En el marco del XX Congreso Latinoamericano y Caribeño de Cáritas Nicolás Meyer: "Me siento en un momento de mucha escucha y apertura para darle continuidad al trabajo"
Nicolás Meyer, asumió la coordinación de Cáritas en América Latina y el Caribe en el marco del XX Congreso continental realizado del 1 al 4 de junio en Puerto Rico
El psicólogo argentino se entrega a esta misión con los aprendizajes obtenidos en experiencias vocacionales y profesionales previas que desde el contexto local y nacional le permitieron descubrir la misión trascendental de Cáritas en la restitución de derechos fundamentales de las comunidades y el acompañamiento a las poblaciones en estado de vulneración
Pensando en las demandas de la realidad continental, considera que aspectos como la animación parroquial ha de ser una de las prioridades. Es ahí donde Cáritas debe ser más fuerte ante la urgencia de una Iglesia en salida que recibe y acoge sin fronteras geográficas, ideológicas o existenciales.
Pensando en las demandas de la realidad continental, considera que aspectos como la animación parroquial ha de ser una de las prioridades. Es ahí donde Cáritas debe ser más fuerte ante la urgencia de una Iglesia en salida que recibe y acoge sin fronteras geográficas, ideológicas o existenciales.
Nicolás Meyer, asumió la coordinación de Cáritas en América Latina y el Caribe en el marco del XX Congreso continental realizado del 1 al 4 de junio en Puerto Rico.
El psicólogo argentino se entrega a esta misión con los aprendizajes obtenidos en experiencias vocacionales y profesionales previas que desde el contexto local y nacional le permitieron descubrir la misión trascendental de Cáritas en la restitución de derechos fundamentales de las comunidades y el acompañamiento a las poblaciones en estado de vulneración.
Ahora, pensando en las demandas de la realidad continental, considera que aspectos como la animación parroquial ha de ser una de las prioridades. Es ahí, donde Cáritas debe ser más fuerte ante la urgencia de una Iglesia en salida que recibe y acoge sin fronteras geográficas, ideológicas o existenciales.
Nicolás, empieza un nuevo camino, ¿Cuáles son sus expectativas frente a la tarea pastoral y profesional que le espera en la coordinación de Cáritas en América Latina y el Caribe?
Son muchas, especialmente porque comienzo en este lindo congreso que estamos viviendo, 22 Cáritas, 150 personas, un trabajo muy intenso en comunidades de escuchar las realidades territoriales, los dolores de América Latina y el Caribe, los sueños y los proyectos que vamos teniendo. Me siento en un momento de mucha escucha, de mucha apertura, y de darle continuidad a un trabajo muy importante que viene haciendo hace tantos años el padre Chico que tenía este rol previamente.
Usted tiene la experiencia del servicio parroquial, local y nacional en Cáritas Argentina ¿De qué manera eso nutre su camino como coordinador de Cáritas en el continente?
Me siento muy afortunado y bendecido de poder haber comenzado desde un trabajo comunitario de muchos años, en diferentes servicios y experiencias. Después haber estado en un ámbito diocesano, que es esa Iglesia doméstica que anima y que coordina ya una primera coordinación de comunidades, y desde hace varios años en el ámbito nacional con Cáritas Argentina, que es un Cáritas muy linda, muy grande, con muchos programas, un equipo muy formado, capacitado y comprometido.
Hoy siento que llego a este desafío, que es bien distinto, no diría que es parecido a una Cáritas nacional, sino que es conocer realidades muy distintas, con complejidades que podrían parecer similares, como puede ser la migración, pero según la zona del continente, según la realidad de ese territorio, tiene características muy diferentes. Entonces, siento que llego con herramientas, pero todavía tengo que aprender muchísimo.
¿Cuáles son los temas prioritarios de acuerdo con lo que ha podido escuchar y compartir con las delegaciones de los 22 países que hacen parte de esta Cáritas continental?
En Cáritas tenemos un marco estratégico, que es un poco ese acuerdo que tenemos de las líneas prioritarias. Hoy podría resumirlas, no voy a decir todas porque probablemente me olvide alguna, pero tenemos toda la animación parroquial, la animación de las comunidades, donde creemos que tiene que estar esa célula de Cáritas más fuerte, porque es la Iglesia en salida, la Iglesia que recibe y acoge de puertas abiertas. Tenemos también la línea de migración, trata y refugio, un eje muy fuerte, articulado con organismos de Iglesia y fuera de Iglesia.
El tema de derechos humanos, paz y reconciliación, nuestro continente tan sufrido y dolido por los conflictos, por las heridas que deja también el crimen organizado, los diferentes conflictos armados que vamos atravesando. Todo el tema de adultos mayores, acá aprendí que se dice personas mayores, que es el acompañamiento a esas personas que están en esa etapa de su vida y donde la vulnerabilidad también pega muy fuerte. El tema de jóvenes, para nosotros la inter generacionalidad entre adultos y jóvenes es fundamental, no es que vamos a hacer el grupo juvenil de Cáritas, sino que las Cáritas acogen, reciben, empoderan y les dan lugar a los jóvenes, que por suerte son muchos, muchísimos, y eso nos alegra.
El tema de las nuevas economías, el tema del trabajo principalmente, la estructura económica, la estructura de modelo económico, y de como acompañamos a las comunidades en general sus estrategias de ingreso de dinero, de distribución, comercialización, producción, con finanzas solidarias; por suerte también hay un lindo recorrido, mas de 15 años en este tema en la región. El tema de emergencia, que a nivel internacional se llama ayuda humanitaria, pero Cáritas tiene un rol fundamental en acompañar, en la prevención, en el momento de la emergencia crítica y en la rehabilitación posterior a la emergencia, en un continente que sigue sufriendo los efectos del cambio climático, dañamos nuestra casa común y eso se va a expresar, y desde Cáritas debemos tener una respuesta y un acompañamiento comunitario a diversos temas.
Desde esa atención prioritaria que ofrece Cáritas América Latina y el Caribe a las poblaciones vulnerables, como lo acaba de citar, en caso de emergencia climática, efectos de conflictos armados, está el tema de mantener el equilibrio entre el asistencialismo y el empoderamiento de las personas, cultivar liderazgo y fomentar la participación, ¿Cómo trabajarlo desde Cáritas?
Es una tensión que vivimos y que tenemos, como nos dice el Papa Francisco, aprender a sobrellevarla, a mantenerla y a dejar que también el Espíritu haga su derrame. Tenemos que asistir a comunidades en momentos críticos, que es lo que normalmente se puede ver como asistencialismo, pero Cáritas tiene que hacer esa ayuda humanitaria, por ejemplo, cuando hay inseguridad alimentaria crónica tenemos que hacer una asistencia directa, pero rápidamente tenemos que caminar a la promoción humana, al desarrollo humano integral.
Eso es importante entender que no sucede uno o el otro, o uno, pasas al otro y la asistencia ya queda por fuera. En un continente con tantos flujos y tanta complejidad política y social, vamos articulando los dos. Por momentos tenemos que ser una Cáritas muy de campaña asistencial y por momentos tenemos que ser una Cáritas de promoción, de proyectos de largo plazo, con proyectos complejos, transnacionales, con estrategias que sabemos que va a llevar mucho tiempo. Eso también nos desafía mucho, nos desafía que nuestros equipos sepan gestionar esos dos tipos de realidades y de abordajes a la realidad.
En el caso de las comunidades que pueden tener otras confesiones religiosas, costumbres y culturas, sabemos que Cáritas llega a todos y en ese contexto está el llamado a vivir la experiencia de la sinodalidad.
Podría pensarse que Cáritas lo hace en la práctica desde hace mucho tiempo. Sin embargo, hay una reflexión muy dedicada a las personas que hacen parte de la organización sobre este tema, ¿Cómo vivir esa sinodalidad al interior de Cáritas?
Para Cáritas es natural articular con otros, es natural porque cuando uno está en una experiencia territorial, en un momento de dolor, de sufrimiento, de realmente trabajar situaciones muy complejas, naturalmente nos aliamos, nos articulamos, nos vinculamos. Muchas veces tendemos a articularnos más con organizaciones por fuera de la Iglesia. La sinodalidad también es cómo Cáritas trabaja la Pastoral de conjunto, trabaja la Pastoral orgánica con el resto de las pastorales, para no creer y no caer en un posible desvío de hacer una ONG, una agencia de asistencia, de ayuda humanitaria.
Somos la Iglesia, en los territorios somos la Iglesia, las voluntarias de Cáritas también son catequistas, también acompañan los procesos de Pastoral Carcelaria, o de Pastoral Juvenil, o de otros movimientos que hay en la Iglesia. El desafío lindo y grande que tenemos es eso que hacemos de hecho, poder hacerlo más conscientemente, como nos pide el Papa Francisco, poder compartir y coordinar los planes de trabajo, que no suceda sólo en la práctica diaria, sino desde una visión y un plan compartido.
Desde lo personal, ¿Cómo Cáritas ha logrado confirmar en usted la fe, su opción personal por esta vocación?
Desde que estoy en Cáritas, a mí renovó mucho la experiencia personal de cómo vivir mi experiencia de fe, que es una experiencia comprometida con los más pobres, con ellos caminar y vivir la fe, caminar y vivir un mundo más justo que queremos construir, y los que si estuvieran acá podrían ver lo que es la experiencia comunitaria de Cáritas. En Argentina decimos siempre, Cáritas es familia, somos familia, somos Cáritas, dice un lema que usamos, y esa es la realidad. Personas que yo conocía virtualmente, y ahora estoy conociendo virtualmente, el otro día con el director de El Salvador, que no le conocía, nos dimos un abrazo como me di con un amigo, con un hermano o con alguien que quiero mucho. Eso lo genera sólo la fraternidad de caminar juntos como Cáritas.