Gugerotti: "Es un momento muy delicado" En Siria, la cercanía del Papa es un antídoto contra el miedo

Cardenal Claudio Gugerotti, enviado del Papa Francisco a Siria
Cardenal Claudio Gugerotti, enviado del Papa Francisco a Siria

El cardenal Claudio Gugerotti, enviado del Papa Francisco a Siria, regresó al Vaticano al concluir su misión en este país: Pobreza generalizada, incertidumbre y una presencia cristiana mínima

Damasco, Alepo, Homs y Mar Musa fueron los lugares visitados. "Los representantes de las Iglesias sirias deben hablar con una sola voz para influir en el proceso de transición", afirmó el cardenal

(Vatican News).- El enviado del Papa Francisco a Siria concluyó ayer su viaje, saliendo de Damasco hacia Beirut y regresando finalmente al Vaticano. Un programa intenso con una importante misión: llevar el afecto del Papa a los fieles y al clero de las Iglesias locales y testimoniar la cercanía del Santo Padre a toda la población siria.

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La cercanía del Papa

“Fueron días de gran emoción, y también de emoción personal – declaró el cardenal Claudio Gugerotti – por haber visto y vivido en primera persona las dramáticas dificultades de la vida cotidiana de estas personas: la pobreza generalizada, la falta de agua y de electricidad, la falta de calefacción, la incertidumbre sobre el futuro”. A pesar del estado de postración en el que se encuentran actualmente los sirios, el mensaje de cercanía del Papa Francisco ha sido acogido como un bálsamo. “Se ve claramente que cuando se lleva el saludo y el consuelo del Papa tiene un efecto muy fuerte en la gente – afirmó el cardenal – Sentirse acompañados, sentirse amados, sentirse seguidos a través del colaborador del Santo Padre les tocó profundamente y lo demostraron correspondiendo con intensidad a estos sentimientos”.

El enviado del Papa en Alepo

Los cristianos deben permanecer

La pobreza generalizada y las numerosas incertidumbres que rodean el proceso de transición en curso siguen siendo un factor determinante en el impulso a la emigración, particularmente entre los cristianos. “Y hemos trabajado en esto lo máximo posible para intentar convencerles de que haremos todo lo posible”, explica el cardenal, “para que sus hijos puedan tener un futuro en esta tierra, de lo contrario el país corre el riesgo de desangrarse. La presencia cristiana, ya mínima, corre el riesgo de desaparecer definitivamente allí donde, en cambio, se encuentra la cuna del cristianismo”.

El papel de los jóvenes

Y son muchos los jóvenes de Siria que el enviado de Francisco encontró en todas las etapas de su viaje por Siria. En Alepo, como en Homs y Damasco, centenares de personas participaron en los encuentros con el Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, animando las celebraciones y contando su compromiso en la sociedad siria. En todas las parroquias, los grupos scouts nunca han dejado de reunir a los jóvenes cristianos y ser un punto de referencia. “Se sienten sirios, ante todo, y como tales quieren aceptar el reto de construir un nuevo tejido social”. La determinación de los jóvenes y de los miembros de las comunidades cristianas de ser protagonistas del futuro de Siria representa un desafío para las Iglesias locales, llamadas a asumir una fuerte responsabilidad.

Visita a la catedrla melquita de Alepo

Mantenernos unidos en la transición

«Mi llamamiento a los representantes de las Iglesias sirias –declaró el enviado del Papa– ha sido sobre todo el de ser una sola voz, a pesar de la diversidad de sus tradiciones, de sus instituciones, de sus jerarquías, porque de lo contrario se corre el riesgo de una irrelevancia absoluta». Aquí la voz cristiana -y por eso también hemos visitado a los jefes de las Iglesias ortodoxas- debe en este momento estar unida por las necesidades fundamentales, por aquellas que son las peticiones comunes a quienes marcan la transición o que tomarán el relevo “las fuerzas de la transición”.

“Es un momento muy delicado –concluye el cardenal Gugerotti– Si se quiere imaginar un Estado que tenga una naturaleza polifacética propia y que sea igualmente significativo en la composición de la sociedad, allí se juega el gran papel de los cristianos y también el gran papel de la Santa Sede”.

Acogida de los niños en Damasco

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