“Acordaos de los presos, como si fuerais presos con ellos” (Hb 13:3) Bausset: "Es la política quien ha de encontrar una salida a la situación que vive Cataluña, no la Justicia"
Diversos grupos cristianos se han sumado a "iniciativas cívicas que expresan un rechazo a esta decisión judicial"
Lucía Caram: "El mejor homenaje a los presos políticos es dar una respuesta contundente y pacífica
En los momentos dolorosos que estamos viviendo en Cataluña, con una sentencia durísima contra los líderes independentistas encarcelados, es recomendable leer la Carta de San Pablo a los cristianos de Roma, concretamente el capítulo 1, cuando el apóstol de los gentiles denuncia a aquellos que se dejan llevar por el error o por la mentira y también por la impiedad, es decir, por la falta de piedad, que como dice el Diccionario del Institut d’Estudis Catalans, “es el sentimiento de dolor que suscita la desgracia de los demás”.
En el versículo 18 de este primer capítulo, San Pablo nos recuerda que la mentira y la idolatría nunca nos habrían de ahogar o secuestrar la verdad, tanto la verdad que viene de Dios, a la que se refiere el apóstol en esta carta, como también a la verdad de nuestro mundo, tantas veces secuestrada o pisoteada.
El apóstol de los paganos en esta Carta a los Romanos denuncia a aquellos a quien “se les ha ofuscado el entendimiento” por sus ideas, que San Pablo acaba calificando de “vanas”. Y por último, el apóstol de los gentiles remarca aún más su denuncia hacia aquellos que “pretendían ser sabios, pero se han vuelto necios”.
Hoy me viene a la memoria un libro que leí hace tiempo: “El secuestro de la verdad” (que tiene como subtítulo: Los hombres secuestran la verdad con su injusticia), de los jesuitas X. Alegre, J. I. González Faus, F. Manresa, R de Sivatte i J. O. Tuñí, de Sal Terrae.
Curiosamente el domingo pasado, el diario Avui (Avui, 13 de octubre de 2019) llevaba una entrevista a Xavier Casanovas, director del Centre d’Estudis Cristianisme i Justícia. El Sr. Casanovas decía, refiriéndose precisamente, a la Carta a los Romanos: “Los hombres secuestran la verdad con su injusticia”. Por eso Xavier Casanovas nos alertaba de un peligro grave para la democracia, que ocurre “cuando salen muchos políticos diciendo cosas que saben que son explícitamente mentira, pero pasan sin ningún filtro de contraste”.
En esta entrevista, publicada unas horas antes de conocerse la sentencia del juicio contra los líderes independentistas, Xavier Casanovas decía: “Lo que se instala como verdad en nuestra sociedad, tiene que ver con los intereses de cada uno”. Por eso, continuaba Xavier Casanovas, “cuando la democracia falla, los hombres fuertes, porque generalmente son hombres, acaban por imponer su discurso y su verdad. Es la situación en que nos encontramos hoy”. Y es que, como es evidente, “allí donde no hay criterio de verdad, se instala la ley del más fuerte”.
Por el contrario, decía Xavier Casanovas, “la verdad que propone el cristianismo es la centralidad de la persona y sobre todo la centralidad de los que más sufren”.
En estos momentos dolorosos que vive Cataluña, hemos de tener presente la Carta a los Hebreos, cuando su autor nos dice: “Recordaos de los presos, como si fuerais presos con ellos” (Hb 13:3). Por eso somos muchos los que sentimos dolor por los presos políticos encarcelados y por sus familias, sobre todo por los hijos pequeños que tienen algunos de ellos y por sus padres, algunos de edad avanzada.
Por otra parte, diversas entidades cristianas, como Justícia i Pau, la Escuela Pía de Cataluña, el Grup Sant Jordi, las Vedrunas de Cataluña o la Lliga Espiritual de la Mare de Déu de Montserrat, han dado a conocer una nota donde dicen que “esta sentencia es un serio paso hacia atrás para la resolución del conflicto político que afecta Cataluña y pone en peligro la convivencia democrática”. Estos grupos cristianos se suman a “iniciativas cívicas y pacíficas que expresen un rechazo a esta decisión judicial”. Además, afirman que ya es hora que “se ponga freno a la judicialización de esta situación y se inicie de manera urgente e inmediata, un proceso multilateral de diálogo político que permita avanzar hacia una resolución democrática y duradera”.
También la Fundació Escola Cristiana de Catalunya ha hecho público un comunicado donde afirma que “la privación de libertad hará muy difícil cerrar heridas y alcanzar consensos que conduzcan a la hermandad, la libertad y la paz que todos deseamos”.
Y es que con esta sentencia política y con la cárcel para los líderes independentistas, no se conseguirá llegar a ninguna solución. Hace falta recordar que en este conflicto político, es la política quien ha de encontrar una salida a la situación que vive Cataluña, ya que el futuro de este país no lo puede decidir el Tribunal Supremo, sino los mismos catalanes, como dijo el entonces príncipe Felipe en el Parlamento de Cataluña: “Cataluña será lo que los catalanes quieran que sea”. Si una gran parte de los catalanes está por el derecho a decidir, ¿no sería más sensato convocar un referéndum para ver qué piensa la ciudadanía?
Como ha dicho Sor Lucía Caram con respecto a la sentencia, “siento tristeza porque supone un fracaso de la justicia. Ha ganado la visceralidad y el odio a la legitimidad de votar y reivindicar. El mejor homenaje a los presos políticos es dar una respuesta contundente y pacífica”. Y es que si según dijo el Sr. Rajoy, no hubo un referéndum de autodeterminación aquel 1 de octubre de 2017 sino que fue un “pícnic”, ¿a qué viene ahora esta sentencia tan dura y tan desmesurada? Esta sentencia no ayudará a resolver un conflicto político. Es lamentable que una situación política como la que vivimos en Cataluña haya derivado en un proceso judicial. El conflicto político de Cataluña no habría de haber pasado nunca por los juzgados, sino que se habría de haber resuelto desde la política, dialogando entre las partes. Por cierto: resulta paradójico que el presidente Sánchez haya hablado con los Srs. Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias y no haya convocado al presidente Torra.
A parte de mi condena explícita de la violencia, creo que en el momento que vivimos hay una gran parte de la sociedad catalana que si hasta ahora su desconexión emocional con el estado era prácticamente irreversible, esta sentencia la hace definitiva. En un mundo que vive inmerso en medio de tantas mentiras o de medias verdades (que es lo mismo), hemos de hacer presente en nuestra vida las palabras de Jesús que encontramos en el Evangelio de San Juan: “La verdad os hará libres” (Jn 8:32).
Los cristianos catalanes en este momento difícil, nos amparamos en la protección de la Virgen de Montserrat para que nos ayude a ser testigos de paz y de reconciliación. Y para que por su intercesión se llegue a un diálogo fluido, que permita encontrar una salida política a un conflicto político.
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