El obispo de Texas, sobre los rumores de su destitución: “No puedo abandonar voluntariamente a mi rebaño” Strickland, el obispo anti-Francisco que puede convertirse en ‘el Gaillot de la derecha’
“Como principio básico, no puedo renunciar al mandato que me dio el Papa Benedicto XVI”. Nadie le ha pedido todavía a Joseph Strickland, obispo de Tyler (EEUU), uno de los más críticos con Francisco de un Episcopado refractario al pontificado de Jorge Mario Bergoglio, tal cosa, aunque se han disparado los rumores desde distintos medios conservadores tras la reciente audiencia concedida por el Papa al nuncio en aquel país y al nuevo prefecto para los obispos
“Por supuesto que ese mandato puede ser rescindido por el Papa Francisco, pero no puedo abandonar voluntariamente el rebaño que me ha sido encomendado como sucesor de los apóstoles”, señala el obispo estadounidense
“Como principio básico, no puedo renunciar al mandato que me dio el Papa Benedicto XVI”. Nadie le ha pedido todavía a Joseph Strickland, obispo de Tyler (EEUU), uno de los más críticos con Francisco de un Episcopado refractario al pontificado de Jorge Mario Bergoglio, tal cosa, aunque se han disparado los rumores desde distintos medios conservadores tras la reciente audiencia concedida por el Papa al nuncio en aquel país y al nuevo prefecto para los obispos.
Esta audiencia pontificia tuvo lugar el pasado 9 de septiembre, un par de semanas después de una carta pastoral del polémico pastor poniendo en guardia a sus fieles ante el próximo Sínodo de la Sinodalidad y acusando de cismáticos a quienes proponen las reformas que forman parte del instrumentum laboris tras dos años de acogida y reflexión en las iglesias de todo el mundo.
Obispo de esa sede en Texas, Strickland, de 64 años, se ha convertido en un auténtico azote de Francisco en Twitter (ahora X), donde llegó a acusarle de “socavar la fe”. Esas críticas, unidas a sus posicionamientos antivacunas, o al indisimulado enojo que le causaron las medidas del Papa sobre la Misa tradicional, parece que estarían detrás de una visita apostólica enviada el pasado mes de junio por el Vaticano, y de la que no se ha dada más información, tampoco por parte del propio afectado, lo que sí resulta sorprendente.
En todo caso, tras estos rumores, y contactado por mail por el Religion News Service, Strickland, tras asegurar que no había recibido ninguna solicitud de renuncia a su ministerio pastoral por parte del Vaticano, indicó que, “como principio básico, no puedo renunciar al mandato que me dio el Papa Benedicto XVI”, aunque, añadió, “por supuesto que ese mandato puede ser rescindido por el Papa Francisco, pero no puedo abandonar voluntariamente el rebaño que me ha sido encomendado como sucesor de los apóstoles”.
Y aunque es cierto -y recoge el derecho canónico- que el Papa o el Dicasterio para los Obispos pueden pedir la renuncia de un pastor cuando lo consideren oportuno (y se ven casos con relativa frecuencia), la combativa personalidad de Strickland (el nuncio Pierre le recriminó su actitud en un aparte durante una Plenaria de los obispos estadounidenses, aunque con escaso éxito, por lo que se ve) esta actitud de encastillamiento puede acabar convirtiéndole en una especie de ‘obispo Gaillot de la derecha’, en recuerdo del recientemente fallecido prelado francés destituido por Juan Pablo II en 1985 debido a sus posiciones sobre moral sexual.
Gaillot, obispo de Évreux, fue 'trasladado' desde esa sede normanda a la de Partenia, en algún lugar bajo el desierto de la actual Argelia, inexistente pues a todos los efectos de atención a sus diocesanos, aunque sí lo hizo a través de una comunidad virtual a través de sus escritos (con mucha menos virulencia que Strickland en todo caso), aglutinando a un numeroso grupo de seguidores.
Y esto es precisamente lo que temen en el Vaticano, hacer de Strickland una especie de mártir del pontificado de Bergoglio que consiga de esa manera amplificar su mensaje a través de los medios ultraconservadores que le están jaleando, los mismos que han apoyado la campaña contra el Sínodo de la Sinodalidad.
Un apoyo que también se da entre algunos obispos igualmente críticos con Francisco, como es el caso del auxiliar de Astana, en Kazajistán, Athanasius Schneider, quien en una carta difundida a través de LifeSiteNews, escribe al obispo de Tyler: “Querido Obispo Strickland, a diferencia de San Basilio, quien se dirigió al Papa Dámaso, lamentablemente no tienes la verdadera oportunidad de dirigirte al Papa Francisco para que te ayude a mantener celosamente las sagradas tradiciones del pasado. Por el contrario, la Santa Sede te somete ahora a escrutinio y te amenaza con intimidaciones y privación del cuidado episcopal de tu rebaño en Tyler, básicamente por una única razón: que, al igual que San Basilio, San Atanasio y muchos otros obispos confesores a lo largo de la historia, mantienes las tradiciones de los Padres; solo porque no silencias la verdad, solo porque no te comportas como no pocos obispos de nuestro tiempo, quienes, utilizando las palabras de San Gregorio nacianceno, ‘sirven a los tiempos y demandas de las masas, dejando su barco a merced del viento que sople en ese momento, y como camaleones, saben darle muchos colores a sus palabras’”.