Cuando nos visite el Astro que viene de lo alto, si dejamos penetrar su luz, todo cambiará en nuestra vida. Esto es lo que le ocurrió a Zacarías, padre de Juan el Bautista, al nacimiento de su hijo comprendió lo que le había parecido imposible cuando el ángel le anunció que iba a tener un hijo. Le parecía insólito que en su avanzada edad y la de su esposa iban a concebir un hijo.
Y sin embargo el querer de Dios no es como el de los hombres, para Dios nada es imposible.
Cuantas veces no nos hemos dicho no puedo, es imposible, no soy capaz. Pero en estas circunstancias hemos contado con nuestras fuerzas humanas muy limitadas.
Pero lo que es imposible para el hombre no lo es para Dios. Y fue así que a pesar de su edad Zacarías e Isabel fueron padres de un hijo que iba a preparar el camino del Mesías.
Adviento, tiempo propicio para abrir las puertas de nuestro corazón al querer de Dios.
Actualmente él quiere que nosotros colaboremos a su obra de evangelización. Nuestras fuerzas pueden ser pequeñas pero con nuestra pequeñez hará grandes cosas.
Texto: Hna. María Nuria Gaza.