La Catedral Vieja de Santa María sigue “abierta por obras” y siendo un reclamo turístico de primer orden en la capital de Euskadi. Hace unas semanas un grupo de jóvenes norteamericanos, que se encuentran realizando una experiencia de inmersión lingüística en España, pudieron hacer una visita muy especial. Especial porque, para poder ajustarse al apretado programa con el que han vivido en Vitoria-Gasteiz, las diversas ofertas de visitas que tiene la catedral se aunaron en una visita de dos horas y media, de la que, a fe de sus impresiones, salieron satisfechos.

Elyas, Indi, Joey, Bryce, Paige y Dylan, capitaneados por Arantxa, promotora de esta experiencia recorrieron la cripta, el triforio, el paso de ronda, y la nave de la catedral no perdiendo detalle y preguntando a la guía que, en un perfecto inglés, les hizo más amable y comprensible la visita.

Tres momentos de la visita que les gustaron

“Me gustó mucho poder caminar por los pasadizos estrechos y la parte alta de la catedral. La vista desde la torre. Fue interesante ver cómo la estructura está sobre tanto peso que se ha movido con el tiempo. Fue muy guay poder ver la catedral desde debajo: se veía agua saliendo del suelo debido a los ríos de debajo. Me gustó aprender sobre cómo se pueden proteger los edificios y sobre todo el orgullo de patrimonio, que no siempre tenemos en EEUU: si un edificio es tan difícil de mantener como la Catedral de Vitoria, probablemente no exista, no es una prioridad. La realidad virtual fue un ejemplo de lo que yo quiero estudiar/trabajar: una mezcla de arte y tecnología.” Estas son algunas de sus conclusiones. 

La visita virtual con las gafas 3D fue sin duda uno de los momentos estrella

“Disfruté mucho de la realidad virtual. Le aportó una vista mucho más interesante de la catedral que la mayoría de los tours no ofrecen. Fue mi tour favorito hasta ahora. Me pareció interesante aprender sobre la gente a la que enterraban fuera de las murallas si no tenían dinero para que las enterraran dentro.”

Uno de los atractivos de esta “visita virtual” es el de trasladarte y hacerte viajar en el tiempo hasta el siglo XII, XIII y XIV por ejemplo. 

“Fue extraño pero muy guay poder trasladarse a la época de la creación de la catedral. La zona donde ahora está Vitoria parecía más verde entonces, rodeada de árboles, pero tiene sentido, claro. El color de la realidad virtual ayuda mucho a imaginar el pasado. Me dio un poco de cosa la vista de realidad virtual desde las alturas, pero es porque no me encantan las alturas. Estar en el S. XIII me hizo darme cuenta de que nunca quiero volver al pasado. Tenían muchas enfermedades, no tenían calefacción o aire acondicionado. No, pero en serio: me gustó mucho ver cómo construían en aquella época.” 

Ha diferencia de la imagen que tenemos estos jóvenes, al menos, no son mucho de compartir en las redes sociales su vida. Pero sí han hecho partícipes a sus familias de esta visita.

“No compartí nada en redes (esta respuesta la dieron todos). No suelo compartir mis cosas en redes. No tengo muchos seguidores. Pero sí compartí con mi familia y amigos.”

En todo caso la visita ha recibido una buena puntuación y será recomendada sin dudar. De hecho Arantxa ya contempla incluir esta visita en el programa de manera permanente para los futuros grupos que se apunten a esta experiencia lingüística y cultural. 

"Sí, recomendaría esta visita a cualquiera interesado en historia y arquitectura. La nota dada por este grupo de jóvenes norteamericanos  oscilaba entre el 8.5  y el 10 No me suelen gustar las visitas a iglesias pero ésta fue entretenida, se me pasó rápido el tiempo porque había interacción. Me gustaría volver y llevar a mis amigos.”

El grupo de jóvenes norteamericanos continúa su periplo por España donde conocerán algo del Camino de Santiago, y visitarán otras localidades españolas con el objeto de ampliar su cultura y mejorar su castellano. 

Non solum sed etiam 

Pude acompañar a este grupo durante su visita a la Catedral de San María y destaco sobre manera la curiosidad demostrada en cada momento, sus preguntas a la guía, sus miradas sorprendidas. En sus declaraciones alguno lo reconocía, en los Estados Unidos, una nación con una corta historia de vida, el valor de los legados de la historia es diferente, se aborda de otra manera. Por eso, es bueno que nos visiten gentes llegadas de los cuatro puntos cardinales, y no solo para que ellos descubran nuestros tesoros, sino también para que nosotros les demos más valor si cabe aún. Somos herederos de una tradición y una cultura judeo-cristiana, enriquecida, sí enriquecida, con una presencia musulmana desde el 711 hasta 1492. Con el legado de las tres grandes religiones monoteístas del orbe; con un patrimonio material e inmaterial sin parangón. ¿De verdad que no está justificada la clase de religión?