En una sociedad cada vez más dividida, donde los intereses particulares no dejan ver aquello que debería ser prioritario, por el hecho de ser algo común a todos, Mons. Ojea hace un llamado a los argentinos a hacer una tregua que ayude a superar las diferencias.

Lo hace con motivo del Día de la Patria, que es celebrado todo 25 de mayo. Este año tiene lugar “en un tiempo duro, doloroso y difícil”. El presidente del episcopado argentino reflexiona sobre “la experiencia humana de las treguas en las guerras”, citando dos ejemplos que sucedieron durante la Primera Guerra Mundial, que a su entender muestran la “capacidad de la naturaleza humana de poder en un momento tremendo como una guerra, hacer un paréntesis”. Ejemplos que nos muestran la necesidad de hacer una tregua ante “un peligro mayor”, la capacidad de la naturaleza humana de “poder ver aquello que es prioridad, dar el primer lugar a lo que tiene el primer lugar”.

En un momento en que Argentina vive una grave situación, en que los números de contagios y muertes han aumentado significativamente, haciendo mayor una crisis social cada vez más preocupante, Mons. Ojea se cuestiona “qué bueno sería en nuestra Patria que pudiéramos darnos una tregua en medio de nuestras diferencias, de nuestras distintas maneras de sentir, de pensar, de ver, de opinar, de enojarnos, de agredirnos”. De lo que se trata, en palabras del obispo de San Isidro, es de “hacer una tregua mirando aquello que es lo más importante en este momento, como ayudarnos a superar esta enfermedad”.

El gran desafío es, algo que ya ha dicho una y mil veces el Papa Francisco, es “estar juntos, porque si estamos juntos vamos a poder enfrentar mejor a esos lobos que nos atacan, a quienes estamos de todos los lados”. Por eso, con motivo del Día de la Patria, pide al Señor, “que la cuide”, un pedido también dirigido a la Virgen, a la que llama “la Madre de nuestra Patria”, “especialmente en este momento tan difícil, y que nos ayude a poder convivir mejor en este momento de dolor”.