La misión digital tiene que ser purificada, pero nunca abandonada En la Iglesia sinodal, el mundo digital es lugar decisivo para la misión

Misión en el mundo digital
Misión en el mundo digital

“La cultura digital, por tanto, no es tanto un área distinta de la misión, cuanto una dimensión crucial del testimonio de la Iglesia en la cultura contemporánea. Por esto, tiene un significado especial en una Iglesia sinodal”

En esta Segunda Sesión la misión digital ha ido perdiendo fuelle, lo que no deja de ser preocupante, pues alejaría la misión de la Iglesia de realidades muy presentes en la sociedad actual y de personas que muchas veces tienen una presencia muy limitada en la vida comunitaria

El modo de llevar a cabo esa misión es en sinodalidad, juntos, un desafío grande, dado el sentimiento individualista tan presente en la sociedad actual

Para la misión digital, se necesita formación y acompañamiento. Ante la tentación de pensar que estoy diciendo la última verdad, el gran desafío es establecer canales de comunión en la misión digital

La Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal del Sínodo sobre la Sinodalidad reflexiona en estos días sobre los lugares, entre los que está, y no puede dejar de estarlo, el mundo digital, un campo donde la presencia del Evangelio se hace cada vez más necesaria.

Siskya Valladares

La misión hoy es distinta

Como recordaba en una de las primeras ruedas de prensa de esta Segunda Sesión Xiskya Valladares, de quien podemos decir que fue una de las primeras en percibir la importancia de esta misión en el mundo digital, “nuestro mundo ha cambiado, ya no es lo que hace 20 años era, la misión es distinta”. La religiosa nicaragüense afincada en España insistía en que ante el cambio tecnológico y la Inteligencia Artificial, “la Iglesia no puede quedarse atrás”.

La misión digital fue una reflexión muy presente en la Primera Sesión de la Asamblea Sinodal, estando presente en el Informe de Síntesis, que le dedica un capítulo, que tiene por título “Misioneros en el entorno digital”, donde se dice que “la cultura digital, por tanto, no es tanto un área distinta de la misión, cuanto una dimensión crucial del testimonio de la Iglesia en la cultura contemporánea. Por esto, tiene un significado especial en una Iglesia sinodal”.

No dejar que la misión digital pierda fuelle

Por lo que uno va escuchando entre los participantes de la Asamblea Sinodal, parece que a lo largo de esta Segunda Sesión ha ido perdiendo fuelle, lo que no deja de ser preocupante, pues alejaría la misión de la Iglesia de realidades muy presentes en la sociedad actual y de personas que muchas veces tienen una presencia muy limitada en la vida comunitaria.

Como recordaba Siskya Valladares, los misioneros digitales, que ella considera un nuevo carisma en la vida de la Iglesia, sienten ‘la vocación fuerte a acompañar a los que no están en la Iglesia, a los que fueron bautizados y se fueron, pero siguen sintiendo una inquietud por la verdad, por el amor de Dios, y que a veces incluso caminan heridos por el mundo, también por sus malas experiencia con personas de Iglesia”.

Iglesia te escucha

Testimonio de la ternura y misericordia de Dios

Francisco insiste, y así se lo hizo ver en cierta ocasión a “la monja tuitera”, en la necesidad de ser testimonio de la ternura y la misericordia de Dios para todos. Un testimonio que el pontífice le ha pedido que lleve a cabo en el mundo digital. Al respecto recuerdo una situación por la que pasé hace años, cuando no se hablaba de misión digital. Un joven, a quien nunca conocí personalmente, comenzó a escribirme a través del Messenger, e intenté acompañarle ante dificultades que estaba viviendo. Meses después me dijo que ese acompañamiento, esa misión digital que llevé a cabo, hizo que no se suicidase.

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Pueden ser consideradas especulaciones sin sentido, pero me atrevo a decir que mi misión digital salvó una vida. Esa vez conseguí ser testigo de aquello que el Papa propone, de la ternura y misericordia de Dios. Por eso no podemos olvidarnos de algo sobre lo que la Iglesia parece estar teniendo mayor conciencia de su necesidad. En ese sentido, no hay mejor ocasión que un Sínodo de la Iglesia católica, universal, para insistir en esa misión digital, si realmente se quiere dar respuestas a la realidad actual.

Pero no podemos olvidarnos del modo de llevar a cabo esa misión digital. Vuelvo de nuevo a la idea de que en la Iglesia sinodal el modo es superior al contenido. Y el modo de llevar a cabo esa misión es en sinodalidad, juntos, un desafío grande, dado el sentimiento individualista tan presente en la sociedad actual, especialmente entre las jóvenes generaciones, un estrato etario en el que se encuentran la mayoría de los llamados influenciadores digitales.

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Formación y acompañamiento

También para la misión digital, se necesita formación y acompañamiento. Ante la tentación de pensar que estoy diciendo la última verdad, el gran desafío es establecer canales de comunión en la misión digital. Ser misionero digital en una Iglesia sinodal es impulsar caminos comunes, acompañando aquello que la Iglesia a través del anuncio del Evangelio y del Magisterio, también el del Papa Francisco, nos propone. Frente a la polarización en las redes sociales, la alternativa comunión, sinodalidad, camino en común.

La misión digital tiene que ser purificada, pero nunca abandonada. No dejemos pasar la oportunidad que nos brinda este Sínodo para ofrecer la Buena Noticia a los cientos de millones de personas que hoy habitan el continente digital. Jesús envió sus discípulos hasta los confines del mundo y guiados por el Espíritu consiguieron ser testigos de ese mensaje en los diversos areópagos, hoy también en ese mundo siempre cambiante que es el digital.

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