Catedrales celebrarán Eucaristía solemne el 27 de abril Obispos mexicanos recuerdan a Francisco: "Nos legó el testimonio de una fe viva y un corazón misericordioso"

Obispos mexicanos recuerdan a Francisco: "Nos legó el testimonio de una fe viva y un corazón misericordioso"
Obispos mexicanos recuerdan a Francisco: "Nos legó el testimonio de una fe viva y un corazón misericordioso"

"Han conocido la fuerza del dolor y del pecado, no se olviden que también tienen a su alcance la fuerza de la resurrección" Ciudad Juárez

"Sean obispos de mirada limpia, de alma transparente, de rostro luminoso. No le tengan miedo a la transparencia" Ciudad de México

"Él es capaz de sanar nuestros corazones e invitarnos una y otra vez, setenta veces siete, a volver a empezar" Tuxtla Gutiérrez

La Iglesia mexicana cerrará la Octava de Pascua este 27 de abril con un sentido homenaje para honrar la memoria del Papa Francisco. En el domingo de la Misericordia, se escuchará el repique de las campanas en todas las catedrales del país, acto que dará paso a la celebración de la Eucaristía solemne para recordar su legado.

Así lo anunció la Conferencia del Episcopado mexicano en el comunicado oficial con el que manifiesta su "profunda gratitud por el don de la vida y la fe que el Papa Francisco compartió tan generosamente con nosotros hasta el último aliento".

Reconociendo la natural tristeza por su partida de este mundo y sin perder la esperanza cristiana, los obispos mexicanos se unen a toda la Iglesia universal para comunicar a los fieles católicos del país sobre el sensible fallecimiento de quien fuera Obispo de Roma y sucesor de Pedro.

Francisco en San Cristobal de las Casas

Servicio con fidelidad

Un pontificado del que los obispos consideran su mayor legado está en el "testimonio de una fe viva, un corazón misericordioso y una incansable dedicación a los más pobres y olvidados”. Doce años al frente del papado que desde México se vivieron como “un llamado constante a la fraternidad, al cuidado de la creación, y a construir una Iglesia en salida, cercana al dolor humano y confiada en el amor divino".

De esta forma la Iglesia mexicana en comunión con la Iglesia universal, confirma sus oraciones por el eterno descanso de su alma con la certeza de que “el Señor a quien sirvió con fidelidad hasta el último aliento, lo ha recibido en su reino como siervo bueno y fiel”, misión que le permitirá “cruzar el umbral de la esperanza que vivió”, por lo que ratifican que “hoy más que nunca caminan en comunión con el cuerpo de Cristo que sufre, espera y ama”.

En este sentido, los obispos que integran la Conferencia Episcopal mexicana exhortan a los creyentes a "mantener viva la esperanza en este año jubilar", porque están seguros de que Dios seguirá guiando a su Iglesia para que cumpla con la misión que Cristo le ha encomendado.

Igualmente, indican que lo más importante de este momento es  lograr que "el legado del Papa Francisco siga dando fruto en cada corazón” y  que quien haya acogido sus “palabras de paz, justicia y misericordia", lo exprese con gestos y actitudes coherentes.

Una comunicación que los prelados cierran con la invitación al pueblo de Dios y desde luego a las diócesis, parroquias, comunidades religiosas y fieles laicos a elevar oraciones por el eterno descanso de su alma, uniéndose a los diferentes signos que desde el 21 de abril el episcopado impulsa para honrar la memoria del primer Papa latinoamericano que orientó a la Iglesia pueblo de Dios con humildad, valentía y ternura, motivando siempre a crecer en fidelidad al Señor.

Francisco visita el Cereso N°3 en Ciudad Juárez

Misericordia y paz

El Papa Francisco estuvo en México del 12 al 17 de febrero de 2016. Una agenda diversa en la que se reunió con políticos, gobernantes, jóvenes, niños, indígenas, consagrados, enfermos, reclusos, migrantes y habitantes de la frontera. México ha recibido siete viajes papales.

Juan Pablo II lo visitó en cinco ocasiones, (1979, 1990, 1993, 1999 y 2002) Benedicto XVI en 2012 y hace nueve años el turno fue para Francisco. En esa oportunidad pasó por los estados de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua.

Se calcula que más de 400 mil personas asistieron a la misa campal celebrada en Ecatepec, mientras que en San Cristóbal de las Casas pidió perdón a los pueblos indígenas por el trato injusto que históricamente les dio la Iglesia dejando hondas heridas, para continuar con una emotiva visita al Centro de Readaptación Social Cereso número 3, donde se reunió con los internos y concluyó presidiendo una misa a pocos metros de la frontera con Estados Unidos, para reivindicar los dolores y derechos humanos de la población migrante.

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