Religiosas de diversas congregaciones comparten vida y misión Profecía de una comunidad intercongregacional en la Amazonía

Esta comunidad intercongregacional se convierte en una voz profética de fraternidad, de misión compartida, de sinodalidad, de humildad y servicio carismático en bien del pueblo de Dios amazónico
Dentro de la jurisdicción de la parroquia que acompañan se encuentran con realidades complejas que se derivan del abandono estatal como la falta de empleo, la pobreza, poca cobertura de salud, entre otras realidades
Estar presente en este pulmón del mundo evangelizando, solidarizándose con los pueblos indígenas y recordando la importancia de cuidar el bioma amazónico
Estar presente en este pulmón del mundo evangelizando, solidarizándose con los pueblos indígenas y recordando la importancia de cuidar el bioma amazónico
| Fray Manuel Alfonso Vargas Reales OFMCap
Una comunidad intercongregacional de religiosas en la Amazonía peruana, enclavada en la Triple Frontera de Colombia Perú y Brasil. Tres religiosas que rigen la parroquia del Señor de los Milagros en Islandia (Perú), en los márgenes del Río Yavarí. Este escrito es una provocación para que diferentes comunidades religiosas se unan a esta comunidad intercongregacional o que otras comunidades religiosas formen otra comunidad intercongregacional en la Triple Frontera amazónica de Colombia, Perú y Brasil.

Diversos carismas en una misma comunidad
Las religiosas que componen esta fraternidad intercongregacional son dos religiosas brasileras y una ecuatoriana, cada una perteneciente a una congregación religiosa con identidades carismáticas diferentes en la Iglesia Católica.
En la Triple Frontera amazónica existen varias comunidades religiosas femeninas y masculinas, que se encuentran sirviendo en el vicariato de San José del Amazonas (Perú), en el vicariato de Leticia (Colombia), o en la diócesis del Alto Solimões (Brasil). Varias de esas comunidades religiosas son fraternidades internacionales, es decir, son religiosos o religiosas, y algunas con laicos, de un mismo carisma, pero de diferentes países. Solamente hay una comunidad religiosa que es intercongregacional, con hermanas de diferentes carismas dentro de la Iglesia Católica viviendo y sirviendo juntas. Esta se encuentra en Islandia (Perú), en el vicariato apostólico de San José del Amazonas.
Esta comunidad intercongregacional se convierte en una voz profética de fraternidad, de misión compartida, de sinodalidad, de humildad y servicio carismático en bien del pueblo de Dios amazónico.
Superar las diferencias en favor de la unidad
Algo que llama la atención de esta comunidad intercongregacional es que a pesar de que las religiosas tienen diferentes carismas logran por decirlo así, superar estas identidades carismáticas, centrándose en tener un mismo Dios, una misma Iglesia, una misma fe, un solo bautismo y el llamado de vivir en fraternidad compartiendo la vida, la oración y la misión.
Otra particularidad de esta comunidad intercongregacional es que son mujeres que están dirigiendo y acompañando una parroquia en la Amazonía peruana. Una parroquia que, en su casco urbano presenta una minoría de católicos, porque la gran mayoría de sus habitantes pertenecen a una secta llamada los Israelitas. La parroquia es muy extensa contando con muchas comunidades ribereñas y comunidades indígenas con frontera tanto con Brasil como con Colombia.
Estas religiosas al hacer sus viajes misioneros para visitar las diferentes comunidades que están en la Amazonía peruana dentro de la jurisdicción de la parroquia que acompañan se encuentran con realidades complejas que se derivan del abandono estatal como la falta de empleo, la pobreza, poca cobertura de salud, entre otras realidades.

Una comunidad abierta a la sinodalidad
Las hermanas que componen esta comunidad intercongregacional configuran su sentido sinodal invitando a sacerdotes, religiosos y religiosas del vicariato de San José del Amazonas, del vicariato de Leticia o de la diócesis de Alto Solimões, para que las apoyen en tiempos determinados en la formación de sus agentes de pastoral, para la celebración de la eucaristía dominical y para acompañarlas en sus travesías misioneras en la selva peruana.
Ellas también tejen sinodalidad estando comprometidas con la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM) de Perú, y con actividades formativas y de integración con el grupo de misioneros de la Triple Frontera. Cabe decir que este grupo de misioneros de la Triple Frontera es un esfuerzo de los religiosos y religiosas de la región que, por la cercanía territorial, van más allá de los límites de las tres jurisdicciones eclesiásticas para apoyarse en diferentes frentes de la vida misionera en esta zona.
Al interior de la vida cotidiana de estas religiosas también tienen ciertas particularidades para hacer posible la vida una comunidad intercongregacional como, por ejemplo, su oración va más allá de lo carismático y se centra en la Palabra de Dios, en los documentos de la Iglesia que hacen referencia a la Amazonía y en una oración que toma elementos de la realidad amazónica.
La función de ser superiora y ecónoma de la comunidad intercongregacional se va rotando para que cada una de ellas tenga la oportunidad de enriquecer con su identidad carismática al buen funcionamiento de la vivencia fraterna y misionera.

Una Iglesia presente
En la Triple Frontera amazónica de Colombia, Perú y Brasil se está haciendo palpable el pedido de la Iglesia a estar presente en este pulmón del mundo evangelizando, solidarizándose con los pueblos indígenas y recordando la importancia de cuidar el bioma amazónico.
Con las fraternidades internacionales y con la fraternidad intercongregacional en esta región amazónica se está construyendo sinodalidad y profetismo. Se está haciendo posible dentro de las limitaciones eclesiales, políticas, sociales y económicas, el acompañar a estos pueblos que sufren diferentes flagelos sociales y ambientales.
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