El pasado domingo 7 de marzo un polvorín del ejército en Guinea Ecuatorial explotaba provocando en torno a 100 muertos y 500 heridos. Las autoridades del país han solicitado ayuda internacional, pero los guineanoecuatorianos en la diáspora, muchos de ellos fuera del país por su oposición el régimen dictatorial de Teodoro Obiang que ostenta el récord de la dictadura más longeva en la actualidad, también quieren ayudar a sus compatriotas afectados por la catástrofe. Concretamente la asociación de Capellanías de católicos guineanoecuatorianos ha puesto en marcha una campaña de recogida de fondos. Estos se harán llegar a través de las Congregaciones religiosas de los Salesianos y las Hermanas del Santo Ángel que están haciendo su labor asistencial en primera fila.
Non solum sed etiam
Resulta paradójico que un pequeño país, inmensamente rico en petróleo, del que se enriquece solo una pequeña parte de la población, pida ayuda internacional. Guinea Ecuatorial es otro de esos pecados capitales que los gobiernos de España han ido heredando con la firme intención de no hacer nada.