Un Papa enamorado de la Amazonía y de sus pueblos Muere Francisco, el Papa de la Amazonía

Francisco se enamoró de la Amazonía y de los pueblos que la habitan, de las causas de la Amazonía y de sus pueblos
En Roma, el Papa convocó no solo a los obispos de la Amazonía, sino también a los sacerdotes, a la vida religiosa, a los laicos y, sobre todo, a los pueblos indígenas. Fue a ellos a quienes el Papa escuchó con mayor atención y afecto en su empeño por encontrar nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral
Con un sentimiento de profunda y eterna gratitud, despedimos a alguien que dejará una profunda huella en el corazón de los pueblos de la Amazonía
Con un sentimiento de profunda y eterna gratitud, despedimos a alguien que dejará una profunda huella en el corazón de los pueblos de la Amazonía
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Son muchos los aspectos a destacar del pontificado del Papa Francisco, el primer Papa latinoamericano, el Papa que impulsó la necesidad de que las mujeres participen en los espacios de decisión en la Iglesia, el Papa que con más decisión se enfrentó a los abusos de todo tipo en la Iglesia católica, el Papa de una Iglesia en salida, el Papa de la ecología integral, el Papa de los migrantes, el Papa de la sinodalidad.... Pero por encima de todo esto, destacaría la figura de Francisco como el Papa de la Amazonía.

Una relación nacida en Aparecida
En la Conferencia de Aparecida de 2007, de la que el cardenal Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, fue relator general, oyó hablar varias veces de la Amazonía, de sus pueblos y de su Iglesia. Ya en los primeros meses de su pontificado, en la reunión con los obispos brasileños el 27 de julio de 2013 en Río de Janeiro, el Papa Francisco habló de la Amazonía como un elemento “relevante para el camino actual y futuro, no solamente de la Iglesia en Brasil, sino también de todo el conjunto social”.
El Papa dijo que “la Iglesia no está en la Amazonía como quien tiene hechas las maletas para marcharse después de haberla explotado todo lo que ha podido. La Iglesia está presente en la Amazonía desde el principio con misioneros, congregaciones religiosas, sacerdotes, laicos y obispos y todavía hoy está presente y es determinante para el futuro de la zona”. Recordó las palabras del Documento de Aparecida, en el que se hace “el vigoroso llamamiento al respeto y la custodia de toda la creación, que Dios ha confiado al hombre, no para explotarla salvajemente, sino para que la convierta en un jardín”. El Papa pidió la formación de un clero indígena, para consolidar el “rostro amazónico” de la Iglesia.
Se creó un camino que llevó a la convocatoria del Sínodo para la Amazonía, uno de los momentos más notables del pontificado de Francisco. Fue en este Sínodo donde comenzó a surgir la sinodalidad, una forma de ser Iglesia caracterizada por la escucha y el discernimiento comunitario. En Roma, el Papa convocó no solo a los obispos de la Amazonía, sino también a los sacerdotes, a la vida religiosa, a los laicos y, sobre todo, a los pueblos indígenas. Fue a ellos a quienes el Papa escuchó con mayor atención y afecto en su empeño por encontrar nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral.

Enamorado de la Amazonía y de sus pueblos
Francisco se enamoró de la Amazonía y de los pueblos que la habitan, de las causas de la Amazonía y de sus pueblos. Siempre que se encontraba con los obispos de la Amazonía, les preguntaba cómo estaba su querida Amazonía. Le gustaba escuchar las historias, las vivencias, los gritos de una región castigada por una economía que mata. Siempre guardó esos gritos en su corazón y estuvieron presentes en sus oraciones.
Que su legado ayude a la humanidad a sentir la necesidad de cuidar de la Amazonía y de los pueblos que la habitan. Con un sentimiento de profunda y eterna gratitud, despedimos a alguien que dejará una profunda huella en el corazón de los pueblos de la Amazonía. Ellos se sintieron escuchados y defendidos por un Papa con corazón amazónico, corazón indígena, corazón solidario y respetuoso de la Madre Tierra, madre de los pueblos indígenas.