De 21 de julio a 4 de agosto con 23 misioneros y misioneras de Brasil y de otros países Curso de Realidad Amazónica en Manaos, “para iniciar el proceso de integración en esta tierra”

Curso de Realidad Amazónica 2024
Curso de Realidad Amazónica 2024

“La propuesta del curso es profundizar en lo que ya traen, en esta llamada que ya traen, y dar este apoyo, dar estas herramientas necesarias para que puedan actuar de la mejor manera”

El curso pretende formar agentes de evangelización al servicio de la vida en la Amazonía, a partir de la encarnación en la realidad

Necesidad de reconocer la presencia de la mujer en la Iglesia, de la importancia del trabajo femenino, pero sobre todo de la maternidad, viendo en los rostros de las mujeres una Iglesia que no escatima esfuerzos para servir: catequistas, ministras, que sostienen la vida de fe de tantas comunidades

La Facultad Católica del Amazonas, en asociación con el Regional Norte1 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), la Comisión Episcopal para la Amazonía (CEA) y en comunión con la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), realiza el Curso de Realidad Amazónica en el Centro de Formación de Líderes de la Arquidiócesis de Manaos, Maromba, del 21 de julio al 4 de agosto.

Realidad Amazónica 2024

23 participantes de diversos países

Son 23 participantes, de diferentes regiones de Brasil y de diversos países de África, Asia, América Latina y Europa, que trabajarán en la archidiócesis de Manaos, en las diócesis de Alto Solimões, Parintins y Roraima, y en la prelatura de Tefé: 12 religiosos, una laica, dos laicos y siete presbíteros.

“Aunque es una tradición antigua, tiene una larga historia, comenzó en 1991, pero todos los años se renueva. Por el grupo que llega, que siempre viene de lugares diferentes, de lugares más distantes”, afirma Elisângela Maciel, profesora de la Facultad Católica del Amazonas y coordinadora del curso. La experiencia de años anteriores ayuda a intercambiar contenidos, ampliar e intercalar diversas cuestiones.

Deseo de hacer misión

En el grupo de este año, el más numeroso, procedente de diferentes congregaciones, trabajará en varias localidades de la prelatura de Tefé. Algunos de ellos ya están en la Amazonía hace algunos meses, “con ese deseo de hacer la misión, de abrazar la región”, destaca la profesora. Ante esto, dice que “la propuesta del curso es profundizar en lo que ya traen, en esta llamada que ya traen, y dar este apoyo, dar estas herramientas necesarias para que puedan actuar de la mejor manera, con este contenido, pero también con algunas prácticas que intercambiamos a lo largo del curso con la actividad pastoral”, en la zona ribereña y en las afueras de Manaos.

Se trata de proporcionar “experiencias diferentes, y al mismo tiempo dar contenidos cada vez más profundos para que luego puedan utilizarlos en las diferentes realidades a las que se enfrentarán”, dice Elisângela Maciel. Uno de los participantes en el curso es Pedro Figueiredo, voluntario laico marista de Porto Alegre, que dice que el curso es importante para “conocer la Amazonía, un poco de la Amazonía, un poco de los elementos de la cultura amazónica, para iniciar el proceso de integración en esta tierra”.

Elisângela Maciel

Formar agentes de evangelización al servicio de la vida

El curso pretende formar agentes de evangelización al servicio de la vida en la Amazonía, a partir de la encarnación en la realidad. Es un espacio formativo de acogida, reflexión y aprendizaje para el servicio misionero en la región amazónica. Ofrece “un conjunto de informaciones más sistematizadas sobre la propia región amazónica, concentrando su reflexión en lo humano, el medio ambiente, la vida y la acción evangelizadora de la Iglesia”.

A partir de una metodología sinodal, decolonial e intercultural, se estudia la realidad socioambiental, político-económica, cultural y eclesial de la Amazonía, buscando desarrollar con los agentes una herramienta teórico-metodológica necesaria para el conocimiento y la inserción en la realidad. A la luz de la fe, el curso pretende descubrir propuestas concretas de acción liberadora y de encarnación en la realidad, y así fortalecer la comunión con las Iglesias, pueblos y culturas de la Pan-Amazonía, en una visión más amplia de esta vasta región. Asimismo, el curso pretende abrirse al gran patrimonio espiritual de los pueblos de la Amazonía y a su pluralidad.

Metodología participativa

El curso se realizará con una metodología participativa, y está dirigido a agentes de pastoral que forman parte de comunidades eclesiales y servicios pastorales en la región amazónica; laicos y laicas, religiosos y religiosas, sacerdotes, diáconos que vienen de otras regiones para servir en la Amazonía, y actores sociales involucrados en la problemática amazónica.

A lo largo del curso se realizará un análisis de la realidad, contemplando diferentes aspectos; una aproximación a la antropología y geografía amazónicas; la historia, cultura y sociedad de la Amazonía; la espiritualidad y las voces de la Amazonía. Además de la parte teórica, los participantes del curso realizarán una experiencia pastoral en las comunidades.

Cândido Cocavelli

Cuidar de una Amazonía saqueada

En la misa de apertura, el padre Cándido Cocavelli, director administrativo de la Facultad Católica de Amazonas, hizo un llamamiento a sentirse atraídos por Jesús, por su palabra, por su enseñanza, que toca, transforma vidas y atrae, como sucedió con María Magdalena, en el día en que la Iglesia celebraba su fiesta. Siguiendo las palabras de Don Helder Cámara, definió a los misioneros como hombres y mujeres de frontera, llamados a mirar la realidad del mundo para ver el rostro del Crucificado en los rostros de las personas, en una Amazonía donde hay muchos crucificados que necesitan ser bajados de la Cruz.

Dijo a los participantes del Curso Realidad Amazónica que no podemos volvernos insensibles ante la vida que está siendo saqueada, que está siendo arrebatada, en una Amazonía donde la obra del Creador está siendo desfigurada por aquellos que explotan, que devastan, que quitan vidas, contaminando los ríos, destruyendo la naturaleza y la vida de las personas. Junto con la Magdalena, invitó a ser testigos de la Resurrección, a convertirnos en criaturas nuevas. Habló también de la necesidad de reconocer la presencia de la mujer en la Iglesia, de la importancia del trabajo femenino, pero sobre todo de la maternidad, viendo en los rostros de las mujeres una Iglesia que no escatima esfuerzos para servir: catequistas, ministras, que sostienen la vida de fe de tantas comunidades en el interior de la Amazonía y en las periferias de las ciudades amazónicas.

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