Los obispos brasileños están realizando la Visita ad Limina, algo que ya había sido iniciado antes de la pandemia. Dado el elevado número de iglesias particulares y obispos que componen la Iglesia del gigante sudamericano, se está llevando a cabo de forma escalonada por regionales, siendo 18 los que componen la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil.

Esta semana es la vez de los Regionales Nordeste1 y Nordeste4, de los que forman parte las diócesis de los estados de Ceará y Piauí. Son 21 los obispos que están en Roma, procedentes de 17 diócesis. De 9 a 15 de mayo, siguiendo el programa previamente marcado, van visitando los diferentes dicasterios y congregaciones, celebrando la Eucaristía en las llamadas basílicas mayores.

Es un momento para renovar “nuestra fe pascual y apostólica, nuestra convicción vocacional, nuestro compromiso con la misión y nuestra reverencia en plena comunión, al Papa Francisco”, en palabras de Mons. Juarez Sousa da Silva, obispo de la Diócesis de Parnaiba y presidente del Regional Nordeste4.

Este jueves, 12 de mayo, ha sido el momento de encontrarse con el Papa Francisco, que ha recibido a los obispos en silla de ruedas, consecuencia de los dolores en su rodilla en las últimas semanas, pero que no le impiden escuchar, una actitud fundamental para él. Como aparece en las imágenes publicadas por Vatican News, el encuentro ha sido un momento para compartir la vida de las Iglesias particulares de una región históricamente castigada por las desigualdades sociales, algo que ha ido en aumento con la pandemia del Covid-19.

Cómo continuar el caminar eclesial en este momento, sin olvidar que la Iglesia católica es vista como una de las instituciones que más han ayudado al pueblo brasileño en estos dos últimos años, es un desafío importante, algo de lo que ha hecho partícipe al Papa Francisco. Todo ello en el camino sinodal que la Iglesia universal está viviendo, en el que es llamada a vivir la participación, comunión y misión.