Vida... En sus manos, TU AMOR
En sus manos está el recorrer un nuevo camino, buscar un nuevo amanecer pero acogiendo también la ayuda, cercanía y el amor de los que están cerca. En sus manos, aprietala con la tuya, con todo tu amor Señor Jesús.
| / Hna. Ana Isabel Pérez
A lo largo de nuestra existencia pasamos por diferentes etapas pero si hay algo que cuesta y duele, sin duda, es ver sufrir a la gente que quieres. A veces incluso te quedas sin palabras para acompañar, estar cerca e incluso crees que no puedes ayudar más. La vida se vive hoy con todo lo que conlleva y es ahí, en el día a día que se afrontan las batallas y siempre, mejor acompañados.
Es la inmediatez en la que estamos de alguna manera atrapados que la impaciencia también se apodera cuando el sufrimiento te toca de cerca y es ahí donde el tiempo se hace eterno, no tenemos el control, ni podemos saltarnos “ese capítulo” porque no está en ninguna plataforma donde podemos elegir, decidir, etc. Es la vida humana con sus alegrías y sus penas, con el devenir de los acontecimientos donde hemos de saber vivirlos y si son desde bien cerca, afrontarlos unidos.
Hace poco recibí una noticia de las que duelen y te llevan a movilizarte por el bien del otro, porque es la persona que llevas en el corazón la que está viviendo un momento de oscuridad y no hay nada más bonito que ver el amanecer a la orilla del mar y eso es lo que más deseas, que vuelva a su vida esos amaneceres, que sea la luz la que brille en sus ojos, que sus pies caminen en la esperanza. En sus manos está el recorrer un nuevo camino, buscar un nuevo amanecer pero acogiendo también la ayuda, cercanía y el amor de los que están cerca. En sus manos, aprietala con la tuya, con todo tu amor Señor Jesús.
¡Señor Jesús, hazte presente en tantas vidas que necesitan tu LUZ!.
“No busquéis entre los muertos a la vida.
No lloréis entre las sombras a la luz.
Cantad, porque la muerte está vencida.
Cantad que Dios es el Señor Jesús.
No busquéis por las montañas ni los valles.
No busquéis en las estrellas, junto al sol:
buscadle por las plazas y las calles,
en cada ser que vive está el Señor.
No quedéis mirando al cielo o a las nubes,
esperando un nuevo gran libertador.
Mirad: la luz que sale de las sombras
es fuerza salvadora del Señor.
No te canses recorriendo tu camino,
si la luz de nuestra Pascua no es tu luz.
No sueñes vanamente tu destino:
no hay vida, si no está el Señor Jesús.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.” (Himno)