir de ahí, es el caos en la Iglesia". Nadie puede olvidar que “el rito de los Sacramentos, incluida la Eucaristía, no es una cuestión de conciencia personal subjetiva. Es competencia del Magisterio de la Iglesia, que sólo podemos aceptar y obedecer”, subraya.

Finalmente subraya que "Novus ordo missae" significa "nuevo ordinario (o ritual) de la Misa", resaltando que “esto es muy diferente de una ‘nueva Misa’". Según el cardenal, “el ‘novus ordo missae’ no ‘produjo’ una ‘misa nueva’, sino que actualizó el rito de la misa única. No hay dos Misas... la ‘nueva’ y la ‘de siempre’. Decirlo sería un grave error”, destacó.