Recordando su participación en el Sínodo de la Sinodalidad como uno de sus miembros, en representación del episcopado argentino, junto a otros cuatro, inició Mons. Oscar Ojea su comentario dominical. El obispo de San Isidro recordó que participará “junto con otros 363 hermanos, hermanas, laicos, laicas, religiosos, religiosas, sacerdotes y diáconos”, insistiendo en que “vamos a participar de este gran acontecimiento de la Iglesia que es el Sínodo sobre Sinodalidad, que va a ir recogiendo lo que en las distintas etapas se fue dando a través de las diócesis, conferencias episcopales, la etapa continental”.

Obstáculos y aquellos que hacemos bien

Sobre lo que van a hacer, ha dicho que “luego de la reflexión que en toda la Iglesia se ha ido dando a través de las consultas, nosotros vamos a tratar de ir ordenando, respondiendo, avanzando; sobre lo que nuestro Pueblo de Dios va queriendo, va sugiriendo, en este caminar juntos”. Eso desde dos preguntas que Ojea formula: “¿Cuáles son los obstáculos que nos impiden caminar, mejor, juntos? Y, ¿Cuáles son aquellas cosas que estamos haciendo bien?”.

En palabras del presidente del episcopado argentino, “todo esto está fundado en la corresponsabilidad que crea el bautismo, que nos iguala a todos para hacernos partícipes del destino de la Iglesia, su futuro, escuchando al Espíritu Santo que es el que guía, el que conduce a la Iglesia; para esto estaremos en Roma este tiempo, en esta etapa del Sínodo, que va a durar hasta el año que viene. En el 2024 volveremos a ir para ir viendo las conclusiones que se seguirán dando en todas las etapas ya que todo es un ida y vuelta en la reflexión”.

Pedir por un Sínodo fecundo 

Ojea pide “oraciones para que el Sínodo sea realmente fecundo, provechoso para la Iglesia, para que podamos escuchar juntos al Espíritu de Dios a través de los hermanos y ver como el Espíritu va conduciendo a la Iglesia en este tiempo tan providencial, tan particular que nos toca vivir”.

Recordando que “tendremos el acompañamiento del Santo Padre durante todo el Sínodo”, insiste en su petición de oración, queriendo “encomendarme especialmente a la Virgen de Luján en este viaje sinodal y pedirles a todos ustedes, peregrinos, peregrinas, que irán el sábado 30 y el domingo 1° a la Basílica, a dar especialmente gracias a la Virgen, a pedir por nuestra Patria, pedirle por los dolores de nuestra Patria; allí también les pido que haya una intención especial para este Sínodo que realizamos con la Iglesia, para que podamos ir formando entre nosotros una Iglesia samaritana, una Iglesia servidora, una Iglesia pobre para los pobres. Que el Señor así nos lo conceda por la intercesión de Nuestra Señora de Luján”.