Getsemaní

Esta palabra nos evoca el recuerdo de la oración de Jesús en el huerto de los olivos horas antes de su pasión. Getsemaní es una palabra que viene del arameo, lengua hablada por Jesús, que quiere decir lagar de aceite. San Juan evangelista narra en su evangelio que Jesús tenía costumbre de ir a orar en este lugar con sus discípulos (18,1-2). En muchas ocasiones leemos en los evangelios que Jesús ora en la soledad de la noche o al amanecer. Especialmente ora antes de afrontar ciertos acontecimientos o antes de tomar serias decisiones: La elección de los doce (Lc. 6,12-16), en la transfiguración (Lc. 9,28-36).

Asimismo en la eminencia de su “hora” Jesús ora intensamente, es el momento más importante de su vida en el que tiene que afrontar el más duro combate de su vida contra Satán y sus poderes. Es tal la angustia que siente que ruega a sus discípulos de orar con él para no caer en el poder de la tentación. Jesús lucha hasta sudar sangre para permanecer fiel a la voluntad del Padre.

En su oración Jesús ve pasar ante sus ojos todas las humillaciones, burlas, desprecios, traiciones y sufrimientos que le esperan: “Padre si es posible aparta de mi este cáliz; pero no se haga mi voluntad sino la tuya”. Getsemaní, lagar de aceite. El fruto del olivo es prensado y triturado para que de aceite. Jesús se siente prensado y triturado por la angustia de su pasión y muerte. Y así como del fruto del olivo se saca el aceite que conserva, suaviza, cura y sazona, también Jesús con sus sufrimientos nos sana de las heridas del pecado y nos conservará para la vida eterna.

En este Jueves Santo, oremos con Jesús, por todos aquellos que pasan momentos duros, angustias de muerte, atroces sufrimientos. Que salgan victoriosos y fortalecidos por la fuerza que viene de Dios y encuentren apoyo, comprensión y ayuda en su dolor. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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