Estremecedor testimonio de una víctima de abuso sexual del clero en el marco del día de San Pablo de la Cruz Oscar Paz: "No sólo fuimos víctimas de sacerdotes abusadores, sino también desheredados de la verdad de nuestro testimonio por encubridores y facilitadores de impunidad"
"Nunca pensé que aquella Congregación, en la que me enseñaron hacer 'MEMORIA PASSIONIS', sería el lugar y el espacio de mi Pasión desgarradora de ser abusado y agredido sexualmente de las formas más despiadadas"
"Recuerdo que durante años por mera supervivencia del psiquismo mi memoria anuló totalmente las escenas de abuso sexual, en las que fui brutalmente agredido durante varios años en el contexto de mi niñez en el seminario menor"
"Muchos de los encubridores son parte de la estructura de poder como consultores generales y provinciales. Para la Iglesia es más cómodo desvirtuar la verdad que enfrentarla"
"Que San Pablo de la Cruz les haga abrir el corazón para abrazar y atender a las víctimas y sobrevivientes de abuso sexual de sus seguidores, que sometieron a la pasión y la cruz del abuso a tantos niños y niñas"
"Muchos de los encubridores son parte de la estructura de poder como consultores generales y provinciales. Para la Iglesia es más cómodo desvirtuar la verdad que enfrentarla"
"Que San Pablo de la Cruz les haga abrir el corazón para abrazar y atender a las víctimas y sobrevivientes de abuso sexual de sus seguidores, que sometieron a la pasión y la cruz del abuso a tantos niños y niñas"
| Oscar Paz
Desde los 6 años fui internado en una escuela hogar, cuyo fundador era San Pablo de la Cruz y, a los 9 años, me dijeron que tenía vocación para sacerdote. A mis 10 años de edad, en mi casa y frente a mis padres se “negoció” mí internado en un Seminario de Zuera-Zaragoza, allá por septiembre de 1988.
Crecí por más de 15 años entre los muros de la congregación y desde muy pequeño escuché diariamente que el olvido de la Pasión de Cristo era la causa de todos los males. Fui educado para no olvidar la “Memoria Passionis” , objetivo central del Fundador.
Después de los años y sometido semanalmente a un proceso terapéutico desde febrero del 2012 hasta mayo de 2015, pude recuperar y asumir mi memoria traumática. Recuerdo que durante años por mera supervivencia del psiquismo mi memoria anuló totalmente las escenas de abuso sexual, en las que fui brutalmente agredido durante varios años en el contexto de mi niñez en el seminario menor.
Esa memoria traumática, hoy recuperada después de un fuerte proceso personal terapéutico, tiene que ser sometida a la impunidad de enfrentar un proceso no solo contra los abusadores y perpetradores sino contra personas y estructuras eclesiales encubridoras. Muchos de los encubridores son parte de la estructura de poder como consultores generales y provinciales. Para la Iglesia es más cómodo desvirtuar la verdad que enfrentarla.
Nunca pensé que aquella Congregación, en la que me enseñaron hacer “MEMORIA PASSIONIS”, sería el lugar y el espacio de mi Pasión desgarradora de ser abusado y agredido sexualmente de las formas más despiadadas. Hablar de pasión, de agresión, de calvario, de cirineos, de caídas, de muerte, de cruz, es para mí hablar y romper el silencio impuesto por esa memoria traumática, hoy recuperada, para romper el silencio y denunciar los graves violaciones de mis derechos en mi niñez. Mi Gólgota: el Seminario. Mi Cruz: el abuso sexual. Mis romanos: los sacerdotes abusadores. Mi muerte: mi piel desgarrada y mi existencia abusada.
Hoy no quiero ser un Objeto y que me usen como mero hecho probatorio. Las víctimas sobrevivientes de abuso sexual del Clero podemos ser dignificadas con otras formas y espacios más humanizantes. Siento el dolor de que no sólo fuimos objeto de sacerdotes abusadores sino también ultrajados y desheredados de la verdad de nuestro testimonio por encubridores y facilitadores de impunidad.
Por hoy no tengo ni fuerzas ni energías para someterme a un proceso penal. Tampoco tengo claridad de si un proceso penal es suficiente para responder a mi historia, mi recuperación y resarcimiento. No quiero que esa parte de mi vida pueda ser de dominio público y sea causa de mayor daño para mi persona y para la Iglesia. Lo que quiero es ayudar a la Iglesia como víctima y sobreviviente, para que pueda responder con audacia y sin miedo a las víctimas de abuso sexual del clero, y aportar en la construcción de mecanismos y políticas que prevengan a la niñez de estas atrocidades de parte de sacerdotes y otras personas en el seno de la Institución Eclesial.
Hoy, hablar de la pasión de Cristo es hablar de la pasión y cruz de tantas víctimas de abuso sexual del clero. No creo que San Pablo de la cruz me hubiera negado un espacio de dialogo y escucha, como me ha sido negado por tantos seguidores suyos que incluso me han sometido a procesos de la “ley del hielo” o han pretendido desvirtuar mi testimonio y mi Pasión como víctima y sobreviviente de abuso sexual en mi niñez en un seminario menor.
Después de mi proceso terapéutico, el respeto hacia la memoria y la verdad son condiciones sine qua non para hallar justicia y reparación, para poder vivir, para poder seguir viviendo.
Les doy mi bendición de víctima y sobreviviente y a la vez la autoridad para compartir mi sufrimiento y mis esperanzas en una nueva Iglesia que renazca del dolor de las víctimas.
Que San Pablo de la Cruz les haga abrir el corazón para abrazar y atender a las víctimas y sobrevivientes de abuso sexual de sus seguidores, que sometieron a la pasión y la cruz del abuso a tantos niños y niñas. Ustedes me enseñaron a no olvidar el dolor y la pasión.
San Pablo de la Cruz, ora por nosotros.
Att. Oscar Paz
Víctima y Sobreviviente de Abusos sexual del Clero
19 de octubre de 2019
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